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Bayern Múnich no tuvo piedad con el Barcelona: 4-0

23 de abril de 2013

El partido, válido por la Champions League, contó con un Messi irreconocible y un planteamiento táctico de los bávaros que rozó la perfección.

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Imagen: Reuters

La dinámica demoledora que ha aplicado el Bayern Múnich en las últimas jornadas volvió a repetirse en una de las actuaciones más gloriosas que recuerde el equipo bávaro. Pese a que al frente estaba el poderoso Barcelona, el Múnich no tuvo reparos para pasar la apisonadora y quedarse con un contundente 4-0, en el partido de ida de una de las semifinales de la Champions League.

Barcelona dominó el partido por momentos, haciendo gala del toque corto y vistoso que suele mostrar en sus presentaciones. Pero con Lionel Messi saliendo de una lesión y cubierto por la férrea marca alemana, y con las demás figuras del elenco español opacadas por la efectividad del Bayern, los toques sirvieron de poco y la resistencia del Barça menguó cuando el Bayern tomó la batuta.

El resultado del partido, jugado en el Allianz Arena este martes (23.04.2013), deja al Bayern Múnich prácticamente con un pie y medio en la final del torneo de clubes más importante de Europa, que se disputará en Wembley. La otra llave la juegan el Borussia Dortmund y el Real Madrid, equipos que se enfrentan mañana miércoles en el primero de los dos partidos en los que deberán verse las caras.

Apabullante eficiencia

El primer gol del Múnich se produjo tras dos cabezazos dentro del área chica del Barcelona. Un pecado impresentable para un equipo de la talla del plantel catalán. Thomas Müller fue el encargado de abrir el marcador ante la débil resistencia del portero Víctor Valdés. Con ese 1-0 los equipos se fueron al descanso, pese a que Barcelona dominó largos pasajes de los primeros 45 minutos.

Sin embargo, apenas volvieron de camarines, Mario Gomez marcó en la boca del arco un 2-0 que ya sonaba demasiado fuerte. Apelando ya a esas alturas del partido al contragolpe, el Bayern esperó las arremetidas del Barcelona, cada vez más tímidas e insulsas. En otro veloz contraataque, Franck Ribéry abrió el balón para que Arjen Robben sacara una bicicleta del sombrero y marcara el 3-0.

El 4-0 definitivo, demoledor, apabullante, corrió por cuenta nuevamente de Thomas Müller. Barcelona, que jugó un partido decepcionante, se desesperó ante la evidente superioridad del plantel alemán. Prueba de ello son las tarjetas amarillas que recibieron Alexis Sánchez, Andrés Iniesta y Jordi Alba, este último por tirarle un pelotazo en la cara a un rival.

El partido de vuelta se jugará el próximo miércoles en el Nou Camp.

Autor: Diego Zúñiga

Messi no fue gravitante.
Messi no fue gravitante.Imagen: PIERRE-PHILIPPE MARCOU/AFP/Getty Images