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Acuerdo a pesar del disenso

Christoph Hasselbach/ Cristina Papaleo28 de mayo de 2013

Británicos y franceses lograron imponer en la UE su exigencia de enviar armamento a la oposición siria que lucha contra el régimen de Assad. Las sanciones económicas, sin embargo, siguen en vigencia.

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Imagen: Reuters

Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea prolongaron las sanciones contra Siria, pero no el embargo conjunto de armas, que caduca el próximo sábado, 1º de junio. Es decir, que la decisión de enviar o no armamento a los rebeldes sirios queda, a partir de entonces, en manos de cada uno de los países miembros, con lo cual Gran Bretaña y Francia lograron imponer su voluntad frente al resto de la UE. A pesar de que eso disgustó a algunos ministros de RR. EE., todos trataron de que la decisión fuera interpretada como consenso.

De acuerdo con el ministro francés de esa cartera, Laurent Fabius, los criterios según los cuales se proveerá de armas a los rebeldes fueron elaborados en conjunto, y el aspecto más importante es que solo recibirán armamento los grupos de orientación democrática. Su homólogo británico, William Hague, aseguró que “solo se entregarán armas luego de coordinarlo con otros países y verificar cuidadosamente la situación, y en conformidad con el derecho internacional”. Además, remarcó que “ahora es posible reaccionar ante un empeoramiento de la crisis siria, o en caso de que el régimen de Assad se niegue por completo a negociar”.

“Lo peor sería no llegar a un acuerdo”

Tras maratónicas conversaciones, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea llegaron a una posición común. El ministro alemán de la cartera, Guido Westerwelle advirtió, ya a su llegada a Bruselas, que “si queremos influir de algún modo en Siria, lo lograremos solo si nos ponemos de acuerdo”. Su colega de Luxemburgo, Jean Asselborn, fue más drástico: “Lo peor de todo sería no ser capaz de llegar a un compromiso. Entonces, que el último apague la luz”.

Guido Westerwelle, ministro alemán de RR. EE. (centro) con sus homólogos europeos.
Guido Westerwelle, ministro alemán de RR. EE. (centro) con sus homólogos europeos.Imagen: picture alliance/AP Photo

Aunque existía voluntad de consenso, la disputa en torno al embargo de armamento subió de volumen. Hague preguntó: “¿Durante cuánto tiempo vamos a seguir tolerando que el pueblo sirio esté siendo asesinado por medio de todo tipo de armas, mientras la mayor parte de la comunidad internacional le niega la posibilidad de defenderse?”. Laurent Fabius habló de la “creciente sospecha” de que las tropas del régimen de Bashar Al Assad estén incluso empleando armas químicas. William Hague insistió, además, en que los europeos deberían abandonar su actitud pasiva para que el gobierno sirio reciba “una clara señal de que tiene que negociar en serio”.

Temor por posible carrera armamentística

Austria rechaza un envío de armas a los rebeldes sirios por considerarlo un giro de 180 grados en la política europea de pacificación. La Unión Europea es una unión de paz, y debe tomar distancia de las guerras, señaló el ministro austríaco de RR. EE., Michael Spindelegger, añadiendo que la entrega de armas no contribuiría necesariamente la paz, sino que, en realidad, promovería una carrera armamentística en la región.

Bashar Al Assad no quiere dar el brazo a torcer.
Bashar Al Assad no quiere dar el brazo a torcer.Imagen: Reuters

También hay gran preocupación acerca de que las armas puedan caer en manos de extremistas, dado que la oposición está más atomizada que nunca. A diferencia de Hague, Spindelegger cree que un acuerdo a favor del envío de armas también podría poner en peligro la Conferencia sobre Siria, a realizarse en junio en Ginebra. En lugar de una carrera armamentística, Spindelegger preferiría “una carrera de ideas políticas a fin de buscar una solución al conflicto”.

Ashton cree en las buenas intenciones

Así las cosas, al menos quedó claro que el fin del embargo de armamento no implica que se levante también el régimen de sanciones económicas contra Siria. Las sanciones contra Assad siguen en vigencia. Luego de las largas negociaciones, Catherine Ashton, la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, subrayó las buenas intenciones de todos los participantes: “Todas las posiciones son dignas de reconocimiento, ya que cada uno de los presentes trató de encontrar la mejor manera de apoyar al pueblo sirio”. Sin embargo, no se puede negar que en la UE los ánimos están divididos. Nunca antes un consejo de ministros demostró diferencias tan profundas de opinión como lo hizo durante el encuentro del lunes.

Autor: Christoph Hasselbach/ Cristina Papaleo

Editor: Pablo Kummetz