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Divorcio a la europea

Anke Hagedorn, Bruselas6 de agosto de 2008

Los divorcios nunca son fáciles. Pero se pueden complicar hasta el infinito cuando los cónyuges vienen de distintos países, aunque sean de la UE. Homologar legislaciones es la consigna, aunque nadie sabe si se logrará.

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Divorciarse no es lo mismo en Suecia que en Polonia.Imagen: picture-alliance/dpa/DW

Ella es francesa. Él, británico. Ambos se instalaron en París. Pero su felicidad conyugal no duró mucho: él descubrió que ella lo había engañado y ese mismo día pidió el divorcio.

De acuerdo con las leyes francesas, al cónyuge responsable de la ruptura del matrimonio le corresponde recibir una pensión de manutención inferior. Si la mujer hubiera hecho los trámites de divorcio en Gran Bretaña, en cambio, su infidelidad conyugal no habría tenido ninguna consecuencia monetaria. A semejanza de lo que ocurre en Alemania, según la legislación británica la “culpabilidad” es irrelevante en casos de divorcio.

Tales discrepancias o injusticias se dan por montones cuando se separan parejas binacionales. El abogado Mark van Roy, especializado en derecho familiar, lo constata una y otra vez. Su bufete está en Bruselas, no lejos de las sedes de las instituciones europeas, y sus clientes suelen venir de diversos países de la UE.

Derecho belga

Van Roy explica que Bélgica modernizó el año pasado sus leyes de divorcio para homologarlas a de la otros países europeos. “Anteriormente había dos motivos de divorcio: uno era la demostración de una mala conducta del cónyuge, como el adulterio, por ejemplo. El segundo era una separación de facto de por lo menos dos años de duración”, señala el abogado. Indica que la nueva legislación simplifica las cosas. Aunque el principio de la culpabilidad se mantiene, el plazo de separación requerido para obtener el divorcio se redujo a un año. Además, basta con que uno de los cónyuges manifieste en dos oportunidades ante los tribunales su voluntad de divorciarse para que la pareja tenga que aceptar esa decisión.

Symbolbild Paar Streit Scheidung
¿Quién tiene la culpa? En Alemania, no importa.Imagen: picture-alliance/MAXPPP

La cuestión de quién es el responsable de la separación ya no influye en el monto de los pagos de manutención, al igual que en Alemania. El tribunal también puede conceder una pensión a las mujeres causantes del divorcio por haber cometido adulterio, siempre que demuestren que necesitan de ese dinero para vivir.

La cosa se complica, sin embargo, cuando uno de los cónyuges, o los dos, son extranjeros. “Actualmente, los tribunales belgas tienen competencia si el último domicilio compartido estaba en Bélgica”, explica Van Roy, aclarando, eso sí, que “la pareja también puede iniciar el proceso en su lugar de origen”. Pero, para eso, ambos deben estar de acuerdo.

Diferencias abismales

En el caso de Alemania y Bélgica, las diferencias no son tan profundas. Entre países como Suecia y Polonia, en cambio, son abismales. Suecia cuenta con las leyes de divorcio más liberales de Europa. En Polonia, en cambio, rige el principio de la culpabilidad y el causante del divorcio no recibe un centavo de manutención. Además, el gobierno de Polonia quiere evitar a toda costa una simplificación y aceleración de los procesos de divorcio. En Malta, por otra parte, no es posible divorciarse.

Hasta ahora, las iniciativas de la Unión Europea dirigidas a unificar las legislaciones de divorcio nunca han prosperado. Ahora nueve países han unido sus voces para interceder por una regulación a nivel europeo. Sin embargo, tampoco en este caso el abogado Van Roy se muestra muy optimista. “En Eslovenia, Irlanda, Alemania, Suecia, en muchos países hay sistemas diferentes que se han desarrollado en el curso de las décadas y por eso no creo que se consiga homologarlos rápidamente, eso tomará tiempo”, indica. Y, además, hace notar que haría falta otro punto clave: “eso requeriría también cambios en la mentalidad de las diversas naciones”.