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Entre la ética y los negocios

7 de febrero de 2011

Empresas de telefonía y de Internet se ven presionadas por regímenes autoritarios, como en el caso de Egipto, que desapareció cinco días de la red. ¿Qué pueden hacer las compañías para garantizar la libertad de expresión

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Vodafone debió enviar mensajes de texto del gobierno egipcio.Imagen: Screenshot Flickr

A menudo, los regímenes autoritarios ponen entre la espada y la pared a empresas occidentales, ofreciendo ganancias en desmedro de la libertad de expresión, como en el caso de Egipto. Pero lo que ha hecho recientemente el Gobierno egipcio no es nada nuevo. También en Birmania, China, Irán, Corea del Norte y Turkmenistán está censurado estrictamente el acceso a Internet. En 2007, la Junta militar birmana cortó un cable submarino del cual dependen todas las comunicaciones en las ciudades más importantes.

Dos años después, Irán bloqueó partes de Internet durante las protestas que siguieron a las elecciones presidenciales. “Irán no desconectó en ningún momento una parte importante de sus conexiones de Internet. Sabían que su economía y sus mercados dependen de la actividad en la red”, dice Jim Cowie, cofundador de la empresa estadounidense Renesys, especializada en ciberseguridad y vigilancia de desperfectos en Internet.

Egipto desaparece de la red

Pero ninguno de los países cuya economía, es de algún modo, dependiente de la red se catapultó fuera de la era de Internet tan espectacularmente como Egipto. No pasaron más de 25 minutos, y Egipto era un fantasma en el ciberespacio. Mubarak también ordenó desconectar las redes de teléfonos móviles, y las filiales egipcias de Vodafone y France Telecom, así como Etisalat, un antiguo proveedor de telefonía móvil en Oriente Medio y África, dejaron de funcionar.

Ägypten Proteste
Yahoo, Google y Microsoft forman parte de la Global Network Initiative.Imagen: AP

Entretanto, Egipto cuenta nuevamente con su red de telefonía móvil, pero el Gobierno egipcio sigue ejerciendo presión, tratando de vencer a los manifestantes con sus propias armas. A Vodafone se le exigió, según fuentes propias de esa empresa, difundir mensajes de texto de apoyo al gobierno. Y no sólo se obligó a Vodafone, sino también a las otras empresas de telefonía móvil.

Las autoridades se remiten a la ley de comunicaciones, que prevé este cese de operaciones en situaciones de emergencia. Vodafone cumplió con lo exigido, no sin protestar contra las autoridades, según informa la empresa: “Dejamos en claro que los mensajes debían ser transparentes y contener datos del o los autores de los mismos”, refiere la firma británica en un comunicado de prensa.

Un viejo dilema: ganancia o ética

Vodafone Logo

Tanto en blogs como en el portal Flickr se publicaron fotografías de los mensajes de texto. “Juventud egipcia, protégete de los rumores y escucha la voz de la razón”, decía uno. Otro se dirige a “cada madre, cada padre, cada hermana, cada hermano y cada ciudadano honesto”, llamando a “preservar el país, ya que la nación es eterna”.

La influencia del Gobierno egipcio en Vodafone, France Telecom y Etisalat vuelve a dar una imagen negativa de las empresas occidentales que operan en un régimen autoritario. Las organizaciones de derechos humanos critican desde hace tiempo que esas compañías se convierten en instrumentos de gobiernos dictatoriales.

En 2006, por ejemplo, Amnistía Internacional publicó un informe en el que se prueba cómo Microsoft, Google y Yahoo colaboran con la censura en China, y las acusaciones contra ésta última son especialmente graves. Yahoo fue una de las primeras empresas extranjeras que conquistó el mercado chino, y firmó, según datos de Amnistía Internacional, no sólo una cláusula de autocensura, sino que proveyó a las autoridades chinas de informaciones sobre sus usuarios, lo que motivó la detención y condena de, al menos, dos periodistas: Li Zhi y Shi Tao.

La iniciativa Global Network tomó conciencia del problema que espera a compañías de Internet cuando invierten en países en los que gobierna un régimen autoritario. Hace varios años, la Global Network Initiative lucha contra la censura en la red y por la libertad de opinión y la protección a los derechos humanos. Y no es casualidad que justamente sean Google, Yahoo y Microsoft las que fundaron hace dos años dicha organización. Las normativas para casos como el de Egipto prevén que las empresas sólo deben aceptar las exigencias del gobierno si existe, por ejemplo, una orden judicial.

Ägypten Proteste
Egipto desapareció de internet durante cinco días.Imagen: dapd

Pero, ¿de qué sirve una organización a la que, en un lapso de dos años, no ingresó ninguna otra corporación tecnológica? También France Telecom y Vodafone forman parte de las firmas que trata de alistar a sus filas la Global Network Initiative, y no se deciden a ingresar a ésta. Y, si lo hicieran, sigue sin quedar claro si podrían defenderse con éxito de un régimen como el de Mubarak.

El fin de semana pasado, Vodafone no dejó dudas acerca de quién tiene la sartén por el mango. En un comunicado, dijo lo siguiente: “Queremos dejar en claro que las autoridades egipcias cuentan con los instrumentos técnicos para cerrar nuestra red. (…) Además, es esencial para nosotros garantizar la seguridad de nuestros empleados. Todas nuestras actividades en Egipto se realizarán teniendo en cuenta su bienestar”.

Durante cinco días, Egipto desapareció de Internet. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), eso le costó a los egipcios cerca de 90 millones de dólares, sin contar los daños a largo plazo. Y, de acuerdo con la OCDE, “en el futuro será aún más difícil atraer y mantener a empresas extranjeras en Egipto para que las redes de comunicación sigan funcionando”.

Autora: Jutta Wasserrab/ Cristina Papaleo

Editora: Emilia Rojas-Sasse