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China y EE.UU.: maniobras navales conjuntas

Ganriel Domínguez (el)24 de junio de 2014

Ambos países buscan acercarse en los ejercicios a mar abierto más grandes del mundo. Pero esto no reducirá la tensión regional en el Mar de China, opina el experto James Holmes, en entrevista con DW.

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Imagen: Reuters

Las maniobras navales más grandes del mundo se llevan a cabo cada dos años en aguas de Hawaii y son conocidas como Ejercicio de la Cuenca del Pacífico, o RIMPAC, por sus siglas en inglés. Las próximas transcurrirán del 26 de junio al primero de agosto. Por primera vez, barcos chinos se unirán a navíos de otras 22 naciones, entre las que figuran Australia, Canadá, Francia, India, Indonesia y Reino Unido. Algunos medios señalan que por la parte china tomarán parte el buque antimisiles Haikou, la fragata portamisiles Yueyang, el navío de suministro Qiandaohu, y el buque-hospital Peace Ark. Esta participación implica la presencia de 1.100 oficiales chinos.

Algunos de los países participantes, como Japón y las Filipinas, son aliados de Estados Unidos y actualmente tienen disputas territoriales con China acerca de áreas en la parte este y sur del Mar de China. En entrevista con DW, James Holmes, profesor de estrategia en el Colegio Naval de Estados Unidos, afirma que las maniobras navales RIMPAC ayudan a mejorar procedimientos y detalles logísticos. Está por verse si contribuirán a la distensión en la mencionada zona, en la cual Pekín ve en juego algunos de sus intereses prioritarios.

James R. Holmes, experto en asuntos estraégicos internacionales.
James R. Holmes, experto en asuntos estraégicos internacionales.Imagen: U.S. Naval War College

DW: ¿Por qué decidió Estados Unidos invitar a China a estas maniobras navales?

James Holmes: Es una mezcla de causas políticas y operativas. Desde gobiernos anteriores, Estados Unidos pretende que China se convierta en un “socio corresponsable”, y no un enemigo en el laxo orden marítimo que impera en nuestros días. En Washington se opina que el trabajo conjunto a nivel táctico y operativo ayudará a este propósito. Es lo que los teóricos de las relaciones internacionales denominan como “funcionalismo”. La idea es que el trabajo conjunto no solamente desarrolla capacidades combinadas –por ejemplo, para responder a catástrofes naturales- sino también hábitos de confianza y cooperación. Si continuamos promoviendo ejercicios como las maniobras RIMPAC, nos acostumbraremos a comunicarnos, y ello llevará a que las tensiones decrezcan. Por lo menos esa es la teoría. Veremos cómo se desarrolla la práctica.

¿Por qué China decidió participar?

También aquí hay una serie de aspectos. Mencionaré tres: primero, en mi opinión hay una voluntad auténtica de China para cooperar con Estados Unidos más allá de la región. Ambas naciones tienen muchos intereses en juego. Las maniobras RIMPAC y otras similares abren la opción de trabajo conjunto en el Océano Pacífico o el Índico, o en cualquier otra parte. Por ejemplo, navíos de los dos países han convivido muy bien en la vigilancia del Golfo de Adén.

Aspexto de pasadas maniobras navales RIMPAC.
Aspexto de pasadas maniobras navales RIMPAC.Imagen: picture-alliance/dpa

En segundo lugar, los ejercicios multinacionales han ayudado a elevar el perfil de China como potencia naval. Si sus barcos y aviones responden bien bajo escrutinio internacional, eso ayuda a incrementar el prestigio de China. Finalmente, trabajar de cerca con la marina estadounidense permite observar de cerca los procedimientos utilizados en el organismo de su tipo más avanzado de nuestra era. Esto posibilita a los marinos chinos mejorar sus propios procedimientos. También da una idea acerca de a que se enfrentarían en caso de que China y Estados Unidos entrasen en algún tipo de confrontación.

¿Cuál es la importancia simbólica de estos ejercicios?

Están diseñados para promover la distensión. Eso es lo que quieren nuestros dos gobiernos, y también nuestros aliados. El demonio se esconde en los detalles. Para Estados Unidos, aminorar las tensiones equivale a ceder posiciones en el orden asiático, en el cual habían sido predominantes dese 1945. Por otra parte, China define la distensión como que Estados Unidos aplique las normas que gobiernan la actividad en mares y cielos según lo que pretende Pekín. Pero estas son consideraciones políticas y estratégicas de gran calado, y no se resolverán enviando a nuestros buques a que naveguen juntos por unas semanas.

¿Entonces qué impacto tendrán estos ejercicios en la situación en el este y sur del Mar de China?

Dudo que tengan un gran impacto. Las reglas del juego son distintas en esa zona. China ve ahí “intereses prioritarios” por los cuales esta dispuesta a luchar. Estados Unidos, por su parte, ve a esa región como una amenaza a la libertad aérea y naval. No hay maniobra conjunta, sea cual sea su dimensión, que pudiera mitigar un choque de intereses tan fundamental.

James Holmes imparte la cátedra de Estrategia en el Colegio Naval de Estados Unidos. En 1986 estudió en la Universidad de Ratisbona. Los puntos de vista expresados manifiestan exclusivamente su opinión personal.