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Salafismo en Alemania

José Ospina10 de marzo de 2012

Mientras la lucha contra la extrema derecha radical acapara la atención de Alemania, el peligro del extremismo religioso late en un segundo plano. El panorama salafista radical sigue creciendo en silencio.

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Imagen: youtube.de

“Debemos entender que el Islam es una religión de acción, una religión de hechos (…). Cada uno de nosotros debería tener en cuenta que el objetivo es el Paraíso. De modo que no perdáis tiempo para llegar a él.” Así reza el mensaje de un convertido radical condenado que probablemente volverá a ser detenido pronto en Alemania.

Se trata de una llamada a los salafistas en Alemania, una minoría de los musulmanes que se orientan siguiendo el modelo de los padres fundadores del Islam. Los seguidores del Salafismo rechazan las nuevas corrientes de la historia de la religión musulmana, y son el grupo islámico con un crecimiento más fuerte ahora mismo en Alemania, activo especialmente en Ulm, Fráncfort, Berlín y Renania del Norte-Westfalia. El espectro oscila desde seguidores inofensivos completamente orientados hacia la fe hasta salafistas con tendencia a la violencia.

Cosecha de criminalización

Mathilde Koller, Leiterin des NRW-Verfassungsschutzes
Mathilde Koller: "La prevención es esencial."Imagen: Ministerium für Inneres und Kommunales NRW

El salafismo político, no obstante, sirve como campo de cosecha para procesos de radicalización que pueden llevar a muchos jóvenes al callejón sin salida del crimen. Los últimos movimientos dejan claro que el extremismo religioso sigue siendo tan peligroso como siempre.

“Vemos con preocupación que salafistas reconocidos a nivel nacional viajan hacia Renania del Norte-Westfalia. A pesar de ello, no se puede cuantificar o calificar el peligro que supone este hecho”, dice Mathilde Koller, directora de la Oficina para la Protección de la Constitución de Renania del Norte-Westfalia. Según ella, los jóvenes son los principales objetivos de los salafistas, entre otras cosas porque son muy susceptibles a los mensajes que ofrecen soluciones fáciles para la vida.

El pionero de la “Yihad por Internet”, ahora en Fráncfort

También el traslado del austríaco Mohammed Mahmoud a Alemania a finales de 2011 es motivo de preocupación. Primero vivió en Berlín, después se hizo cargo de una mezquita en Solingen. Ahora, el joven de 26 años que se hace llamar “Abu Usama al-Gharib” ha marchado para Fráncfort. Desde su salida de prisión en Austria organiza seminarios islámicos por toda Alemania, y proclama las doctrinas salafistas. El islamista más famoso de Austria ya se conoce como el pionero de la “Yihad por Internet”, supuestamente responsable también de la producción de vídeos de amenaza.

Por otro lado, el exrapero “Deso Dogg” se ha trasladado de Berlín a Bonn. Ha anunciado su alejamiento de la música y ahora se presenta como el predicador de ideas salafistas “Abu Talha”.

Hans Willi Körfges
Hans Willi Körfges (SPD): "La mayoría de los musulmanes pacíficos son víctimas de este desarrollo."Imagen: NRW-SPD

En Mönchengladbach, la sociedad islamista residente “Invitación al Paraíso” ha sido disuelta, pero eso no es motivo para bajar la guardia: “Mientras que gente con esas mismas ideas se siga reuniendo regularmente en la calle y sigan atrayendo atención por medio de campañas de publicidad, se debe observar la situación con cautela”, dice el miembro del parlamento de Renania del Norte-Westfalia Hans Willi Körfges (SPD).

Un panorama minoritario

La mayoría de los musulmanes rechazan la interpretación salafista del Islam, y son por ello considerados igual que cristianos, judíos o ateos: “infieles”. La ideología salafista se imparte en cerca de 30 mezquitas de Renania del Norte-Westfalia. El número de salafistas violentos o “yihadistas”, no obstante, es por el momento muy pequeño: menos de un uno por ciento.

Tanto la Oficina de Protección de la Constitución como la Policía trabajan arduamente en la lucha contra el extremismo religioso, y en ello, la prevención juega un papel fundamental: “En nuestro trabajo de prevención nos centramos en que jóvenes musulmanes o no musulmanes que entren en el grupo objetivo de los salafistas caigan en su trampa”, dice Mathilde Koller.

Esto consiste, por ejemplo, en que aprendan en su clase de política a distinguir entre el Islam como religión y las manifestaciones fundamentalistas de una ideología que los puede conducir a cometer delitos, o en dar conferencias sobre estilos de vida de jóvenes potencialmente en peligro y análisis sobre la estrategia de propaganda salafista.

Autor: Ulrike Hummel / lab
Editor: José Ospina Valencia