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Tapiz antisismos

Brigitte Osterath/ Cristina Papaleo30 de marzo de 2012

Una idea increíble: cuando la tierra tiembla, un papel de empapelar de pocos milímetros de espesor protege las paredes e impide que se derrumben. Se espera que salga al mercado dentro de un año.

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Terremoto en Nueva Zelanda (Christchurch).
Terremoto en Nueva Zelanda (Christchurch).Imagen: dapd

Quienes lo crearon lo llaman “empapelado a prueba de sismos”. Se trata de un papel para paredes de trama fina y no más grueso que uno normal. A primera vista, parece increíble que un empapelado de ese tipo pueda proteger de los daños que provoca un terremoto e impedir que las paredes se derrumben. Pero el empapelado antisismos ya es realidad, y, si todo va bien, saldrá al mercado dentro de un año.


El papel fue desarrollado por investigadores del Instituto de Investigación en Tecnología de la Construcción (KIT), de Karlsruhe, quienes afirman que es efectivo para sostener los muros, distribuyendo las fuerzas destructoras que se desatan durante un sismo a través de toda su superficie, evitando así que se caigan.

La fibra de vidrio sostiene y el polipropileno oscila

El truco es que el material debe ser muy estable pero, al mismo tiempo, muy flexible y elástico para poder seguir las oscilaciones que provocan los sismos. Es por eso que el tejido consiste de dos componentes, explica Mortiz Urban, uno de sus creadores, que se desempeña como investigador en el KIT. En el papel se combinaron fibras de vidrio muy sólidas y resistentes con un material muy fino que posee la capacidad de estirarse, el polipropileno. Las fibras circulan en el papel en cuatro direcciones, lo que garantiza que las fuerzas se distribuyan hacia todas las direcciones.

“Eso hace más difícil que el papel se resquebraje”, dice el ingeniero. Las fuerzas de aceleración que entran en acción durante un terremoto se reparten por una superficie mayor, y eso facilita que no se concentren sobre las zonas más frágiles de un muro, como lo harían comúnmente. Si se produce un terremoto muy fuerte y las paredes llegaran a quebrarse, no se derrumban enseguida en pedazos. “Las fibras de vidrio, que se ubican por fuera, evitan el resquebrajamiento presionando sobre el área y sujetándola como si fuera una banda de goma”, explica Urban.

El tejido del papel es más resistente de lo que parece.
El tejido del papel es más resistente de lo que parece.Imagen: Bayer Material Science

Pero si el terremoto llega a ser demasiado violento, las fibras de vidrio pueden romperse. El polipropileno actúa como protección, ya que evita que se deslicen piedras de las paredes. En un terremoto, los trozos de ladrillos y las paredes que se derrumban representan un grave peligro para las personas que no hayan podido abandonar a tiempo una casa o un edificio. “El papel permite que la gente tenga tiempo suficiente de escapar y hasta de estabilizar las paredes para que no se derrumben”, señala Lothar Stempniewski, director del KIT.

Sólo se puede colocar con pegamento especial

El empapelado de paredes a prueba de terremotos se podrá colocar sobre el revoque interior de los muros, luego se lo pinta o se lo cubre con un empapelado común. Como el material es muy poroso, la humedad en las paredes y la consiguiente producción de moho dejan de ser un problema, aclara Mortiz Urban. Otra variante del papel a prueba de sismos se puede sujetar a la parte externa de los edificios. “En ese caso, el tejido se ubica en el interior del revoque externo”, dice Urban.

Los pegamentos comunes para empapelados no son adecuados para el tapiz antisismos porque deberían ser tan resistenten como el tejido mismo y, al mismo tiempo, muy elásticos. Tienen que ser capaces de unir el papel a la pared de tal forma que no se despegue de ningún modo y, al mismo tiempo, pueda oscilar cuando se produce un terremoto junto con la pared. “Los pegamentos habituales son muy estables o muy elásticos, pero no las dos cosas al mismo tiempo”, dice Michael Engel, director de proyectos en la compañía Bayer Material Science. Esa empresa desarrolló un pegamento especial para esos fines, basado en poliuretano, con una característica especial: que dentro del pegamento, los grupos de átomos actúan dentro de un entramado de enlaces de hidrógeno. Esos enlaces son capaces de disolverse en caso de sacudidas para volver a formarse en otro lugar. Pero los grupos en sí no se disuelven.

El empapelado se coloca directamente sobre el revoque con un pegamento especial.
El empapelado se coloca directamente sobre el revoque con un pegamento especial.Imagen: grintsch communications

Para que los ladrillos no vuelen por el aire

“Ya probamos el tejido en una casa, sobre una mesa de pruebas”, cuenta Moritz Urban, del KIT. Los investigadores colocaron una casa de roca natural, construida según un modelo de casas italianas, sobre una plancha de acero de 35 metros cuadrados y la sometieron a la conmoción de un terremoto. Sin el refuerzo de fibras de vidrio, la casa se habría derrumbado. Pero con el papel a prueba de sismos no se derrumbó. La casa llegó a resistir otro terremoto, que era de una fuerza 1,5 veces superior al anterior.

“El papel es ideal para terremotos de mediana magnitud”, dice Urban. Pero sólo es eficaz en casas con paredes de ladrillos, ya que no sirve para estabilizar muros de hormigón. “Para eso son mejores las fibras de carbón”, aclara el experto, y agrega que ya están investigando en un empapelado de ese tipo. Claro que ya se construyen edificios a prueba de terremoto, pero el tapiz se puede utilizar en aquellos que fueron construidos sin esa técnica especial, lo que lo hace muy interesante.

A la espera de salir al mercado

El empapelado a prueba de terremotos ya es una realidad, dice Michael Engel. Este año se comenzará con su comercialización en el mercado internacional. Pero todavía no será posible comprarlo en las tiendas de materiales de construcción. Se planea distribuirlo en el mercado a través de empresas de marketing a compañías especializadas en la construcción. Y se espera, sobre todo, motivar a las comunas a tapizar con el nuevo producto las paredes de hospitales, escuelas, hogares de ancianos y jardines de infantes, sobre todo en regiones sísmicas como Chile, Japón o Turquía. Se calcula que será más caro que los empapelados comunes, y se recomienda que lo coloque un profesional especializado.