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Afganistán: Alemania pone el acento en lo civil

Agencias/ lb9 de septiembre de 2008

El Parlamento alemán decidirá en octubre si renueva el mandato a las tropas que mantiene destinadas en Afganistán, y Alemania quiere que la reconstrucción y el ámbito civil ganen en relevancia.

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El ministro alemán de Defensa, Franz Josef Jung, visita a los soldados alemanes en Afganistán.Imagen: AP

Si Occidente fracasa en Afganistán, el mundo entero corre peligro: éste parece ser el argumento unitario para justificar la presencia internacional en el país asiático. “Afganistán no debe servir de nuevo de cobijo a los terroristas islámicos”, dijo Fanz-Josef Jung, el ministro de Defensa alemán.

Pero la vía militar por sí sola no traerá la victoria, advirtió Jung. Alemania ha decidido prestar más atención a lo civil. Además de los 30 millones de euros que el Ministerio de Desarrollo germano ha prometido a Afganistán para asegurar el abastecimiento alimentario, Jung anunció que se destinarán el año próximo 40 millones más a las tareas de reconstrucción y estabilización. Con los cerca de 1.100 millones de euros que Berlín habrá aportado entre 2002 y 2010, el país se coloca en el cuarto lugar de la lista de donantes.

Pero también los nacionales tendrán que implicarse más en la labor reconstructiva. "Hay que darle una cara afgana al proceso. Con las armas no basta", opinó Jung.

Algunos progresos

Afganistán era uno de los temas que el gabinete de Gobierno alemán tenía sobre la mesa. Y la cuestión no deja de ser espinosa. Tras los casi siete años que la ISAF, la coalición internacional de tropas, lleva en el país asiático, la impresión es que los éxitos llegan con cuentagotas y la paz queda tan lejos como al principio del conflicto.

Sin embargo, la percepción es falsa, aseguran tanto la OTAN como el documento de 30 páginas con el que el gabinete hace balance del estado de la reconstrucción afgana. El informe berlinés habla de progresos, sobre todo en el campo de la sanidad y la educación, y toca además un segundo tema sensible: el de la presencia militar. Ésta es todavía necesaria, concluye.

Los soldados alemanes están en Afganistán en virtud de un mandato que el Bundestag renueva regularmente, por lo general cada 12 meses. Esta vez será dentro de 15, para evitar que coincida con las próximas elecciones generales. Cada extensión de esta misión va acompañada de acalorados debates: ciertos grupos sociales y políticos exigen que se le ponga fin.

¿Estamos en guerra?

Pero la canciller, Angela Merkel, lo ha vuelto a dejar claro: las tropas alemanas se quedarán en Afganistán "hasta que la seguridad esté completamente en manos afganas", y ese día aún no tiene fecha.

Y es precisamente la seguridad uno de los principales motivos de preocupación, se lee en el documento aprobado por el gabinete. Jung ha tenido que reconocer que la situación en el norte del país, donde están estacionados los soldados alemanes y que se considera relativamente tranquilo, se ha endurecido. El pasado domingo una patrulla germana fue atacada, este lunes el campamento alemán ha sido objetivo de dos misiles.

Estos atentados han generado una discusión sobre cuál es el apelativo correcto para designar al conflicto afgano. Mientras hay quien asegura que Alemania se encuentra claramente en guerra, Jung prefiere hablar de “enfrentamiento”. “El pueblo alemán entiende otra cosa por 'guerra'. La de Afganistán es una misión de estabilización. Los soldados protegen, median, pero también tienen que luchar”, declaró el ministro.

En octubre el Parlamento alemán votará, sobre la base del informe salido de la reunión ministerial, si renueva una vez más el mandato para Afganistán, y si concede al Gobierno la ampliación del número máximo de soldados destinados en el país de 3.500 a 4.500. Éste no es un buen momento para hablar de guerra.