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España: “El yihadismo es la realidad de Occidente”

Luis García Casas / Diego Zúñiga (PK)8 de enero de 2015

En España el periódico satírico Mongolia es, de alguna forma, un símil de Charlie Hebdo. DW habló con su codirector y con periodistas de El País y ABC.

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Imagen: picture-alliance/dpa/Stephanie Pilick

Además de rechazar el atentado contra la revista Charlie Hebdo, España incrementó la alerta antiterrorista en su territorio y sus fuerzas de seguridad intercambiaron permanentemente información con sus pares franceses, que temían que los prófugos pudieran intentar cruzar la frontera. Pero no solo la frontera vincula a ambos países. Así como Francia tiene a Charlie Hebdo, España disfruta de la sátira que pone en sus páginas mensualmente la revista Mongolia.

Su codirector, Darío Adanti, explicó a DW que lo ocurrido con sus colegas franceses “nos ha impactado a todos los que nos dedicamos al mundo del humor, sobre todo a los que hacemos sátira política. Charlie Hebdo es todo un referente desde hace años y realmente es muy impactante darte cuenta cómo hacer humor, que a priori es algo inocuo (si no te gusta el chiste, cierras la revista o no la compras), puede convertirse en algo peligroso y pasas a ser víctima de una locura homicida”.

Adanti dice que esto obliga a “estar muy alerta porque, en este siglo XXI en el que está todo tan tecnificado, hay sectores de la sociedad, también en Europa, cuyas reacciones parecen cada vez más descerebradas. Entonces, corremos el riesgo de caer en una Edad Media tecnológica: una Edad Media en la que todos estamos conectados con móvil, todos tenemos internet, pero en la que siga siendo peligroso el mero hecho de hacer un chiste”.

“No tener miedo”

Por su parte, el director de Comunicación del diario El País, Pedro Zuazua, pone en relieve el daño que significa el ataque contra Charlie Hebdo para la libertad de expresión. “El que hayan asesinado a periodistas por el hecho de informar o, en este caso, de hacer unas caricaturas, es absolutamente terrible para todos los que estamos en esta profesión. Hay periodistas que se juegan la vida en muchos sitios del mundo, que trabajan en situaciones muy complicadas, y esto suma un poco más a ese miedo. Esto es terrorífico para la libertad de expresión y, sobre todo, para la libertad de información”, opina.

Manuel Marín, director adjunto del diario ABC, teme que “el yihadismo ya no es la gran amenaza de Occidente. Es la realidad contra la que las democracias deben emplear todos los medios legítimos para defenderse”. Para el profesional, lo ocurrido es un ataque “sin justificación, sin sentido. Se trata de ejecuciones a sangre fría contra personas que creían en lo mejor del ser humano frente a la intransigencia, que creían en las libertades frente a la represión y que creían en la vida frente a la infamia del radicalismo más extremo y a la intolerancia religiosa”.

Adanti, en tanto, considera que lo peor de todo es que hay una sensación de que estamos inermes ante la intolerancia. “Unas personas armadas que irrumpen en una editorial y empiezan a disparar... ¿cómo haces para detener algo así? Yo creo que el mensaje está claro: ‘no importa dónde esté ni si es una democracia o no. Si lo que publicas me va a molestar, te puede costar la vida'. Yo creo que lo mejor que se puede hacer contra el terrorismo es justamente no entrar en pánico y no tener miedo. No tener miedo”.