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"Espléndida y absurda"

13 de octubre de 2011

Aunque la literatura islandesa se mantuvo aislada durante mucho tiempo, esa falta de intercambio no perjudicó la producción literaria de ese país, marcada por verdaderos maestros del arte de narrar.

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Pabellón de Islandia en la Feria del Libro de Fráncfort.
Pabellón de Islandia en la Feria del Libro de Fráncfort.Imagen: DW/N. Wojcik


A la escritora islandesa Auđur Jónsdóttir le gusta pasear por la Laugavegur, la calle más famosa de Reykjavik, poblada de cafés, tiendas de diseñadores y de artículos para turistas. Esa calle es el lugar favorito de la autora en la capital islandesa. “Aquí me encuentro con mucha gente, especialmente los fines de semana, para tomar un café o dar una caminata”, explica.

El número de habitantes de Islandia no supera las 320.000 personas, por lo cual no es sorprendente que casi todos se conozcan, no importa de dónde provengan. “Aquí escucho historias de vida que me inspiran”, dice Auđur Jónsdóttir.

La “aldea” Islandia

Auđur Jónsdóttir escribe desde los 25 años. En Islandia es una autora conocida y muy leída, premiada por sus novelas y sus guiones teatrales. Por primera vez, una de sus obras se publica en alemán, y se la presenta ahora en la Feria del Libro de Fráncfort:

Calle Laugavegur, Reykjavik.
Calle Laugavegur, Reykjavik.Imagen: DW/N.Wojcik

Aunque Del otro lado del mar está el mundo entero transcurre en Islandia, la historia es interesante más allá de las fronteras de la isla, garantiza su autora. “Cuando transpongo problemas globales a la pequeña Islandia, se vuelven maravillosamente absurdos. Nuestro país es como un pueblo chico, y los temas internacionales se vuelven, de algún modo, extraños”, señala.

Islandia ofrece, de hecho, una gran cantidad de curiosidades, además de volcanes en eclosión y crisis bancarias. En casi ningún otro país del mundo se escriben y compran tantos libros, considerando en cuenta el número de habitantes. En la Asociación Islandesa de Escritores hay 400 autores inscritos, a lo que se suman 40 editoriales. Tomando como base el bajo número de habitantes, se constata una altísima “densidad literaria” en el país.

Tapa de ''Del otro lado del mar está el mundo entero'', en alemán.
Tapa de ''Del otro lado del mar está el mundo entero'', en alemán.

Durante mucho tiempo, empero, los escritores islandeses se mantuvieron aislados del resto del mundo, comenta el crítico literario y editor Kirstján Jónasson: “En el contexto europeo, la literatura islandesa permaneció, durante un largo período, alejada de un diálogo real con otros países, ni siquiera con las literaturas de lengua escandinava”.

Es decir, que a unos 1000 kilómetros de Europa continental se desarrolló un universo literario propio. En los años 80, los editores islandeses resolvieron por primera vez exportar literatura nacional, y trataron de discernir cuáles eran las particularidades de las obras de sus autores en el contexto internacional. “Y vimos que lo más especial eran las novelas, orientadas fuertemente a lo narrativo, escritas con gran placer por el relato y, a veces, incluso con un toque mágico”, describe Jónasson.

Sagas, lírica de la naturaleza y novelas de la ciudad

Un pequeño país de grandes contadores de historias, no por un énfasis romántico, sino porque crecieron verdaderamente con la historia. Islandia era, hasta mitades del siglo pasado, uno de los países más pobres de Europa, pero fue desde un comienzo un país rico en términos de producción literaria. Lo que lo identifica son las sagas islandesas, que datan del siglo XIII, rescatadas hoy por varios autores de ese país, entre ellos, por Einar Kárason, cuya obra ya fue traducida a varios idiomas. Su nueva novela, Reconciliación y Rencor, remite a las sagas islandesas medievales.

Audur Jonsdottir.
Audur Jonsdottir.Imagen: DW/N.Wojcik

Pero la literatura islandesa va mucho más allá de eso. Las novelas y cuentos de Gyrđir Elíasson, por ejemplo, son lúdicos y poéticos. El autor se volvió conocido a través de su libro surrealista Una ardilla itinerante y recibió, este año, el Premio Literario del Consejo Nórdico. En los años 1990 surgieron en la isla también algunas novelas urbanas de tono insolente, como, por ejemplo, 101 Reykjavik, de Hallgrímur Helgason.

Todos los géneros y estilos

Es decir, que en Islandia se puede encontrar una producción respetable de todos los géneros literarios. “Los escritores son muy productivos y no se atienen a categorizaciones baratas”, subraya Auđur Jónsdóttir. “No tenemos divisiones rígidas. Muchos autores escriben poesía, libros infantiles y novelas, mezclando estilos pero también jugando con ellos”, añade. Y eso, según la autora, le da cierta frescura a los textos.

Gyrdir Eliasson.
Gyrdir Eliasson.Imagen: DW/N.Wojcik

Una característica que también se percibe en Del otro lado del mar está el mundo entero. La obra es todo al mismo tiempo: crítica social, novela policial y búsqueda de la identidad. En Islandia, el concepto de imposible no existe. Todo está permitido.

Tal vez esa seguridad en el tratamiento de los textos provenga precisamente del aislamiento geográfico del país. Lejos de las ferias de vanidades del mercado editorial internacional, los escritores islandeses logran concentrarse estrictamente en lo que escriben. Además, dicho sea de paso, reciben ayuda estatal para hacerlo. Todo escritor en Islandia puede, en caso de solicitarlo, recibir un salario mensual del Gobierno para dedicarse a escribir.

Autora: Nadije Wojcik/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz