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Christian Wulff: Más responsabilidad y compromiso social ante la crisis

23 de abril de 2009

El primer ministro de Baja Sajonia, Christian Wulff, habló con DW-WORLD sobre la responsabilidad de la política en tiempos de crisis y la importancia de no recurrir a medidas proteccionistas.

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El político Christian Wulff es una de las figuras más importantes de la Unión Cristiano Demócrata (CDU).Imagen: AP

En los países industrializados más afectados por la crisis económica y financiera, entre ellos, Alemania, hay un renovado interés en los países de América Latina, un subcontinente que ha resistido los embates de la tormenta gracias a un sistema bancario más sólido.

Christian Wulff, primer ministro del Estado de Baja Sajonia, cuya capital, Hannover, es anfitriona del mayor encuentro industrial y tecnológico del mundo, la Feria industrial de Hannover, habló con DW-WORLD sobre la responsabilidad de la política económica en tiempos de globalización y de crisis.

DW-WORLD: Señor Wulff ¿cuál es la responsabilidad de un líder político ante la globalización, en tiempos de crisis?

Christian Wulff: No somos representantes de los intereses económicos o comerciales, sino que somos responsables ante el pueblo. Y también los empresarios tienen que asumir parte de esta responsabilidad, deben también percibirla como suya. No sólo pueden estar interesados en las ganancias, eso es importante. Tienen una responsabilidad ante sus empleados y sus familias, los productos y procesos de producción, ante el lugar en donde se encuentra su empresa. En Alemania es una responsabilidad muy amplia que se inscribe dentro de la llamada “economía social de mercado” (que ácuñó Ludwig Erhard, desde los tiempos del milagro económico alemán). De esta responsabilidad no puede liberarse nadie.

Global Business Forum auf der Hannover Messe
Christian Wulff, Ministro presidente del Estado de Baja Sajonia (centro) durante la presentación, en la Feria de Hannover de un automóvil impulsado por energía eléctrica.Imagen: DW / Eva Usi

La confianza en el mundo, entre los ciudadanos, la obtendremos cuando todos asuman abiertamente su propia responsabilidad en el surgimiento de esta crisis económica y todos y cada uno de los que tienen influencia en las éllites políticas y económicas asuman su responsabilidad por los excesos en el mundo financiero. Necesitamos más responsabilidad individual y un mayor compromiso social y no un interés en maximizar las ganancias cada cuatrimestre, en las cotizaciones de la bolsa, los réditos de corto plazo y el pago de bonificaciones. Esa actitud nos conduce hacia un camino equivocado.

¿Cuál es la diferencia entre esta crisis y la de 1929?

En la Gran Depresión de 1930 se cometió un error. El dinero era escaso, se redujeron los salarios, se produjo una deflación. En esta ocasión el mundo está reaccionando diferente, poniendo en marcha programas para estimular la coyuntura económica. El segundo error que se cometió en aquel entonces fue el proteccionismo al que se recurrió. Estados Unidos en esos años aumentó los aranceles hasta en un 60 por ciento para 20.000 productos y cerró el mercado nacional. El comercio mundial colapsó en un 50 por ciento.

¿Qué tipo de demandas hace usted a los gobernantes latinoamericanos y qué hacen los europeos para abrir sus mercados como demandan muchos países latinoamericanos?

Hoy en día tenemos que luchar por la apertura de mercados, la apertura de fronteras para que sean los ciudadanos los que decidan si quieren comprar un producto de México, de Paraguay, Uruguay o de Alemania. No puede ser la política la que decida qué productos tienen que comprar sus ciudadanos. En muchos productos mexicanos hay tecnología alemana y viceversa, en algunos productos alemanes hay tecnología o mano de obra mexicana. Volkswagen en México es una historia de éxito. Ya no tenemos empresas nacionales sino globales y, en el interés de Alemania, de Baja Sajonia y de Volkswagen, necesitamos fronteras abiertas. Es el consumidor el que decide si comprar un automóvil hecho en Alemania, México o Japón y no la política. El proteccionismo impide la innovación, la competencia, y daña a largo plazo la economía.

Autora: Eva Usi

Edición: Emilia Rojas Sasse