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Cuba: ¿qué sucede detrás de bambalinas?

Entrevista de Pablo Kummetz21 de julio de 2008

En Cuba tienen lugar transformaciones silenciosas, impensables en la era de Fidel. Más eficiencia, más incentivos económicos, más diferenciación social. Una entrevista con el Dr. Bert Hoffmann, experto alemán en Cuba.

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Manifestación del 1 de mayo en La Habana: Raúl consolidó su poder.Imagen: AP

En los últimos meses se oye poco sobre Cuba. ¿Qué sucede detrás de bambalinas?

Raúl Castro consolidó su poder y se halla incuestionablemente en la cúspide del Estado. Puso en la agenda una muy precavida política de reformas: en lo económico, más eficiencia y más incentivos para la producción; en lo social, una cierta ampliación de los espacios para la discusión y el debate. Pero todo hay que tomarlo con mucho cuidado y esperar a ver si lleva a un amplio proceso de reformas o no es simplemente un cuestión momentánea.

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Raúl Castro: incuestionablemente en la cúspide del Estado.Imagen: AP

¿Qué papel desempeña Fidel Castro?

Fidel Castro no es más el líder político, tampoco detrás de bambalinas. Eso está muy claro. El poder está en manos de Raúl y los cuadros en torno a él. Fidel es el gran legitimador y como tal continúa siendo imposible renunciar a su persona. Una y otra vez se recurre a citas de Fidel, que también continúa siendo muy importante como figura simbólica y por ello se lo consulta también permanentemente. Pero ya no es el comandante en jefe, la figura política líder.

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Comandante, ¡ordene! Pero Fidel no es más el líder político.Imagen: DW-TV

¿Y qué sucede con los disidentes?

La situación de los disidentes no ha mejorado para nada hasta ahora, pero tampoco ha empeorado masivamente. Es decir, desde que Raúl está en el poder no se ha registrado una represión masiva de los disidentes, pero tampoco sus espacios de maniobra se han ampliado. No tienen grandes espacios políticos en los que puedan expresarse y tampoco les son concedidos. Lo más visible es quizás el blog en Internet de Yoani Sánchez, que recibió el Premio Ortega y Gasset, pero que no viene de la escena de los disidentes, sino que es un compromiso muy personal, de una sola persona, que ha conquistado como pionera ese espacio en Internet.

¿Cuáles son las perspectivas del marxismo y el partido único en Cuba?

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Fidel Castro saluda a Hugo Chávez: importante ayuda económica.Imagen: AP

El marxismo no se aplica seguramente como construcción teórica completa, pero el sistema de partido único continúa vigente. Raúl Castro ha resaltado repetidas veces que no habrá varios partidos políticos y ello no es efectivamente de esperar a mediano plazo, tampoco con un proceso de reformas. Podría quizás ser un punto final en tanto ese proceso desarrolle una determinada dinámica. Con respecto al marxismo, es un concepto muy elástico. Lo que existe es una gran continuidad, en la que el socialismo de Estado, a pesar de la inclusión de elementos de mercado, continúa siendo aplicado con el monopolio del poder político en manos no sólo del Partido Comunista, sino también de las Fuerzas Armadas y el Estado, como una especie de trinidad, por lo que no es de esperar grandes cambios en dirección a la democracia política.

¿Cuáles son los lineamientos económicos de Raúl Castro y cómo se diferencian de los anteriores?

La diferencia es muy grande. Raúl Castro es un pragmático, alguien que quiere impulsar la eficiencia económica también con incentivos materiales y no sólo con llamados morales. Se registra una nueva apertura en el sentido de que la gente también puede acceder a mayores ingresos, por ejemplo los campesinos pueden alcanzar un cierto bienestar si producen eficientemente. Ello se diferencia claramente de las posiciones de Fidel Castro, que lo vio siempre como un peligro político y para el que una capa de “nuevos ricos” era visión horrorosa. También la posibilidad de comprar teléfonos celulares y otros bienes de consumo que antes no había tiene —por lo menos por ahora, hay que aguardar a ver cómo sigue— ciertas características de una senda china. Es decir, que determinados mecanismos de mercado puedan desarrollarse en la economía, si bien éstos son dejados sin efecto una y otra vez cuando alguien pertenece al Partido Comunista o se lleva bien con las autoridades. Ello se da por ejemplo en el sector de las “joint ventures” con empresas extranjeras o cuando se trata de acceder a posiciones de dirección en las empresas estatales. En ese caso las decisiones no se toman a través del mercado ni tienen que ver con conocimientos o calidad, sino que siempre están relacionadas con la confianza política que se tenga en la persona. No obstante, a nivel económico se registran enfoques de reforma, que se manifiestan muy claramente en el sector agrícola. Raúl Castro dice que Cuba no puede confiar en un solo patrocinador externo, antes la URSS y hoy Venezuela, sino que lo que Cuba consume debe también producirlo y ello es una posición muy diferente a la de Fidel Castro.

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Luiz Inácio Lula da Silva (dcha.) y Fidel Castro: Brasil tiene mucho que ofrecer.Imagen: AP

Raúl Castro ha llegado a decir que el socialismo significa igualdad de derechos y oportunidades, pero no de ingresos…

Ésa es en efecto una frase que conmueve los fundamentos de lo que ha sucedido en Cuba en los últimos cincuenta años. La autorización de teléfonos celulares y otros productos como símbolos de status es la prueba de que ahora está permitido el surgimiento de una nueva capa de personas con cierto bienestar. Se trata del fin de la doctrina vigente hasta ahora de igualdad y justicia social y el surgimiento de una diferenciación social mucho mayor que hasta ahora. Parte de ello es también la eliminación de la “libreta”, anunciada, si bien aún no llevada a la práctica. Se trata de profundos cambios en Cuba que en parte producen desigualdad social, pero en parte sólo hacen visible una desigualdad ya existente. Ello puede desatar grandes tensiones en la sociedad, no cabe duda alguna.

El 40 por ciento de las importaciones cubanas son combustibles y alimentos. Los precios justamente de los combustibles y los alimentos han aumentado fuertemente en los últimos tiempos. ¿Qué consecuencias tiene ese aumento para la economía cubana?

Es una pesada carga para la economía cubana, como también para otras economías. En el caso del petróleo, Cuba está bastante protegida por el suministro altamente subvencionado de petróleo de Venezuela, como consecuencia de la alianza política forjada entre Fidel Castro y Hugo Chávez, que continúa vigente. Venezuela provee a Cuba de grandes cantidades de petróleo a precios muy, muy convenientes. En el caso de los alimentos, es otra cosa. Los elevados precios en los mercados mundiales tienen consecuencias directas para Cuba. Con respecto a ello, Raúl Castro ha dicho una y otra vez que no puede ser que Cuba importe alimentos, mientras la mitad de las tierras agrícolas en la isla no son cultivadas, de acuerdo con cifras oficiales. Es un lujo que Cuba efectivamente no se puede dar. Pero la producción agrícola ha sido muy descuidada en los últimos años, debido a que se contaba con el dinero barato de Venezuela y créditos de China. Por ello no existía interés alguno en aumentar la producción agrícola a través de incentivos. Raúl Castro quiere cambiar esa situación y motivar a los campesinos y las cooperativas a producir más, para contrarrestar los altos precios. Ello es sensato, pero hay que esperar a ver si funciona y si funciona de tal manera que los cubanos puedan poner más sobre la mesa. Eso es esencial, porque los cubanos medirán al gobierno por las mejoras en su difícil vida cotidiana.

¿Qué hay de cierto en la troika Lula, Calderón, Uribe con respecto a Cuba: siga leyendo la segunda parte.

Se habla de la existencia de una “troika” Lula, Uribe, Calderón que desearía reducir la influencia de Chávez en Cuba y apoyar la liberalización. ¿Hasta qué punto es cierto?

No creo que esa “troika” exista formalmente. Pero sin duda los tres tienen interés en frenar las ambiciones de Chávez de transformar a Venezuela en una potencia regional. Pero ello no se limita sólo a la influencia en Cuba, sino en todo el Caribe, donde Chávez ha aplicado una “diplomacia del petróleo”, con altas apuestas y considerable éxito. Lo que llama la atención es que Brasil impulsa decididamente una ampliación de las relaciones económicas con Cuba. La visita de Lula fue la expresión más visible. Brasil se ofrece como socio estratégico de Cuba. Existen grandes áreas donde ello tiene una considerable base económica, por ejemplo todo el sector de la caña de azúcar, en el que Brasil posee gran experiencia, no sólo en con el biodiesel, sino en general en la producción de azúcar y cómo se la puede hacer rentable en un nuevo contexto en Cuba. Y naturalmente también en el sector de la explotación de petróleo “off shore”, en la que Petrobras es la empresa latinoamericana más competente. Yo creo efectivamente que Brasil desempeña en efecto un papel muy importante y ha puesto el foco en Cuba, a lo que Cuba ha reaccionado hasta ahora muy positivamente, sin reducir por cierto de ninguna forma las estrechas relaciones con Venezuela, lo que tampoco es necesario. Se trata simplemente de una ampliación de las relaciones internacionales. Ello es parte de la agenda de Raúl Castro, a diferencia de Fidel, que apostó fuertemente por Venezuela, ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y países como Irán y China.

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Refinería de petróleo en Cienfuegos: la diplomacia del petróleo.Imagen: picture-alliance/dpa

¿Puede ser que Raúl Castro quiera disminuir también con ello la dependencia de Venezuela y China?

Sí, Raúl Castro es pragmático en lo que se refiere a las relaciones exteriores y está interesado en una diversificación de los contactos. En ese contexto le son muy importantes los países moderados de América Latina: reconciliación con México, aproximación con Brasil, pero también una mejora de las relaciones con la Unión Europea son sus claros objetivos. No como sustitutos de Venezuela y China, pero sí como complemento, para que Cuba no dependa tanto de uno o dos países.

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Raúl Castro recibe al cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, en febrero de 2008: diversificación de las relaciones exteriores.Imagen: AP

El Dr. Bert Hoffmann es colaborador científico y vicedirector del Instituto de Estudios Latinoamericanos en el Institut for Global and Area Studies (GIGA), Hamburgo.