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El Papa y los obispos chilenos: ¿tarea para la casa?

Victoria Dannemann
17 de mayo de 2018

Después de tres días de reuniones con el Papa Francisco en el Vaticano, en medio de las expectativas por las medidas que pueda tomar el pontífice, surge el desafío de regresar a Chile para recomponer la confianza.

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Vatikan Papst Franziskus & Bischöfe aus Chile
Imagen: Reuters/Vatican Media

No es la primera vez que el Papa convoca a obispos de un país, pero sí es una situación excepcional. Un encuentro histórico, han dicho algunos, que podría cambiar el rumbo de la iglesia católica chilena y descabezar a parte de su episcopado.

Hoy concluyó el último de los cuatro encuentros mantenidos por el Santo Padre con los 34 obispos chilenos en el auletta del Aula Paulo VI. Al finalizar la reunión, Francisco entregó a cada uno una carta que dio a conocer la Santa Sede. En ella agradece que hubieran acogido la invitación para hacer juntos un "discernimiento franco frente a los graves hechos que han dañado la comunión eclesial y debilitado el trabajo de la iglesia de Chile en los últimos años”. Asimismo, agradece la disponibilidad para "adherir y colaborar en todos aquellos cambios y resoluciones que tendremos que implementar en el corto, mediano y largo plazo, necesarias para restablecer la justicia y la comunión eclesial”.

Los casos de abusos sexuales no son nuevos, pero solo ahora el pontífice reconoció que había tenido graves errores de percepción y valoración debido a la falta de información, lo que le impidió comprender la magnitud del fenómeno que ha golpeado a la sociedad chilena. El informe elaborado por el enviado del Papa, Monseñor Charles Scicluna, permitió a Francisco concer de primera fuente la verdad de este escándalo.

Los denunciantes y católicos en general exigen cambios profundos en una Iglesia que no los acogió a tiempo y que intentó tapar los delitos. No sólo la salida de obispos y sacerdotes que tuvieron relación o encubrieron abusos, y eventualmente del Nuncio, quien debería servir de enlace con el Vaticano, sino también espacios de protección que prevengan este delito. 

Proceso espiritual

Expertos advierten que probablemente este encuentro en el Vaticano sea el comienzo de un proceso. "El Papa quiere empezar un proceso de tipo espiritual con los obispos de Chile. Les sugirió preguntas y temas para reflexionar y también para rezar, en una etapa de reflexión y discernimiento”, dice a DW el sacerdote alemán Martin Maier, conocedor de la realidad latinoamericana y quien actualmente se desempeña en el Jesuit European Social Centre in Bruselas.

"No creo que el Papa vaya a tomar decisiones rápidas. Lo hemos visto recientemente también cuando ha convocado a un grupo de obispos de Alemania por el tema de la comunión eucarística de miembros de las iglesias protestantes en situaciones especiales. Él escuchó y dijo a los obispos alemanes que encuentren un camino para ponerse de acuerdo”, explica Maier.

El sacerdote indica que "esa es una orientación fundamental del Papa Francisco, la sinodalidad. Él da mucha importancia a los obispos, a las conferencias episcopales y esto está vinculado con la descentralización en la iglesia católica, que ya no todo hay que arreglarlo desde Roma, sino que Roma apoya y orienta”.


Vatikan Papst Franziskus & Bischöfe aus Chile
Imagen: Reuters/Vatican Media

Un nuevo clima

Consultado pro DW, el sacerdote alemán Hans Zollner, vice-rector académico de la Pontificia Universidad Gregoriana y presidente del Centro para la Protección de Menores de esta institución, dice que esta reunión es una iniciativa loable, que es vista con mucha atención. "Habla de un clima general y de una nueva cultura de trato. Desde el principio de su pontificado y en su relacion con la gente, el Papa siempre ha estado enfocado a escuchar y en este caso, en que no lo había hecho, se disculpó. Al leer el informe de Monseñor Scicluna llamó a las víctimas, se disculpó con ellas y convocó a los obispos”.

Junto con la reflexión y el discernimiento a los que invita el Papa, Francisco ha hablado de la necesidad de reparar en lo posible el escándalo, pedir perdón, hacer justicia y buscar la comunión eclesial. "Esta es una crisis profunda de confianza y el Papa habla de la necesidad de sanar heridas”, dice Martin Maier.

En su opinión, la convocatoria a esta reunión muestra que "el Papa toma profundamente en serio los actos de abuso que se han cometido. Está mostrando también un camino: lo primero es escuchar y pedir perdón a las victimas, como él lo hizo. El segundo paso es reunirse con los obispos y reflexionar juntos sobre cómo fue posible que esto ocurriera, preguntar por las causas y los fallos que sin ninguna duda hubo, y por último, buscar caminos de cambio, conversion y reparación, y de restablecer la confianza”.

Precedente de destitución

 "La convocatoria a esta reunión ha hecho visible que este Papa está preparado para aprender, para disculparse y dar un paso adelante. Eso es muy importante”, destaca Zollner. Sobre la eventual salida de obispos cuestionados, podría darse por la vía de que el Papa destituya al obispo o que éste ofrezca su dimisión. "Destituir un obispo es una medida muy seria, pero hay casos en que se ha hecho, como ocurrió hace algunos años con un Nuncio en República Dominicana, involucrado en crímenes de abuso sexual de menores”, explica Maier.

Pero los cambios no pasan por una sola persona. En opinión de Zollner, es toda una institución que tiene mostrarse y presentarse en forma distinta: "Se debe desarrollar una cultura completamente distinta del cuidado, de prestar atención y de protección a los niños y jóvenes”.

"Mucha gente dice que la Iglesia predica una cosa, pero sus representantes hacen otra, lo contrario... por eso es necesario para la sociedad chilena, como para su Iglesia, esta posibilidad no solo de una limpieza, de severidad y transparencia, sino que también de volver a la base del evangelio y ver lo que es importante para nuestra Iglesia y nuestra misión”, indica Zollner

Victoria Dannemann