Carnaval al son de la crisis
23 de febrero de 2009
Bancos al borde de la quiebra, grandes empresas automovilísticas en aprietos, inseguridad hacia donde se mire... ¿Se notó la crisis financiera y económica en los grandes desfiles de carnaval en este zangoloteado 2009? Pues sí, se notó. Pero no en una merma de entusiasmo, sino en muchos de los múltiples carros alegóricos que desfilaron este “Lunes de las Rosas” (Rosenmontag) por los principales bastiones del carnaval renano, como Colonia, Düsseldorf y Maguncia. Porque el gran protagonista de las sátiras fue esta vez el capitalismo, representado en uno de los carruajes por un viejo cocodrilo, que mendiga unos cuantos miles de millones para poder sobrevivir.
Al mal tiempo buena cara. El espíritu del carnaval no se amilana, ni por la fría llovizna de febrero, ni por los embates de ninguna crisis, por global que sea. Más de un millón de personas se agolpó por ejemplo en las calles de Colonia para ver el desfile, cantar, recoger los caramelos, chocolates y ramitos de flores lanzados desde los carros y reírse de los peces de colores (entiéndase: políticos y demás celebridades).
Tantas veces Merkel
La canciller Angela Merkel no podía estar, por supuesto, ausente. De hecho, su rostro se multiplicó en varios carruajes. Para ser jefa de Gobierno hay que tener también una buena dosis de humor por estos días en Alemania y soportar una que otra caricatura no del todo halagüeña. Pero también el humor tiene sus límites, incluso en Colonia: después del revuelo que provocó días atrás el plan de poner en un carro una figura de Merkel en traje de Eva, se optó por cubrirla con un diminuto bikini. El sentido de la alegoría, sin embargo, no se modificó: en el cuerpo de la muñeca se aprecian las diversas operaciones de cirugía estética practicadas en las “zonas problemáticas”, como el endeudamiento fiscal.
Otra versión, con el mismo sentido, muestra a una Merkel convertida en loba, en alusión a la leyenda de la fundación de Roma. Sólo que acá no amamantaba a Rómulo y Remo, sino a banqueros y otros hambrientos sectores de la economía.
Banqueros regordetes cayendo blando en una red formada por los contribuyentes, mientras un empresario mediano debe conformarse con un esqueleto de paraguas por toda protección; un Tío Sam intentando apuntalar los rascacielos bancarios y otras muchas alusiones a la actual crisis sirvieron así como válvula de escape. Quizás este carnaval pueda ayudar también como una forma de terapia colectiva, en vista de que la risa sigue siendo la mejor estrategia para espantar temores. Y eso es precisamente lo que la economía necesita.