"En Francia ganó la pluralidad"

Un día después de las elecciones electorales en Francia, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, volvió a encargar a su primer ministro François Fillon la conformación del gobierno. Cumpliendo las formalidades, Fillon había puesto a disposición su cargo de primer ministro. Aunque el gobierno de Sarkozy logró la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, su Unión por el Movimiento Popular fue la perdedora de la segunda vuelta electoral legislativa: no consiguió la esperada mayoría de dos tercios y Alain Juppé, flamante ministro de Medio Ambiente y segundo de a bordo en el gobierno, perdió su mandato directo y con ello su cargo.

Una mayoría saludable

Es decir, el triunfo total para Nicolás Sarkozy no llegó, tampoco el cheque en blanco para sus reformas ni el tsunami azul de la conservadora Unión por el Movimiento Popular (UMP). Pero sigue contando con la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional: De 577 puestos, la UMP consiguió 314; aunque su fracción pierde 45 escaños, cuenta con 25 mandatos más de los necesarios para la mayoría absoluta. Es más, su partido aliado, el Nuevo Centro, cuenta con 22 mandatos. Así que, el presidente francés puede contar con apoyo legislativo. El pueblo francés, sin embargo, no le ha concedido en las urnas todo el poder que esperaba para poder imponer su plan de reformas.

Alivio socialista

"Los franceses han elegido una fuerza opositora real, fuerte y constructiva", declaró la ex candidata presidencial por el Partido Socialista (PS), Ségolène Royal. Con 185 escaños, los socialistas representan la mayor fracción de la oposición. Junto con los Verdes y los parlamentarios de de la Izquierda Radical, el PS francés espera ganar fuerza en la Asamblea. La división interna de los socialistas parecía haber desaparecido anoche. El alivio se les nota en los rostros, sobre todo a su líder, François Hollande, coinciden los corresponsales.

Y es que en el lapso de sólo una semana -después del triunfo de los conservadores en la primera vuelta legislativa-, los socialistas lograron movilizar a su electorado. La estrategia de poner a discusión el aumento del IVA al 24% propuesto por el presidente dio resultado. Madame Royal en persona viajó por todo el país apelando a las conciencias de los 17 millones de franceses que en las presidenciales la habían favorecieron con su voto, aunque ella misma no era candidata para las legislativas.

Ganador: la democracia

Con sólo una asistencia a las urnas que no llega al 60% del electorado, éstas fueron las legislativas menos concurridas desde el inicio de la quinta República en 1958. ¿Se durmieron en sus laureles los conservadores y no asistieron a la cita electoral? Si así fue, les resultó contraproducente. No sólo no lograron los más de 400 escaños que esperaban, sino que el gobierno de Sarkozy tendrá que prescindir de la colaboración a Alain Juppé, el número dos del gobierno quien perdió su mandato directo por Burdeos.

El parlamentario europeo por los Verdes Daniel Cohn-Bendit explicaba el cambio en el electorado francés con el hecho de que electores del centro optaron por un sistema más plural. "Hay que recordar", analiza Cohn-Bendit, "que Madame Royal ganó a Sarkozy en más de 200 colegios electorales. Ésta es la mayoría que se vuelve a encontrar en estas parlamentarias. Si en la primera vuelta legislativa la desmoralización pudo más, cuando se trató de un poder total para el gobierno de Sarkozy en la Asamblea Nacional, el voto cambió el rumbo. A favor de la pluralidad.