El Airbus A380 debuta en Nueva York

El A380 no ha tenido hasta ahora la buena estrella que se le auguraba años atrás, cuando se lo presentó como el avión más grande del mundo. Problemas de construcción, retrasos y planes de reestructuración son los temas que han mantenido últimamente a la empresa europea Airbus en el primer plano informativo, para disgusto de los responsables. Por eso, un éxito que celebrar le viene de mil maravillas a la empresa y el primer vuelo transatlántico del coloso, llevando más de 500 personas a bordo, ofrece una ocasión propicia para pulir la magullada imagen.

Condiciones reales

Desde el año pasado se venían realizando vuelos de prueba con el Airbus A380, en los que se lo sometió a exigencias de navegación y condiciones climáticas extremas. Igualmente se habían llevado a cabo viajes con algunos pasajeros, miembros de la empresa, con el fin de determinar si los sistemas de aire acondicionado, los baños o los aparatos electrónicos de entretención operaban correctamente.

Pero el viaje de este lunes fue diferente: la intención era comprobar si todo funcionaba como se debe en condiciones reales, es decir, con la nave llena prácticamente a tope. Los encargados se mostraron satisfechos con los

resultados: proceso de embarque tardó apenas 21 minutos, gracias a las tres rampas instaladas para abordar el avión. Es un logro, tomando en cuenta la cantidad de gente, pero también habría que recordar que no se trataba de pasajeros comunes y corrientes, sino de empleados de Airbus e invitados especiales, que de seguro no cargaban niños llorando o el desbordante equipaje típico de los turistas. De todos modos, para los responsables lo que cuenta es el resultado: el avión partió puntualmente de Fráncfort.

Problemas de mercado

Sobre el despegue del nuevo modelo, en cambio, quizá no se pueda decir lo mismo. Al margen de los problemas internos de la empresa, que ya han ahuyentado a algunos potenciales compradores, algunos se preguntan si este gigantesco avión tiene futuro en el mercado actual, por lo menos en Estados Unidos. La razón: las principales aerolíneas estadounidenses, Delta Airlines y American Airlines, prefieren los jets más pequeños y ni siquiera utilizan los grandes Jumbos B747 de Boeing.

Por otra parte, la competencia arrecia y también amenazan con aparecer nuevos rivales, como los chinos, que dieron a conocer su intención de construir aviones con capacidad para 150 pasajeros.