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El euro: una historia exitosa

Birgit Kolkmann/ERS2 de junio de 2008

Diez años después de la fundación del Banco Central Europeo, el primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, destacó en entrevista con DRadio el éxito del euro y su positivo efecto en las finanzas de la UE.

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Jean Claude Juncker, uno de los grandes artífices de la integración europea, defiende los logros del euro.Imagen: picture-alliance / dpa/dpaweb

El euro es una moneda particularmente fuerte. Alemania, como campeón de la exportación, siente los efectos negativos de ese hecho. ¿Tienen algo de razón quienes critican ese aspecto?

Juncker: No El euro tiene la estabilidad que tenía el marco alemán. La fortaleza que actualmente tiene el euro equivale exactamente a la que existía en los tiempos del marco alemán. Es cierto que su alto precio en relación con el dólar y las monedas más importantes del mundo puede provocar dificultades al sector exportador, pero la economía alemana ya está acostumbrada, y Alemania puede superar sin problemas el tipo de cambio un tanto elevado del euro.

Demos un vistazo a la Unión Europea en general. Si observamos el alto precio del euro y tomamos por ejemplo el caso de la industria aeronáutica, en que los negocios se hacen en dólares, ¿no será esto un obstáculo que los europeos se ponen a sí mismos?

El tipo de cambio del euro tiene efectos sectoriales muy diferentes. En el sector que usted menciona son más claramente perceptibles que en otros. No quiero minimizar los problemas actuales, pero en general hay que tener en cuenta que este alto precio ha evitado, por ejemplo, que hayamos importado a Europa en toda su magnitud el impacto del alza del petróleo. Si no tuviéramos el euro sino el marco y las otras monedas nacionales, el precio de la gasolina sería hoy un 20 o 30% más alto en las estaciones de servicio.

¿Ha brindado la unión monetaria más seguridad a los consumidores y la posibilidad de comparar? Tres cuartas partes de los habitantes de la euro-zona están satisfechos con la moneda común.

No es tan irrelevante que habiendo transcurrido diez años desde la aparición del euro y apenas ocho desde que lo tenemos circulando materialmente, el 75% se declare a favor de la moneda europea. Es un porcentaje muy alto. La gente también sabe que no es cierto que el euro haya traído impulsos inflacionarios, aunque muchos lo crean porque así lo sienten. Todos los estudios indican que la responsabilidad que le corresponde al euro en lo tocante a la inflación es de sólo un 0,2%. Vale decir, no es el euro el que ha encarecido los productos de consumo diario. Son otros factores. En la eurozona tenemos los intereses más bajos que jamás hayamos tenido y en conjunto, también tenemos, según los años que se consideren, una inflación inferior a la de los viejos tiempos del marco.

¿Se controla mejor la política presupuestaria que antes de la unión monetaria, pese a que los ‘pecadores’ no son realmente castigados?

Yo participé activamente en las negociaciones previas que condujeron al Tratado de Maastricht. Los déficits fiscales y el nivel de las deudas eran considerablemente más elevados que hoy en algunos países. En el año 2007, alcanzamos en promedio un déficit del 0,6%. Eso representa un saneamiento financiero y presupuestario sustancial. También sé que eso será un poco más difícil en 2008 y 2009. La política financiera tendrá estrechos márgenes de movimiento. Pero se mantiene la presión sobre los que no cumplan las reglas. Antes, en Europa nunca hablábamos de los déficits presupuestarios y las deudas de otros. Nunca conversamos en forma intensa y controversial acerca de reformas laborales en Alemania, y otras reformas estructurales en Francia, España u otro lugar. Gracias al euro conseguimos una mayor estabilidad y hemos experimentado una intensificación del debate político más allá de las fronteras.