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Cada vez más peligro para la libertad de prensa en Alemania

Kersten Knipp (JAG/CP)20 de abril de 2016

Según la organización Reporteros sin Fronteras, Alemania descendió cuatro puestos en el ranking sobre la libertad de prensa. Las razones son diversas, en parte también a causa de la sociedad civil.

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Deutschland Reporter ohne Grenzen
Imagen: picture alliance/dpa/B. Pedersen

En alguna de sus intervenciones, Tatjana Festerling, portavoz del movimiento de corte racista PEGIDA (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente), recomendaba actuar contra los “traidores al pueblo, las élites instigadoras y los medios de prensa”. También mencionaba “la verdad tergiversada de la prensa de la mentira" y "el ministerio de la Verdad de Merkel”, parolas que encontraron tierra fértil entre algunos de sus seguidores que perpetraron ataques a periodistas.

Inseguridad y traición a la patria

Según el ranking de libertad de prensa 2016, realizado por la organización Reporteros sin Fronteras (ROG), en 2015 se practicaron por lo menos 39 ataques a periodistas alemanes La mayoría en manifestaciones de PEGIDA o sus versiones regionales, concentraciones de ultraderecha o contramanifestaciones. Todos ellos casos contribuyeron especialmente a que Alemania descendiese cuatro puestos (del 12 al 16) en la clasificación de la organización.

Tatjana Festerling, portavoz de PEGIDA.
Tatjana Festerling, portavoz de PEGIDA.Imagen: AFP/Getty Images/J. Schlueter

“Se observa que la postura de la gente frente a los periodistas es más agresiva que en años anteriores”, aclara Urike Gruska, portavoz de prensa de ROG.Para la organización, algunas veces estos ataques son instigados por los líderes de movimientos radicales. Pero la postura contra los periodistas también tiene que ver con la situación política, aclara Gruska: “En general, en Alemania hay mucha inseguridad entre los ciudadanos por la política interior y la crisis de los refugiados, hecho que deriva en una gran insatisfacción con la política y los medios”. Para la experta, esta situación es especialmente preocupante: “Los medios libres son los pilares del sistema democrático y sería grave si se generalizan estas acusaciones y los periodistas tienen que ir a las manifestaciones con personal de seguridad”, precisa.

Además de la población civil, también otras instituciones estatales mostraron deficiencias en cuanto a libertad de prensa. Para ROG, un claro ejemplo fue la actuación de la Fiscalía contra el portal Netzpolitik.org, que había informado sobre estrategias de vigilancia de Internet a manos de la Agencia para la Protección de la Constitución. “No fue un simple proceso contra periodistas, sino que fue la primera investigación contra periodistas en 30 años y se les acusó de traición a la patria”, aclara Gruska.

Markus Beckedahl y Andre Meister, responsables de Netzpolitik.org
Markus Beckedahl yAndre Meister, responsables de Netzpolitik.orgImagen: picture-alliance/dpa/B. Pedersen

Al dictado del capital

Sin embargo, la presión a la que se enfrentan los medios no solo procede de fuentes externas. En parte, ellos mismos limitan su independencia y su diversidad. Por ejemplo, a través de acuerdos entre editoriales regionales que publican contenidos similares a costa de la diversidad de opiniones. Igualmente preocupante es la cada vez más difusa frontera entre los contenidos periodísticos y los comerciales. Cada vez se experimenta más y los lectores ya no distinguen entre el periodismo y un publirreportaje, dice la organización.

Además de Alemania, Europa también cayó posiciones respecto a ediciones anteriores. Sobre todo debido a leyes antiterroristas y vigilancia digital utilizadas en algunos países para limitar las libertades. Pero “también es de destacar el perjuicio contra la independencia periodística debido a estructuras de grandes consorcios que no solo controlan medios, sino que también defienden otros intereses económicos”, explica ROG. Una situación aún más grave si se considera que los medios europeos siempre tuvieron un papel de precursores frente a otros países, concluye Gruska: “Si queremos que se sigan las líneas que consideramos correctas, somos los primeros que tenemos que respetarlas”.