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¿Arriesga Merkel su futuro político por los refugiados?

Volker Wagener (MS/ CP)28 de septiembre de 2015

El mundo está asombrado y Alemania se admira de que Merkel dé la bienvenida a tantos refugiados. ¿Puede suponer esta política de acogida el final político de la canciller? DW habló con el politólogo Jürgen Falter.

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Angela Merkel in Berlin Besuch Flüchtlingsunterkunft Registrierungszentrum Selfie mit Flüchtlingen Deutschland
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Michael Sohn

Deutsche Welle: Profesor Falter, Angela Merkel abre de par en par las puertas de Alemania para cientos de miles de refugiados, ¿está haciendo la canciller méritos para postularse al Nobel de la Paz?

Jürgen Falter: Sí, también a mí me asaltó esa idea, pero no creo que sea ese su objetivo principal. Pienso también que todo esto no implicará su final político si se consiguen superar los obstáculos administrativos y económicos que conlleva la llegada masiva de refugiados y si se logra integrar a estas personas con éxito. Pero si eso no ocurriera, o si el próximo año hubiera otra oleada de refugiados, se culparía de ello a Merkel y eso la perjudicaría.

Merkel tiene fama de tener sangre fría y de ser muy racional. ¿Cómo se explica esta repentina explosión de generosidad de la canciller?

Todos los seres racionales pueden tener un lado humano y un gran corazón, aunque no siempre tienen la sartén por el mango a la hora de tomar decisiones. Creo que Angela Merkel pensó sencillamente que no podía rechazarse a estas personas. También sucedió así con la cuestión atómica cuando, tras lo ocurrido en Japón, se decidió que Alemania prescindiría cuanto antes de esta energía. De haber sellado nuestras fronteras, se hubiera producido un caos enorme. De hecho, en sentido estricto, ni podemos ni debemos cerrarlas: el caos se hubiera originado entonces en los países vecinos y hubiéramos recibido una gran presión. Así que asumimos un papel activo, aunque en ese proceso se han pronunciado, probablemente, frases desafortunadas, como si se hubiera hecho un llamamiento para que todos los oprimidos del mundo, todos los potenciales refugiados, vinieran a Alemania.

Jürgen W. Falter
Jürgen W. Falter: " Merkel tiene un problema"Imagen: imago/Hoffmann

Merkel se ha colocado en la cúspide de la cultura de acogida. ¿Hay algo en su personalidad que se nos haya escapado?

No, no lo creo. Ya es la tercera vez que la canciller ha tomado decisiones muy rápidas. Se trata de plantear lo inevitable como necesario, por decirlo de alguna manera. Ese fue el caso con la energía nuclear y con la obligatoriedad del servicio militar, decisión que tampoco estaba prevista, y ahora vuelve a plantearse una tercera situación así. En esos casos, Merkel tiende a tomar decisiones en solitario, de forma muy rápida, y desde fuera nos preguntamos si se lo habrá pensado bien.

¿Usted encuentra un sentido político en las medidas tomadas sobre refugiados?

Realmente no, pero Merkel está lejos de ser una mujer tonta o irracional. Bajo sus intenciones solo puede residir la convicción de que realmente se pueden llevar a buen puerto los retos que plantea la avalancha de refugiados. Pero la canciller también ha reconocido que la situación no puede seguir así y que es imposible acoger un millón o más de refugiados al año. No creo que tenga la intención de cubrir los huecos demográficos debidos al envejecimiento de la población. Esta solución generaría más daños colaterales que beneficios.

Hasta ahora los políticos de la CDU han seguido ciegamente a la canciller. ¿Arriesga Merkel su liderazgo con su política sobre refugiados?

Sí, tiene un problema que se deja sentir en las bases y en el electorado. Si miramos las encuestas más recientes, observamos que su figura ha resultado algo erosionada y que hay mucho escepticismo. Se observa su figura con un signo de interrogación. Creo que ha perdido algo de autoridad, una autoridad que se ha forjado durante décadas.

¿Puede la sociedad alemana asumir mentalmente una afluencia tan masiva en tan poco tiempo? Muchos dicen que sí, puesto que el movimiento Pegida está inactivo.

Sí, esa pregunta está justificada. Yo mismo soy escéptico sobre si una sociedad envejecida como la nuestra, que se ha vuelto relativamente cómoda, está en disposición de hacer frente sin fisuras ni fricciones al proceso de integración. No es tarea de un año, sino de muchos, integrar a tantas personas. Entre ellos, los hay sin alfabetizar y muy pocos dominan el idioma lo suficiente como para que se los pueda integrar profesionalmente. No estoy seguro de que esta sociedad esté dispuesta a asumir las limitaciones derivadas de esa situación.

El profesor Jürgen Falter imparte Politología en la Universidad Johann Gutenberg, en Maguncia.