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“El Gobierno venezolano debe reconocer que tiene problemas”

Evan Romero-Castillo (ER)6 de junio de 2016

DW habló con el presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana sobre los factores que han llevado a las empresas de ese ámbito al borde de la parálisis y la impermeabilidad del Gobierno a las propuestas del sector.

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Un hombre levanta su pancarta en el marco de una protesta por la escasez de medicamentos en Venezuela.
Un hombre levanta su pancarta en el marco de una protesta por la escasez de medicamentos en Venezuela.Imagen: Reuters/M. Bello

Cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró el estado de emergencia económica en ese país y prometió darle impulso a “nueve motores productivos” para mejorar el desempeño nacional –incluido el turismo–, los profesionales de la salud no fueron los únicos sorprendidos al constatar que la industria farmacéutica no había sido considerada, pese a la crisis sanitaria que desde hace meses se registra en ese rincón de Sudamérica.

A casi medio año de aquel anuncio, la situación no ha cambiado. Deutsche Welle habló con Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana (FEFARVEN), sobre los factores que han llevado a las empresas de ese ámbito al borde de la parálisis.

Deutsche Welle: De los 150 medicamentos catalogados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “de acceso obligatorio”, ¿qué porcentaje escasea en Venezuela?

Freddy Ceballos: En Venezuela escasea más del 85 por ciento de esos fármacos y el 60 por ciento de los medicamentos de alto costo, consumidos por quienes padecen enfermedades severas como el cáncer o la hemofilia, con el agravante de que las terapias para los pacientes con cáncer están basadas en la administración de ‘coctéles', es decir, combinaciones de varios medicamentos que sencillamente no se pueden aplicar cuando falta uno de sus componentes.

¿Cuántos de esos fármacos se podrían fabricar en Venezuela y qué factores impiden que eso se haga?

Muchísimos de los medicamentos que están escaseando se podrían fabricar en el país si el Gobierno dejara de lado la economía de puertos que viene impulsando: todo lo compra afuera. Hace poco, Caracas firmó un convenio con La Habana valorado en 1.400 millones de dólares, cuando por la mitad de ese monto se habría asegurado la producción de varios laboratorios venezolanos. Un dólar invertido en Venezuela rinde cinco veces más que si se invierte adquiriendo productos afuera.

Un medio local señalaba recientemente que la aerolínea Lufthansa, a través de su filial Lufthansa Cargo, había transportado a Venezuela 360 toneladas de medicamentos en 2015. ¿Qué significa la suspensión de sus vuelos a Caracas de cara a la emergencia sanitaria?

No me consta que esa aerolínea estuviera trayendo fármacos al país, pero está claro que transportaba a personas que necesitaban medicamentos o traían medicamentos para allegados. Quienes tienen suficiente poder adquisitivo para comprar medicinas en el extranjero y traérselas o hacérselas llegar a sus familiares en Venezuela lo están haciendo frecuentemente… ¡Es que aquí ocurren cosas insólitas! Como muestra, un botón: el Gobierno no acepta la ayuda humanitaria del extranjero.

Otro ejemplo: el Gobierno prohibió el traslado de medicamentos dentro de Venezuela, de un estado a otro, sugiriendo que con eso se evita el contrabando. Si una familia de Caracas tiene a un pariente enfermo en el sur de Venezuela, no puede enviarle medicamentos...

¿Ha podido la industria farmacéutica hacerle propuestas al Gobierno para corregir esta situación?

La semana pasada tuve una reunión con el asistente de Miguel Pérez Abad (ministro de Economía Productiva) y debo subrayar que nos atendieron muy bien; pero nosotros no hemos sido invitados a participar en el Consejo Nacional de Economía Productiva. No obstante, nosotros sí hemos hecho propuestas para llamar la atención hacia las situaciones que describí antes. La primera instancia que habló sobre el riesgo de una crisis humanitaria en Venezuela fue la Federación Farmacéutica Venezolana (FEFARVEN).

Fue también FEFARVEN la que le propuso al presidente Maduro que se reuniera con toda la industria farmacéutica para suscribir un convenio realista. Se le pidió al Ejecutivo que nos dijera sincera y claramente de cuánto dinero disponía para este sector y se le hizo saber que la industria estaba dispuesta a colaborar para salir adelante con los recursos a la mano. Sin embargo, esa reunión no tuvo lugar y poco después se anunció la suscripción del aludido convenio con Cuba.

Todos quedamos desesperanzados. La excusa habitual del Gobierno para importar mercancía en lugar de invertir en la industria venezolana es que reactivar los sectores productivos del país tardaría demasiado, dos o tres meses. Esa es una actitud errada.

Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras (la principal patronal de Venezuela), aseguraba recientemente que si se le hacen los cambios necesarios al modelo económico imperante, Venezuela podría recuperarse del síndrome de escasez que hoy padece. ¿Comparte usted esa estimación?

La industria farmacéutica tiene una alta capacidad operativa. Yo pienso que en tres o cuatro meses nosotros estaríamos funcionando como debe ser. Claro, primero debemos recuperar la confianza perdida de nuestros proveedores internacionales. En el pasado nos caracterizábamos por cumplir cabalmente con nuestras obligaciones, pero ese no es el caso desde hace mucho tiempo. Lo primero que tiene que hacer el Gobierno es reconocer los problemas que enfrenta.