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Celac, un tigre sin dientes

José Ospina-Valencia
24 de marzo de 2017

Los latinoamericanos siempre han criticado a Washington, pero justo ahora que Donald Trump asumió la presidencia, al diario alemán Süddeutsche Zeitung le sorprende el silencio de la región.

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Miembros de una pandilla son llevados a la cárcel de alta seguridad de Zacatecoluca, El Salvador.
Miembros de una pandilla son llevados a la cárcel de alta seguridad de Zacatecoluca, El Salvador. Imagen: Getty Images/AFP/M. Recinos

En Estados viven unos 50 millones de latinoamericanos, muchos de ellos sin papeles. Desde que Donald Trump declaró como problema a esta comunidad llamándola de "bad hombres” a los que amenaza con deportar, y además avanzando en su promesa de construir un muro para separar a su país de México, la región está alarmada. Pero, a juicio del periódico muniqués Süddeutsche Zeitung (SZ), los gobiernos no han reaccionado como debe ser. "No han formulado una postura común, como pidió el ecuatoriano Rafael Correa en la reciente cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en República Dominicana”.

 

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Para el SZ, "América Latina ya no forma un bloque unido, como cuando la mayoría de los países era gobernada por la izquierda”. Ahora crecen las diferencias ideológicas, según SZ, y cita el caso ejemplar de la Celac: "Otrora creada por el extinto Hugo Chávez, con la expresa exclusión de Estados Unidos, la Celac es, desde su muerte, un gran tigre desdentado”. 

Y aunque Hugo Martínez, presidente alterno de esta comunidad y ministro de Exteriores de El Salvador, le asegure al Süddeutsche Zeitung que "las diferencias ideológicas no juegan ningún papel al interior” del grupo, lo cierto es que, en la realidad, hoy no se deja ver ninguna protesta masiva y ni siquiera medidas de venganza del sur del continente contra la política de Trump.

Tras la muerte de Chávez, la Celac es un "tigre desdentado", dice la prensa alemana.
Tras la muerte de Chávez, la Celac es un "tigre desdentado", dice la prensa alemana. Imagen: Picture-Alliance/dpa/EPA/P. de Miraflores

El Salvador es uno de los últimos países gobernados por la izquierda, en este caso por un partido surgido de la guerrilla. Por su parte, aparte del controvertido tema migratorio, Trump no parece interesarse por sus vecinos del sur. Para el presidente de Celac eso "es señal de que las cosas están funcionando en América Latina”.

El mundo al revés

Martínez, que es representante de un gobierno de izquierda, irónicamente formula, en nombre de América Latina, un claro mensaje a favor del libre comercio y la protección del clima. ¿El mundo al revés? Izquierdistas latinoamericanos abogan por el libre mercado, del cual dependen, mientras en Washington un presidente ultraconservador quiere implantar una política proteccionista que lo hace ver como un pálido pupilo del peronismo argentino de los años 50.

Lo cierto es que la Celac está profundamente dividida y cada país actúa por su lado o en alianzas regionales. El Salvador ha asumido liderazgo en Centroamérica. El país se ve particularmente afectado por la emigración a los EE. UU., y las remesas ya representan el 18 por ciento del PIB. Para ayudar a sus connacionales amenazados por la deportación, San Salvador se dirige a los gobiernos locales, prácticamente ignorando a Washington.

El Salvador tiene un interés vital en prevenir las repatriaciones masivas, como en tiempos pasados cuando EE. UU. deportó a miles de criminales que, sin perspectivas, se volvieron un grave problema de seguridad. El país tuvo temporalmente una de las tasas de homicidio más altas de América Latina. Desde 2016 El Salvador, desarrolla un programa de reintegración social ofreciendo educación y trabajo a los jóvenes de las bandas. "Desde entonces, el índice de criminalidad ha disminuido en un 60 por ciento”, según Martínez.

Aun así, muchos centroamericanos siguen intentando entrar a Estados Unidos, viendo en Trump un mal menor. En este caso, concluye el ministro de Exteriores de El Salvador, "las diferencia ideológicas no importan”.