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Tratado UE-Colombia y Perú

29 de febrero de 2012

Por el acuerdo multipartes Unión Europea/Colombia-Perú, una audiencia en el Parlamento Europeo reúne a representantes europeos y sudamericanos. DW conversó con el ministro del Ambiente del Perú.

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Protesta en Cajamarca, Perú, contra el proyecto minero CongaImagen: picture-alliance/dpa

Previo a la ratificación del tratado multipartes entre la UE -Colombia y Perú, el Parlamento Europeo alberga un encuentro entre los eurodiputados, la sociedad civil y representantes gubernamentales. Las bondades de este acuerdo fueron expuestas desde el punto de vista de la UE por el comisario europeo de Comercio Karel De Gucht, del Perú -por su vicepresidenta, Marisol Espinosa- y de Colombia por el vicepresidente, Angelino Garzón.

Quienes lo ven críticamente subrayan sobre todo su concentración en el carril comercial, en desmedro de mecanismos de cooperación y de diálogo en cuanto a derechos humanos, derechos laborales y medio ambiente. Movimientos de la sociedad civil y sindical solicitan la no ratificación del acuerdo.

Goldmine "Yanacocha" bei Cajamarca (Peru) Yanacocha (Nord-Quechua [Quasamarka / Inkawasi]: yana = schwarz; dunkel -- qotr'a / quĉa = See; Lagune)[1] ist eine Goldmine im peruanischen Departement Cajamarca, die größte des amerikanischen Doppelkontinents und eine der größten und profitabelsten weltweit. Diese Datei wurde unter der GNU-Lizenz für freie Dokumentation veröffentlicht.
Mina de oro Yanacocha, CajamarcaImagen: GNU

Como ejemplo, un viejo conflicto en Perú

En el caso de Perú en concretamente, los ecos de movimientos sociales por nuevos proyectos mineros llegan hasta Bruselas y se hacen sentir voces, que recuerdan compromisos pendientes con el medio ambiente o las poblaciones indígenas. Al respecto y sobre el papel que podría desempeñar en ello el fortalecimiento del intercambio no sólo comercial con la UE, DW conversó con Manuel Pulgar-Vidal, ministro del Ambiente del Perú.

El debate en el Parlamento Europeo se da justo un día antes de que se inicie en Perú la Gran Marcha por el Agua: un desplazamiento de protesta desde las lagunas amenazadas por el proyecto minero de Conga, en la región de Cajamarca. Las críticas que se escuchan en Bruselas van en dirección a que el Perú incumple acuerdos internacionales, entre ellos el de la consulta previa a las poblaciones afectadas por proyectos de esa envergadura.

“La conflictividad en torno a los proyectos mineros no es nueva en el Perú. Llevamos años de conflictos por proyectos mineros, por tierras, aguas y otros beneficios. En este caso específico del proyecto minero Conga hay que tener en cuenta que es un proyecto cuya conclusión y aprobación de impacto ambiental se había dado en el año 2010, por las autoridades que estaban a cargo del gobierno saliente. Posteriormente, un estudio de impacto ambiental alimentó la desconfianza y el reclamo”, explica el flamante ministro del Ambiente.

Sin negar el conflicto y el impacto para las comunidades que representan los proyectos mineros, Pulgar-Vidal afirma que el gobierno del presidente Ollanta Humala ha encargado un peritaje internacional para establecer mecanismos que aseguren la disponibilidad del recurso agua en la zona de influencia del proyecto. Sabido es que una de las consecuencias de los proyectos mineros a gran escala ha sido la polución y el enrarecimiento de las fuentes de agua.

“Este gobierno respalda y garantiza el derecho al agua. Y está construyendo reservorios para atajar parte del problema, pues como recurso de flujo estacional, agua que no se almacena, en momentos de sequía, se pierde”, dice el ministro, añadiendo que la región reclama desde hace años infraestructura de este tipo.

En este caso específico, los reclamos también van en dirección a que el Lima no tiene en cuenta que el proyecto se ubicaría cerca de cabeceras hidrológicas. ¿Un proyecto así sería posible si el Perú aplicase los estándares que rigen en otros países? “Perú se está esforzando por cumplir con los estándares internacionales”, explica Pulgar-Vidal, que lleva 25 años trabajando en derecho ambiental. En cartera hay ya planes para el mejor control de las actividades mineras, afirma. Cabe resaltar que en Perú desde hace centurias se explota el subsuelo, con mayor o menor impacto ambiental. El tema de los pasivos ambientales, reconoce el político peruano de larga trayectoria en derecho medio ambiental, es un pendiente a resolver que está en la agenda gubernamental.

Por otro lado, así el ministro peruano, la minería en Perú es un tema complejo y no es lo mismo hablar de la industria extractiva a gran escala, a mediana, artesanal o ilegal. Y de los pasivos ambientales que dejó la minería de hace dos siglos, de hace un siglo o la del presente. Pulgar-Vidal, en el cargo desde diciembre, afirma que desde su cartera se intenta mejorar el desempeño de esta actividad económica en su país y que en el control y la fiscalización eficiente está una de las claves.

El papel de la UE

Efectivamente, control es una de las claves, también en el tratado que está ratificando el país sudamericano con la UE, pues éste establece cláusulas medioambientales y de derechos humanos (bastante vagas, según los críticos) que de no cumplirse podrían llevar a la suspensión del acuerdo. Pero no es lo mismo hablar de estándares en Perú que en la UE.

En la superación de las asimetrías existentes, ¿cabe esperar que la UE apoye al Perú en sus planes de controlar el impacto ambiental de este tipo de industria? “Siempre ha existido un alto nivel de cooperación de la UE, pero también de las agencias de cooperación y de varios países europeos hacia los temas ambientales, a su fiscalización. Por otro lado, es importante tener en cuenta que estos tipos de acuerdo no se refiere a actividades económicas tipo minería, pero sí se refieren a temas como diversidad biológica, bosques, cambio climático y contienen disposiciones que buscan que los países fortalezcan continuamente sus exigencias ambientales”, explica Pulgar-Vidal.

¿El comercio por el comercio?

Por último, la gran crítica de la sociedad civil y de los sindicatos, en cuanto a que el acuerdo con la Unión Europea va por un monocarril hacia el incremento de los negocios: ¿nada más importa en este acuerdo? “Es un error pensar que éste es un acuerdo puramente comercial y que lo único que va a hacer es establecer cómo se facilita y se flexibiliza el flujo de bienes y servicios. Es un acuerdo que busca que el comercio esté en una lógica de políticas de desarrollo que fortalezcan derechos, que busquen cómo se puede mejorar comportamientos con el entorno ambiental y con el entorno social. Claro, que un acuerdo de comercio es de comercio, pero la prueba de que incluye como condición, por ejemplo, el diálogo con la sociedad civil es que yo mismo estoy en esta ciudad”, concluye el ministro.

Autora: Mirra Banchón
Editor: Enrique López