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Cuatro soldados muertos en Jerusalén tras ataque con camión

8 de enero de 2017

Al menos cuatro personas murieron y quince resultaron heridas cuando un camión entró un área peatonal con vista hacia la ciudad vieja de Jerusalén. La policía local da por sentado que se trata de un atentado terrorista.

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Israel LKW-Anschlag in Jerusalem
Imagen: Getty Images/AFP/A. Gharabali

Hasta las 14:00 de este 8 de enero (13:00 UTC), el acontecimiento israelí que ocupaba a la prensa internacional era el hallazgo de una grabación de audio en la que supuestamente se oye al "hombre fuerte” de Jerusalén, Benjamin Netanyahu, intercambiando favores con un empresario; un elemento que complica para el mandatario la investigación policial en su contra por las acusaciones de corrupción que lo persiguen. 

Pero a esa hora se supo que un camión había embestido a un grupo de personas en un área peatonal de Jerusalén. Los servicios de emergencia agregaron que “los equipos de la Estrella de David Roja también están respondiendo a los reportes de un tiroteo”.
Quince personas resultaron heridas y cinco perdieron la vida: cuatro militares israelíes murieron arrollados y el conductor del vehículo fue abatido a tiros.

Hamás celebra matanza

Desde la ciudad de Ramala, en Cisjordania, oficiales de seguridad palestinos identificaron al hombre sentado al volante del camión como un palestino asentado en el barrio Jabal Mukaber de Jerusalén Oriental, cercano a la escena del suceso. Por su parte, la organización palestina Hamás, que se describe a sí misma como un movimiento de resistencia islámico, celebró la matanza. Sin embargo, Netanyahu afirmó más tarde que el atacante era un simpatizante de Estado Islámico y lo desvinculó del conflicto palestino-israelí. Además, comparó el ataque con los ocurridos en Niza o Berlín.

La policía local da por sentado que se trata de un atentado terrorista. La vocera de la gendarmería, Luba Samri, declaró que el camión se salió de su curso y atropelló intencionalmente a un grupo de soldados israelíes cuando éste bajaba de un autobús en el barrio Armón Hanatziv, ubicado en el sector oriental de Jerusalén, una zona ocupada por Israel desde 1967 que los palestinos reclaman como parte de su futuro Estado.

El este de Jerusalén ha sido escenario de ataques recurrentes, muchos con armas blancas, desde octubre de 2015. Hasta ahora, esa ola de violencia se ha cobrado la vida de 247 palestinos, 40 israelíes, dos estadounidenses, un jordano, un eritreo y un sudanés. A la mayoría de los palestinos asesinados se le atribuyó la intención de atacar a israelíes con cuchillos, pistolas o automóviles en marcha.

Otros palestinos murieron a punta de disparos en el marco de protestas o tumultos, o debido a los ataques aéreos orquestados por las fuerzas israelíes sobre la Franja de Gaza. En todo caso, el más reciente episodio del violento y longevo conflicto palestino-israelí consiguió eclipsar parcialmente otra noticia que ya empezaba a acaparar titulares alrededor del mundo: los nuevos indicios de corrupción que pesan sobre Netanyahu.