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Concluye el Sínodo con cierta apertura hacia los divorciados

25 de octubre de 2015

El resultado del sínodo es una victoria para los conservadores respecto al tema de la homosexualidad y un triunfo para los progresistas en el espinoso asunto de los divorciados vueltos a casar.

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Kardinal Christoph Schönborn
Imagen: picture-alliance/ABACAPRESS/E. Vandeville

En palabras del papa Francisco, el sínodo ha "dejado al desnudo los corazones cerrados que frecuentemente se esconden incluso detrás de las enseñanzas de la Iglesia o de las buenas intenciones, con el fin de sentarse en la silla de Moisés y juzgar, a veces con superioridad y superficialidad, casos difíciles y familias heridas". Y concluyó: "El primer deber de la Iglesia no es distribuir condenas o anatemas sino proclamar la misericordia de Dios".

El Sínodo de la Familia en Roma se inclinó por una mayor apertura hacia los divorciados que han vuelto a casarse y una diferenciación de situaciones y circunstancias de cada caso a través de su documento final, tras tres semanas de deliberaciones. En él se afirma que los homosexuales no deben ser discriminados por la sociedad, pero "no hay ningún fundamento" para equiparar el matrimonio entre personas del mismo sexo con las uniones heterosexuales, con las que "no puede ser ni remotamente" comparado.

Comunión de los divorciados

Los 94 párrafos del documento fueron aprobados con la necesaria mayoría de dos tercios. "Estoy muy feliz de que hayamos dado aquí un paso adelante", manifestó el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, cardenal Reinhard Marx. "No se cerraron puertas, sino que se abrieron", dijo gráficamente. Se debe contemplar cada caso individual, así como sus circunstancias, señaló el párrafo al respecto del documento final difundido este sábado (24.10.2015). Es tarea de cada sacerdote tomar una decisión, especificó.

Sin embargo la palabra "comunión", de la cual están excluidos hasta ahora los divorciados vueltos a casar, no aparece en ese pasaje del texto, lo que podría causar decepción entre los católicos afectados. A la pregunta de si el documento abre la puerta para permitir la comunión de los que contraen nuevamente matrimonio, el arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, respondió: "No encontrarán en el documento una respuesta directa a ello. Esto es deliberado".

El párrafo más controvertido del documento de unas 30 páginas sobre la posición frente a los divorciados que vuelven a casarse obtuvo 178 votos a favor y 80 en contra. De esta manera alcanzó con estrechez la necesaria mayoría de dos tercios, o sea 177 sufragios. En cambio, gozó de mayor consenso la declaración según la cual las personas que se vuelven a casar deben ser mejor integradas en la iglesia.

Ni hablar de uniones homosexuales

"Hubo una clara decisión de no tratar en el papel la cuestión de las uniones homosexuales", explicó Schönborn (en la imagen). El documento subraya que las personas homosexuales deben ser respetadas y aceptadas. Al mismo tiempo descarta de forma categórica una equiparación de las uniones de parejas homosexuales con el matrimonio entre un hombre y una mujer.

El papa Francisco les agradeció a los padres sinodales por el trabajo realizado. "La experiencia del Sínodo también nos ha hecho comprender mejor que los verdaderos defensores de la doctrina no son los que defienden la letra sino el espíritu; no las ideas, sino el hombre; no las fórmulas sino la gratitud por el amor de Dios y de su perdón", aseveró el Sumo Pontífice.

"Esto no significa en modo alguno disminuir la importancia de las fórmulas, de las leyes y de los mandamientos divinos, sino exaltar la grandeza del verdadero Dios que no nos trata según nuestros méritos, ni tampoco conforme a nuestras obras, sino únicamente según la generosidad sin límites de su misericordia", añadió. La culminación del Sínodo no implica haber cerrado todos los temas relacionados con la familia, aclaró además el papa Francisco.

LGC (dpa / Reuters)