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“En EE.UU. queríamos una Alemania unificada"

Michael Knigge (JC/MS)9 de noviembre de 2014

Robert Zoellick negoció para facilitar la reunificación. Acá explica por qué le preocupaba tanto la soberanía germana.

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Robert Zoellick Weltbank Präsident
Imagen: picture-alliance/dpa

Además de ser el negociador enviado por EE.UU. para encargarse de dirigir la unificación alemana, Robert Zoellick ha ocupado puestos clave, como el de representante del Comercio estadounidense, subsecretario de Estado o presidente del Banco Mundial.

DW: Hay ciertas cosas en la vida que uno siempre recordará dónde y cómo ocurrieron. Para muchos alemanes, la caída del Muro de Berlín es uno de esos días. ¿Sigue recordando dónde estaba y cómo vivió usted aquel acontecimiento?

Zoellick: Sí, estaba comiendo con el secretario de Estado, James Baker, y el presidente de Filipinas. Nos encontrábamos en la octava planta del Departamento de Estado en una comida multitudinaria, cuando alguien le pasó al secretario Baker una nota en la que le informaban de la apertura del Muro. Como el resto del mundo, nos quedamos, obviamente, muy sorprendidos. Recuerdo que tuvimos una breve discusión después del almuerzo acerca de las consecuencias y de cómo debíamos actuar.

Lo que hoy en día me sigue sorprendiendo es la rapidez del cambio. Recuerdo también otra reunión entre el propio secretario Baker y el más tarde ministro de Economía Stoltenberg a principios de 1989. Recuerdo haberme acercado antes del comienzo a unos oficiales alemanes y les pregunté qué pensaba la población alemana acerca de la reunificación. Aunque fueron muy reservados, recuerdo que comenzaron a explicarme su punto de vista cuando, de repente, apareció la secretaria adjunta de Asuntos Europeos y preguntó de qué hablábamos. “De la unificación alemana”, contestamos. Y ella dijo que era el tema que interesaba a todos los americanos, pero al que los alemanes no prestaban atención. Deduje que no sabía de qué estaba hablando.

En aquel momento, probablemente la mayoría de los alemanes no esperaban que Alemania pudiera volver a unificarse. Sinceramente, ¿pensó usted antes de 1989 que vería una Alemania reunificada?

Desde luego, no habría esperado una unificación en esa época. Aunque poco antes apreciamos que la situación en torno a la Guerra Fría se iba relajando, por lo que teníamos que estar preparados para lo que pudiera ocurrir.

Aunque tomando un poco de perspectiva, lo que voy a decir es algo que mucha gente, e incluso historiadores, pasan por alto con frecuencia. Relativamente al principio de su mandato, el presidente Bush realizó un movimiento bastante audaz en la cumbre de la OTAN en mayo, en la que alejó del orden del día el tema del control de las armas nucleares que tanto había dominado durante la época del presidente Reagan, y realizó una propuesta muy agresiva en lo relativo a las fuerzas convencionales. Propuso que disminuyeran y se equipararan en el centro y este de Europa. Fue una manera de avanzar en el debate sobre las armas nucleares de corto alcance, puesto que estas perderían importancia en caso de lograr un equilibrio convencional. Al mismo tiempo, significó un forma de alejar a las fuerzas soviéticas del centro y del este de Europa.

USA Weltbank Robert Zoellick
Robert Zoellick fue presidente del Banco Mundial entre 2007 y 2012Imagen: AP

¿Tuvieron siempre claro la administración Bush y usted personalmente que Alemania debía unificarse de nuevo?

Al menos los miembros más cercanos del equipo del presidente durante el inicio de su mandato tuvimos la seguridad de que estábamos en el lado correcto de la historia. Siempre sentí que esta era la promesa que EE.UU., a través de la OTAN, le había hecho a los alemanes tras 40 años de Guerra Fría. Diplomáticamente, lo que facilitó las cosas para EE.UU. es que, a diferencia de lo que ocurría en Italia, Reino Unido, Francia u otros países del mundo, los estadounidenses sentíamos una simpatía natural hacia la idea de ver una Alemania unificada.