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Alemania frunce el ceño ante Bakú 2015

Daniel Martínez19 de junio de 2015

Aunque ya se cumplió la primera semana de los Juegos Europeos, en Alemania aún se discute sobre el polémico anfitrión del nuevo evento deportivo continental de carácter olímpico: el gobierno de Azerbaiyán.

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Aserbaidschan Erste Europaspiele in Baku
Imagen: picture-alliance/dpa/Bernd Thissen

Los 264 atletas alemanes que viajaron a Bakú para participar en la primera versión de los Juegos Europeos todavía escuchan las críticas que se hace desde su país al gobierno que los ha acogido como huéspedes: en Azerbaiyán existe un régimen totalitario que vulnera los derechos humanos de sus ciudadanos y cierra el espacio a las expresiones democráticas.

Así por lo menos lo valora el alemán Willi Lemke, consejero especial del Secretario General de la ONU para asuntos del deporte al servicio de la paz y el desarrollo. “Azerbaiyán es una dictadura, al respecto no hay dudas”, declaró Lemke en entrevista con el periódico Welt am Sonntag.

Dada esta situación, el político alemán Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, dijo que espera de los funcionarios deportivos una actitud firme durante su visita a los Juegos Europeos. En entrevista con el diario FAZ Schulz afirmó: “Todos ellos deben hablar en Bakú sobre las violaciones de los derechos humanos. En el futuro solo se podrá desanimar a las dictaduras de presentar sus candidaturas para organizar estos eventos, si se asume una posición clara al respecto”.

Tanto Lemke como Schulz se refieren a la situación en Azerbaiyán bajo el gobierno de Ilhan Aliyew, quien desde hace más de una década es presidente del país como sucesor de su padre, Heydar Aliyev, tras ganar en el 2003 unas elecciones cuya trasparencia cuestionó la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). En Azerbaiyán, según Human Rights Watch, las restricciones a las libertades de expresión y religión son permanentes, y la intimidación a la prensa independiente y a los activistas está al orden del día.

Jane Buchanan, vocera de la organización, denunció que “los Juegos Europeos se han convertido en una poderosa arma en el esfuerzo de Bakú por promoverse a sí mismo internacionalmente”. De esta forma Buchanan aborda la consistente campaña de relaciones públicas que adelanta Azerbaiyán usando al deporte como su principal vehículo para transmitir un positivo mensaje.

El gobierno de Aliyew estampó el lema “Azerbaiyán. Tierra de Fuego” en la camiseta del Atlético de Madrid. Por ello, desde el 2013, el excampeón del fútbol español recibe unos 12 millones de euro anuales, una suma pequeña comparada con los 6.000 millones de euros que se calcula costaron los Juegos Europeos.

Pero la inversión no para allí. Azerbaiyán será anfitriona a partir del año entrante de un circuito dela Fórmula Uno, y en la Eurocopa del 2020 acogerá tres partidos de la fase de grupos y uno de los cuartos de final.

“La situación en Azerbaiyán nos preocupa”, reconoció Michael Vesper, presidente del Comité Olímpico Alemán, quien también resaltó “sin los Juegos Europeos no se le daría tanta atención al tema de los derechos humanos que allí se vive. Claro que un régimen quiere pulir con el evento su imagen, pero en su esfuerzo se abre una oportunidad para ver lo que verdaderamente está pasando en el país”.