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Critican viaje del Papa Benedicto XVI a Estados Unidos

13 de abril de 2008
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El movimiento internacional reformista "Somos Iglesia" consideró el viaje papal a estados Unidos como una prueba de fuego de sus capacidades políticas y pastorales. Las fuerzas reformistas en la Iglesia católico-romana esperan que el Papa sea capaz de encontrar las palabras y gestos adecuados para enfrentar los retos actuales como el desarrollo global, el diálogo interreligioso y el futuro de la iglesia, dijo la organización en un comunicado.

El Papa deberá escoger para su discurso ante la ONU palabras comprensibles correctamente por todas las personas de todos los continentes, comentó la presidenta de la organización Raquel Mallavibarrena. También debe evitar sin falta "deslices" como el cometido en mayo de 2006 en Auschwitz frente a los judíos, en septiembre de 2006 en Ratisbona frente al Islam y en 2007 en Brasil frente a los pueblos indígenas.

La organización se mostró preocupada por las consecuencias para el diálogo interreligioso de la intercesión del rezo de Viernes Santo así como el bautizo por el Papa de un musulmán en la Catedral de San Pedro durante la Semana Santa. Además tendrá que explicar por qué el Vaticano sigue una política de apaciguamiento con China.

La organización considera un "crítico signo de una alianza estratégica muy peligrosa" el hecho de que Benedicto XVI se reúna con Bush en Washington precisamente el 16 de abril cuando cumple 81 años.

El Vaticano explicó que el encuentro con Bush no debe ser valorado de ninguna manera como un respaldo de Roma a la guerra de Irak. Dos días antes de volar hacia Estados Unidos, el Papa Benedicto XVI pidió a los creyentes congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano que recen por un viaje exitoso a ese país.

El Pontífice pidió a los creyentes que recen para que su visita se convierta en "un tiempo de renovación espiritual para todos los estadounidenses". La visita a Estados Unidos, que comenzará este martes y durará seis días, llevará al Papa a Washington y Nueva York. El programa incluye un encuentro el presidente, George W. Bush, un discurso ante las Naciones Unidas y una visita a la Zona Cero, el lugar donde se perpetraron los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Además, el pontífice visitará una sinagoga en Nueva York y hablará con representantes judíos.

Mientras tanto, el Consejo Central de los Judíos criticó duramente a Roma y exigió a la Iglesia católica que retire la controvertida intercesión por los judíos de la modificada oración del viernes santo de la misa en latín antes de que se celebren las jornadas católicas en Alemania, previstas para mayo en Osnabrück. Sólo entonces, opinó la presidente del consejo central judío, Charlotte Knobloch, en declaraciones que publica mañana la revista alemana "Der Spiegel" podrá continuar el diálogo interreligioso.

El Papa incluyó en su intercesión la frase de que Dios quiere "iluminar" el corazón de los judíos "para que reconozcan a Jesucristo, el Salvador de todos los hombres", algo que muchos judíos sintieron como una exhortación presuntuosa a la misión judía.

"La reformulación de la intercesión es una expresión de menosprecio a la religión judía, contradice una teología tolerante y es muy peligrosa", consideró Knobloch. "Durante los siglos pasados hemos sido testigos dolorosamente de a dónde puede llevar una humanidad dividida", añadió. Invitados judíos rechazaron participar en la jornada católica que se celebrará el 21 de mayo en Osnabrück debido a ese pasaje. (DPA)