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Almacenamiento subterráneo de CO2: ¿idea genial o locura?

15 de julio de 2010

El Gobierno alemán presentó un proyecto de ley que debe facilitar la investigación y experimentación con una polémica técnica de captura y almacenamiento de CO2, para proteger el medio ambiente.

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La tecnología CSS debe reducir las emisiones de CO2 de la industria alemana.Imagen: AP

Este es el segundo proyecto de ley que presenta el Gobierno alemán. El primero fracasó el pasado año por desacuerdos sobre la responsabilidad de los operadores de futuras plantas de captura y almacenamiento de CO2. La tecnología “CCS”, del inglés “Carbon Capture and Storage”, propone el filtrado de los gases de escape de plantas petroleras o carboeléctricas, para separar, transportar y almacenar bajo tierra el CO2. Con ello, debería reducirse la expulsión de gases de efecto invernadero de la industria al medio ambiente.

Como depósitos podrían emplearse campos de almacenamiento de gas natural o estratos profundos de porosas formaciones rocosas, que pueden hallarse en Alemania especialmente en los Estados federados de Brandeburgo y Schleswig-Holstein. En Brandeburgo existe una pequeña instalación piloto desde 2008, la “Bomba Negra”, del grupo empresarial Vattenfall, que ya proyecta una instalación mayor para 2015 en la región.

Por supuesto que a los brandeburgueses no les entusiasma hacer de “conejillos de Indias”. “No queremos convertirnos en otro Asse”, dijo el alcalde socialdemócrata de la brandeburguesa ciudad de Beeskow, Frank Steffen, a la agencia de noticias dpa. Steffen, aludió al escándalo de un depósito de basura nuclear en Baja Sajonia, donde el material radioactivo almacenado en el pozo de Asse amenaza con fugarse bajo la presión de aguas subterráneas.

Máximos estándares de seguridad, dicen los políticos

Bundeswirtschaftsminister Rainer Brüderle
Rainer Bruederle, ministro de Economía: "sin CCS no será posible alcanzar las metas ambientales".Imagen: AP

Mientras la ciudad de Beeskow lucha por obtener permisos para evitar instalaciones de Vattenfall con la construcción de un campo geotérmico en el sitio donde la empresa proyecta investigaciones del terreno, el Gobierno federal alemán apuesta por que la técnica CCS se convierta en un renglón exportable.

En Alemania se desarrollarían, en principio, sólo proyectos experimentales que deberán ser registrados ante las autoridades hasta 2015. En 2017 el Gobierno decidiría sobre una regulación definitiva para la explotación a largo plazo de la tecnología CCS, según la experiencia práctica acumulada, plantea el proyecto de ley presentado por el ministro de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, y de Economía, Rainer Brüderle, este miércoles en Berlín.

En la fase de prueba el almacenamiento de CO2 bajo tierra debe limitarse a un máximo de tres millones de toneladas anuales por instalación, las instalaciones deben ajustarse a “altos estándares de seguridad” y no podrán establecerse contra la voluntad de los Estados federados, aseguraron los ministros. Adicionalmente, las comunas donde se establezcan las instalaciones recibirán pagos de reparación o asunción de riesgos.

Pretexto para más plantas carboeléctricas, dicen ecologistas

La Federación para la Protección del Medio Ambiente y la Naturaleza (BUND, por sus siglas en alemán) alerta contra riesgos ambientales que “no han sido calculados ni siquiera de forma aproximada”, dijo su presidente, Hubert Weiger este miércoles en Berlín..

BUND acepta la construcción de instalaciones experimentales, pero “en una escala menor de lo planeado”, aclaró Weiger, quien aprovechó advertir contra pretensiones de apoyar la tecnología CCS como justificación para construir nuevas centrales carboeléctricas.

También la organización ambientalista Greenpeace se pronunció contra la CSS y alertó sobre el peligro de asfixia ante un escape. A la crítica se sumaron políticos democristianos y verdes, mientras el alcalde de Beeskow, Frank Steffen, se mostró contrariado por el hecho de que sea justamente la alianza de socialdemócratas y La Izquierda gobernante en Brandeburgo, la única en el país dispuesta a hacer efectivos los depósitos de CO2.

Se lo llevará el viento, dice la Industria

Deutschland Kabinett Klima Beschluss ccs Gesetz 01.04.2009
Instalaciones pilotos de la CSS: la "Bomba Negra"Imagen: AP

Para la industria la tecnología CCS representa un puente importante hacia la era del uso regenerativo de la energía. Con ella se podrían reducir las emisiones de CO2 de las centrales carboeléctricas, que seguirán siendo irrenunciables por el momento para la generación eléctrica, pese al daño ambiental que provocan. La Asociación de Industriales alemanes (BDI) celebró que el país se convierta así en puntero en el uso de esta tecnología en el mundo.

La CSS no debe representar riesgos para el ser humano o el ambiente, pues si se produjera un escape de un depósito, el CO2 sencillamente se evaporaría. O al menos eso dice la industria. Pero lo cierto es que la técnica sólo ha sido probada a escala comercial para aumentar la productividad de campos petroleros o separar gas natural del inútil “gas acompañante” (CO2), que termina emitiéndose al ambiente.

De ahí que los ecologistas alemanes, una vez más, no estén de acuerdo con la industria. Para ellos, el CCS es un método costoso, de alto riesgo y en últimas superfluo en Alemania. Las centrales en que se aplique la CSS no resultarían más limpias, sino menos efectivas y el comportamiento del CO2 almacenado no puede predecirse con la información disponible hasta el momento, aseguran.

“Sin Tecnología-CSS no será posible alcanzar las metas ambientales”, respondió el ministro de Economía, que insistió en el valor de la CSS para la industria energética, petroquímica, del cemento, acero y aluminio. “Esta tecnología no debe correr la misma suerte del Transrapid o la Biotecnología en Alemania”, agregó Bruderle.

Autora: Rosa Muñoz Lima/dpa/AFP
Editor: José Ospina Valencia