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El hip-hop alemán: "Entre cultura mundial y rap nazi"

Georgiana Buitan17 de marzo de 2007

La cultura de hip-hop es un fenómeno de masa mundial. Antes, sus textos se asociaban con la "poesía moderna" y la crítica social. En Alemania la nueva tendencia de textos agresivos, sexistas y nazis llama la atención.

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Sido impacta con su máscara de calavera.Imagen: Pa/dpa

"Cuando aprietes play y escuches mi CD, recibirás 70 minutos de mi vida - cuando aprietes stop regresarás a tu propia vida, donde te esperan tus padres, tus profesores y la policía, que te detendrá si no respetas las reglas," canta el rapero alemán Bushido, famoso por sus textos agresivos y sexistas.

En los años 80 se elogiaba de "modelo de integración multicultural" al hip-hop alemán, por entonces marginal y poco conocido. Jóvenes de diferentes trasfondos migratorios tematizaban las escasas perspectivas para extranjeros en Alemania, algo muy similar al movimiento del hip-hop afroamericano en los suburbios de metrópolis como Nueva York.

Historia sin happy end

Una década más tarde, el hip hop crítico fue substituido por el hip-hop inofensivo, cuando grupos pioneros como "los cuatros fantásticos" comenzaron a comercializar textos políticamente correctos. La historia del hip-hop alemán es un cuento de hadas, pero sin "happy end".

Rapper Sido mit Maske
Víctima peligrosa.Imagen: dpa

En los suburbios de Berlín, nació hace unos años entre delincuencia, desempleo y tráfico de drogas el hip-hop-hardcore, una fusión de muchos artistas pertenecientes al sello discográfico independiente Aggro-Berlin, que lleva el lema "agresividad es el pilar fundamental de nuestra cultura".

Aggro Berlin fomenta a raperos como Sido, "una víctima superinteligente de las drogas", como se define a sí mismo Bushido o Fler.

"Soy el rapero que os muestra lo que hace vuestra juventud," afirma Bushido. Con textos provocativos, que discriminan a mujeres, homosexuales y extranjeros y glorifican la violencia, los raperos de Aggro-Berlin son festejados entre los jóvenes. Su gran éxito se refleja en galardones y premios.

Imán hacia la ultraderecha

"Soy un hombre de oro, escribo mis frases en la cárcel, el rap alemán es mi puta, lo que yo mando se hace", canta Bushido en un videoclip. El escenario es una estación de Berlín, donde una pandilla de jóvenes está reunida.

Un chico de 15 años con ropa holgada y pantalones caídos empuja a una chica que cae, se levanta y lanza insultos. Parece estar acostumbrada a este trato. Muchos jóvenes desorientados imitan estos comportamientos.

"Cada joven tiene su propia responsabilidad, son canciones, no la realidad," dice Bushido sobre su álbum "desde la vereda hasta el horizonte", que trata de la glorificación de la violencia y el desprecio a la mujer.

Bushido
El rapero Bushido en el evento musical The Dome.Imagen: Pa/dpa

Hannes Loh y Murat Güngör, autores del libro "Fear of a Kanak Planet: el hip-hop entre cultura mundial y rap-nazi", analizaron esta curiosa tendencia.

"El peligro radica en que los ultraderechistas comienzan a interesarse por primera vez por el hip-hop debido a los textos agresivos y las referencias visuales en los videoclips", explican.

Símbolos como el águila, la bandera alemana o frases como "soy el líder A" o "duchas de gas", movilizan el pensamiento ultranacionalista.

Este es el fin del sueño multicultural.

¿Rap apolítico?

A pesar de los reproches, los raperos no tienen la intención de comunicar un mensaje político: "Nunca haría rap político. La gente puede llamarme racista, nacionalista, sexista o criminal, no me importa. Pero cuando me digan: estás haciendo rap político. ¡Dios mío!" se contradice el rapero Bushido.

Hip Hop Jugendliche
Los conciertos de rap reúnen a miles de jóvenes alemanes.Imagen: Pa/dpa

Las autoridades prohibieron sus videos. También sus discos están en proceso de prohibición, pero los raperos no se inquietan:"estas medidas impiden la venta de CDs y videos, pero existe el Internet," opinan.

La cultura del hip-hop es la más popular en Alemania y cuenta con unos 3 millones de seguidores, la mayoría de ellos entre 14 y 29 años.

Olaf Keßler, asistente social evalúa la situación y la tendencia de los próximos años: "La culminación del hip-hop gángster pasó de moda, los jóvenes están hasta las narices del rap sin alguna perspectiva."