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La industria armamentística discute su reconversión

Drechsel, Alexander / Kinkartz, Sabine (LGC)5 de septiembre de 2014

La idea está en la Biblia: convertir las armas en herramientas inofensivas. La caída de las ventas en la industria de armamento alemana reabre el debate sobre su reconversión para usos civiles.

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Montage Kampfpanzer Leopard
Imagen: picture-alliance/dpa/dpaweb

Este viernes se reunieron los directores de las principales empresas de defensa alemanas en el Ministerio de Economía con el titular Sigmar Gabriel. El ambiente fue frío. Según ellos, la bajada de sus ventas se cifra en miles de millones. Desde que el líder del SPD asumió el cargo, solo se aprueban las solicitudes de exportación a países no pertenecientes a la Unión Europea o la OTAN en casos excepcionales. Él se limita a cumplir los requisitos legales, se justifica Gabriel.

Symbolbild - Sigmar Gabriel
Hay que hablar con los grupos industriales sobre la reconversión, según el ministro de Economía Sigmar Gabriel.Imagen: picture-alliance/dpa

Pero ni puede ni quiere obviar los problemas de la industria armamentística. Se deben abrir nuevos caminos, afirma. Incluyendo ampliar la gama de productos explorando nuevas ramas de negocio en el mercado civil. En caso de hacerse, Gabriel promete ayudas. "Vamos a tener que hablar sobre la aportación que podríamos hacer para una inteligente reconversión de las clásicas industrias armamentísticas, promoviendo sus usos civiles y mejorando su diversificación empresarial".

El coste en puestos de trabajo de la desmilitarización

Lo dijo el ministro de Economía alemán a mediados de agosto: los expertos reclaman una reconversión. El debate se dio ya tras el final de la Guerra Fría. En todo el mundo se reducían los ejércitos. También en Alemania. Su ejército, que llegó a tener cerca de medio millón de soldados en 1989, fue disminuyendo rápidamente. Hoy lo componen alrededor de 183.000 hombres y mujeres. Es obvio que menos soldados necesitan menos armas y menos equipos. Desde hace veinte años esto provoca una constante caída de las ventas de las empresas de armamento. De las ventas y de los puestos de trabajo. En parte, esta bajada se trata de compensar con más exportaciones: Alemania es ahora uno de los mayores proveedores mundiales de armas.

Hans-Peter Bartels Bundestagsabgeordneter
La reconversión no es la panacea, según el político del SPD Hans-Peter Bartels.Imagen: Susie Knoll/Florian Jänicke/spdfraktion.de

Difícil entrada en el mercado civil

Pero ¿se puede adaptar una fábrica de armas para la producción civil de bienes, preservando así los puestos de trabajo? "Al producir tractores en lugar de vehículos blindados, te encuentras con un mercado en el que ya se están fabricando, por lo que no es fácil", recuerda el presidente de la Comisión de Defensa del Parlamento alemán, Hans-Peter Bartels. En entrevista con DW, el político del SPD es más escéptico que su compañero de partido, el ministro de Economía Gabriel: "La reconversión no es la mejor manera de asegurar el futuro de los empleos de tecnología de defensa". La experiencia de los últimos 25 años muestra que no hay grandes ejemplos de reconversión, argumenta Bartels.

Esta opinión no la comparte el investigador Hilmar Linnenkamp: "Estoy seguro de que hay una tendencia, extendida entre las grandes empresas de seguridad y defensa, de posicionarse en los mercados civiles para aprovechar las oportunidades de mercado existentes. Creo que pueden tener más éxito del que se cree". Por un lado, el armamento ha sido un gran motor para el progreso de tecnologías comercializables. Por otro, muchas de las técnicas de la industria de defensa son adecuadas para su aplicación comercial, argumenta Linnenkamp, que ha trabajado durante años en temas de defensa para la UE y para el ministerio alemán del ramo, y hoy lo hace para la asesora SWP (siglas en alemán de la 'Fundación Ciencia y Política').

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Los engranajes de los aerogeneradores y de los tanques son equiparables.Imagen: Mehrnews.ir

La discusión sobre la reconversión ha cambiado

Linnekamp es apoyado por Jürgen Kerner, miembro del Consejo de la Unión de Trabajadores Metalúrgicos. En entrevista telefónica con DW ofrece un ejemplo práctico: "Si una marca está especializada en el campo de las grandes cajas de cambio, por ejemplo, para vehículos blindados, podría fabricar engranajes para aerogeneradores". La discusión acerca de la conversión ha evolucionado, afirma Kerner. En los años 80 se era demasiado idealista al abordar el tema, pretendiendo cambiar la fabricación hacia productos completamente diferentes. "Así, era a menudo muy difícil la adaptación de los empleados". Ahora está claro que el producto civil debe ser algo "relacionado" con lo que se fabricaba inicialmente, aunque distintos.

"No se trata sólo de cambios tecnológicos, sino de repensar la propia empresa", advierte el investigador Herbert Wulf en entrevista con DW. A diferencia de los pedidos militares, que suelen ser encargos de pequeñas cantidades a las empresas de defensa, tendría que prevalecer la producción en masa, tomando importancia la relación entre precio y rendimiento. "Por lo tanto, se necesitarían departamentos de ventas muy diferentes".

Gerencia inmovilista

Al parecer, muchas empresas evitan este paso. "En las últimas décadas, cuando había ideas para un producto nuevo, a menudo nos encontrábamos con el argumento corporativo inmovilista de que 'no lo contemplan' nuestros contratos comerciales", se queja el sindicalista Kerner. Por lo tanto, afirma, se requiere un programa de subsidios del Estado y de la voluntad política para garantizar la salida a los productos civiles que se hagan en las fábricas de armamento. "Para nosotros es importante que las personas que trabajan en el campo de la industria militar y de seguridad dispongan de perspectivas también en el sector civil".

Wulff también aboga por los programas del gobierno para promover la conversión. En primer lugar, la empresa tendría que saber desde el gobierno si va a poder exportar en el futuro y adónde. "¿Continuará Alemania entregando armas al polvorín de Medio Oriente o no? En segundo lugar, hay que definir cuántos puestos de trabajo que puede garantizar el Ejército. Entonces la empresa podrá planificar algo a largo plazo".

Airbus M 400
Los grandes proyectos como el A400M se terminan.Imagen: Reuters

El fin de la era de los grandes proyectos militares

También el experto en defensa del SPD Bartels ve en el último punto un aspecto importante: "Supongo que después del caza EuroFighter, el avión de transporte A400M y los helicópteros NH90 y Tiger –los programas de modernización actualmente en curso– no habrá en la industria de aviación militar grandes proyectos durante un tiempo". En la situación actual, con la restrictiva política de exportación, habrá sin duda más pérdida de puestos de trabajo.

Podrían mitigarla una efectiva reconversión y una europeización de la producción de armas, pero difícilmente podrán evitarla. Porque la producción de armas para venderse en el exterior no puede justificarse solo por la preservación de puestos de trabajo. Es lo que el Gobierno federal ha dejado claro. En sus orientaciones políticas para la exportación de armamento militar, afirma: "No deben jugar un papel decisivo las políticas de empleo".