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Clima y crimen: una relación tormentosa

29 de abril de 2011

El clima afecta a los delitos: tanto a los autores, como a la escena y la frecuencia. Criminólogos estudian ahora cómo utilizar esta correlación que ya los Frisios descubrieron en el temprano medievo.

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Imagen: Fotolia/Schulz-Design

Andreas Lohmeyer dirige el departamento de lucha contra el crimen en la Policía de Hamburgo. Y trata de descubrir cómo el clima afecta a ciertos delitos. Su idea no es nueva, aclara el criminólogo, puesto que ya en el temprano medievo, la Ley de los Frisios, la “Lex Frisiorum”, había establecido una penalización dependiente del estado del tiempo: “Unas ciertas condiciones climáticas aumentan las posibilidades de ciertos delitos”.

Charles de Montesquieu
Charles de Secondat Montesquieu (1689-1755).Imagen: Picture-Alliance /dpa

El viento del este favorece el suicidio y las revueltas

También el filósofo francés Barón de Montesquieu propuso en 1748 (casi un milenio después) que las leyes debían guiarse por el clima, porque las diferentes condiciones atmosféricas tenían efectos diversos en las personas. Especialmente el viento del este, escribía Montesquieu, tenía consecuencias fatales: llevó a muchos ingleses al suicidio.

Su contemporáneo enciclopedista Voltair incluso mencionó el tiempo como causa de la caída de dos gobernantes ingleses: Karl I no hubiera sido decapitado ni Jakob II hubiera sido depuesto de no ser por los “devastadores efectos” del viento del este.

Veranos peligrosos

A finales del siglo XIX, los pioneros de la medicina forense moderna ya se ocupaban de los efectos del clima. El profesor italiano Cesare Lombroso comparaba las revoluciones y disturbios que se dieron entre 1791 y 1880, y dedujo de ello un “claro máximo veraniego”. El psiquiatra forense alemán Gustav Aschaffenburg calculó en 1913 que en el mes de junio “se producen muchos actos lascivos, y en julio delitos sexuales de todo tipo”.

Andreas Lohmeyer, Leiter der zentralen Verbrechensbekämpfung der Polizei Hamburg
Andreas Lohmeyer dirige el departamento de lucha contra el crimen en la Policía de Hamburgo.Imagen: DW/Fabian Schmidt

Hoy en día, el parte meteorológico se tiene en cuenta en el trabajo de la policía. Los reglamentos del servicio requieren incluso que el clima se considere en las evaluaciones policíacas. También las escenas del crimen cambian sustancialmente según la influencia del tiempo. ¿Pero se pueden extraer conclusiones definitivas sobre si el criminal estuvo influenciado por las condiciones atmosféricas?

Cálculos estadísticos

Para saberlo con certeza, Lohmeyer ha cotrastado innumerables datos meteorológicos con estadísticas criminales. Tiene a su disposición doscientas variables atmosféricas, distribuidas en base a la hora, para cada día de los últimos veinte años. “Esto supone fácilmente unos 36 millones de datos, más 175.000 documentos de las estadísticas criminales de la policía”, explica el criminólogo.

Algunos tipos de delitos son más susceptibles a las condiciones meteorológicas que otros. Por ejemplo, delitos de robo, fraude y drogas no están especialmente influenciados por el tiempo. En cambio, los actos de brutalidad con agresiones personales aumentan con el calor, dice Andreas Lohmeyer. Según él, se puede calcular de forma más o menos exacta, aunque es sólo una estadística. “Por cada aumento de un grado Celsius sube el número de delitos en un 0,7 por día”.

Flash-Galerie Gewalt an der Schule
Los actos de brutalidad con agresiones personales aumentan con el calor.Imagen: picture-alliance/dpa

Un día de calor...

Teniendo en cuenta el día de la semana y la cantidad de horas de luz solar, se puede calcular que en un domingo caluroso de agosto pueden darse hasta 82 actos de brutalidad. En un martes gris y frío de marzo, el número desciende a 51. Una significativa diferencia.

También los delitos sexuales aumentan en frecuencia en días calurosos. El dicho de que “cuando hace calor, es más peligroso para las damas” no es nuevo, pero ahora está confirmado científicamente.

Autor: Fabian Schmidt / Lydia Aranda Barandiain

Editora: Emilia Rojas Sasse