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El pilar lingüístico de la identidad catalana

Nicolas Martin
17 de octubre de 2017

La libertad lingüística juega un papel importante en las aspiraciones independentistas de muchos catalanes. Si durante una época fue reprimida, posteriormente se promovió.

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Mehrheit der Katalanen befürwortet Unabhängigkeit von Spaninen
Imagen: picture alliance / AP Photo

La mano de la bibliotecaria sujeta un pequeño libro. "Es una copia del texto escrito en catalán de mayor antigüedad”, dice Mercé Comas Lamarca. Por encima de ella se alzan varios arcos de unos ocho metros de altura. Desde arriba, a través de un vitral, entra una luz pálida en la habitación.

La Biblioteca Nacional de Cataluña alberga los tesoros de la lengua catalana. La obra escrita más antigua se remonta al período entre los años 1000 y 1050. "Para nosotros la lengua es uno de los pilares de identificación más importantes”, dice Lamarca en un castellano perfecto.

En cuatro pisos subterráneos hay en total cuatro millones de libros. "Aquí está todo lo que se ha escrito en Cataluña, también muchas cosas escritas en lengua castellana”.

Para esta mujer de 41 años su trabajo es más que un medio de subsistencia. "Aquí tenemos la fuente de muchos documentos importantes de nuestra cultura”, explica sonriente mientras muestra una obra de tinta descolorida sobre cuero.

Una prohibición cruel

Lamarca nació en 1976, un año antes de la vuelta de la democracia a España. Tras la muerte del general Francisco Franco, los catalanes pudieron volver a respirar tranquilos. Durante los casi 40 años de dictadura, su idioma fue prohibido sin piedad: los letreros callejeros, los medios de comunicación y la literatura debían escribirse en español. Pero en casa, su familia hablaba catalán, cuenta. "El idioma era una forma de resistencia”, dice Lamarca mientras recuerda a sus padres.

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Mercé Comas Lamarca, bibliotecaria.Imagen: DW/N. Martin

En 1976 volvió a publicarse un periódico en catalán y, con la consecución de la autonomía un año después, volvió a promoverse el idioma con fuerza, señala el historiador Lluís Duran. "Se tardaron tres años, pero después de eso ya había clases de catalán en todos los colegios de la región”, apunta Duran.

El Gobierno regional invirtió enormemente en esta promoción del idioma. Los cursos de catalán son hoy gratuitos en muchos casos. El jurista Henry llegó a Barcelona con ocho años y hoy se describe como catalán. Aprendió catalán nada más llegar. "Es importante, si quieres tener éxito en la escuela”. Sus clases eran en catalán, inglés y castellano. Sin embargo, hoy en día Henry solo habla catalán de vez en cuando. "En Barcelona hay una mezcla tan grande que a menudo el mínimo común denominador es el español”, cuenta.

Quien visita Cataluña debería llevar en su equipaje un par de palabras en catalán. Un "bon dia” funciona frecuentemente mejor que un llano "hola”. Para despedirse, muchos prefieren "adeu” y no "adiós”. Alrededor de un 30% de los habitantes de la región declaran que el catalán es su primer idioma.

Fernando llegó a Barcelona a estudiar desde las islas Canarias. "Al principio mucha gente no hablaba conmigo”, recuerda. La mayoría de sus clases en la universidad eran en catalán. Por eso tomó clases particulares. Pero prefiere expresarse en español, se siente más seguro.

¿El espejo canadiense?

Pese a la diversidad lingüística, muchos catalanes critican el predominio del español. A muchos les indigna que en ocasiones su idioma sea tratado como dialecto. "Si bien el catalán se tolera como idioma, no se pone al mismo nivel que el castellano”, explica el historiador Duran.

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Luís Duran, historiador.Imagen: DW/N. Martin

De acuerdo con la ley, el catalán tiene estatus de lengua cooficial dentro de Cataluña. "Quien va a Madrid, tiene que hablar la lengua oficial, el castellano”. Algo similar ocurre en las regiones donde viven minorías catalanoparlantes. "En las islas Baleares y la Comunidad Valenciana hay casos documentados de discriminación lingüística”, dice Duran. El historiador compara la situación con Canadá: "Allí se les permite a los canadienses francófonos hablar francés fuera de Quebec”. Esto es lo que a muchos catalanes les gustaría ver reflejado en la Constitución Española.

Este detalle también es importante para la bibliotecaria Lamarca. "Me duele que España no reconozca nuestro idioma al 100%”, confiesa, si bien aclara que se trata de su opinión personal, al margen de su trabajo en la biblioteca. Y ella conoce bien los detalles de las lenguas.

Autor: Nicolas Martin (EAL/ERS)