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"Amoris Laetitia": exhortación del Papa a la familia

8 de abril de 2016

La exhortación apostólica, "Amoris Laetitia" (La alegría en el amor), publicada hoy (08.0.2016), recoge las conclusiones de los dos sínodos de obispos sobre la familia de 2014 y 2015.

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Papst Franziskus
Imagen: picture-alliance/S. Spaziani

El documento dice que "la Iglesia rechaza con todas sus fuerzas las intervenciones coercitivas del Estado en favor de la anticoncepción, la esterilización e incluso del aborto". "Estas medidas son inaceptables incluso en lugares con alta tasa de natalidad, pero llama la atención que los políticos las alienten también en algunos países que sufren el drama de una tasa de natalidad muy baja. Como indicaron los obispos de Corea, esto es 'actuar de un modo contradictorio y descuidando el propio deber'", agrega. En este sentido, anima a las familias que no pueden tener hijos a que adopten y "sean magnánimos y abran su amor matrimonial para recibir a quienes están privados de un adecuado contexto familiar".

Respecto a "la eutanasia y el suicidio asistido", sostiene que "son graves amenazas para las familias de todo el mundo". "La eutanasia y el suicidio asistido son graves amenazas para las familias de todo el mundo. Su práctica es legal en muchos países. La Iglesia, mientras se opone firmemente a estas prácticas, siente el deber de ayudar a las familias que cuidan de sus miembros ancianos y enfermos", dice el texto. El papa Francisco recuerda "a quienes trabajan en las estructuras sanitarias" "la obligación moral de la objeción de conciencia".

La educación de los hijos

Por otra parte, el papa Francisco recomienda a los padres que eviten "una nociva invasión" de la vida personal de sus hijos porque, asegura, "la obsesión no es educativa", aunque "siempre haga falta una vigilancia". "La obsesión no es educativa, y no se puede tener un control de todas las situaciones por las que podría llegar a pasar un hijo". Francisco ha señalado que "la familia no puede renunciar a ser lugar de sostén, de acompañamiento, de guía" de los hijos y ha recomendado que "no se debe dejar de preguntarse quiénes se ocupan de darles diversión y entretenimiento, quiénes entran en sus habitaciones a través de las pantallas". "Siempre hace falta una vigilancia. El abandono nunca es sano." Los padres deben orientar y prevenir a los niños y adolescentes para que sepan enfrentar situaciones donde pueda haber riesgos, por ejemplo, de agresiones, de abuso o de drogadicción", afirma.

"Lo que interesa sobre todo es generar en el hijo, con mucho amor, procesos de maduración de su libertad, de capacitación, de crecimiento integral", explica. Francisco sostiene que "solo así ese hijo tendrá en sí mismo los elementos que necesita para saber defenderse y para actuar con inteligencia y astucia en circunstancias difíciles". Por esa razón, a su juicio, "la gran cuestión no es dónde está el hijo físicamente, con quién está en este momento, sino dónde está en un sentido existencial, dónde está posicionado desde el punto de vista de sus convicciones, de sus objetivos, de sus deseos".

Críticas a la noción de "sexo seguro"

Por otro lado, el Papa defiende la educación sexual con un "sano pudor" y, al mismo tiempo, critica la definición de "sexo seguro" que, señala, "transmite una actitud negativa hacia la finalidad procreativa natural". "Es difícil pensar la educación sexual en una época en que la sexualidad tiende a banalizarse y a empobrecerse", señala el pontífice. En un capítulo titulado "Sí a la educación sexual", Francisco reivindica que la educación sexual de los jóvenes "solo podría entenderse en el marco de una educación para el amor, para la donación mutua".

Francisco advierte además que "solo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena". Además, alerta sobre los efectos que las drogas o el juego provocan en la familia. "Nadie puede pensar que debilitar a la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio es algo que favorece a la sociedad". Francisco cree que "debemos reconocer la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, no pueden equipararse sin más al matrimonio", afirma.

MS (efe/dpa)