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EURO 2008: Francia y Rumania empatan a cero y aburren en Zúrich

9 de junio de 2008
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En un encuentro en el que el aburrimiento colmó a los espectadores, Francia y Rumania empataron sin goles en el estadio Letzigrund de la ciudad suiza de Zúrich, estrenando con sopor el Grupo C de la Eurocopa 2008.

Sin que brillaran figuras como los franceses Karim Benzema y Franck Ribéry, o el rumano Adrian Mutu, el partido se diluyó sin casi ninguna emoción y dejó a ambos con una unidad en el duro Grupo C, que comparten con Holanda e Italia.

Desde el principio se tuvo noción que, de no mediar ninguna genialidad individual o un error clamoroso, el encuentro estaba condenado a un triste y olvidable 0-0. Tanto es así que lo mejor de la tarde estuvo en el cálido sol que por fin se dejó ver en Zúrich, tras varios días de nubes grises y agua.

En el primer tiempo, Francia quiso tomar el protagonismo ante la invitación de Rumania a jugar mayormente en su campo, una estrategia no habitual en los de Piturca durante la etapa de clasificación, pero la falta total de sorpresa por parte de los de Raymond Doménech fue tal que "Les Bleus" apenas si crearon peligro.

Con Ribéry sin la movilidad necesaria, Benzema ahogado por la marca y Malouda sin dar noticias, la pelota estuvo demasiado en los pies de Makelele o Toulalan. El mediocentro del Olympique de Lyon, que ocupó el lugar del lesionado Patrick Vieira, no pudo reproducir en Zúrich el juego que acostumbra a desarrollar en el multicampeón francés.

El mediocampo rumano, con Cristian Chivu recostado preferentemente sobre la izquierda, lograba hacer bien sólo la mitad del trabajo. Achicaba espacios, pero no podía imponer nunca la velocidad de Banel Nicolita ni el genio de Adrian Mutu, apagado y sin quien confiar para asociarse.

A pesar de la falta de inteligencia francesa para encontrar espacios, Nicolas Anelka tuvo tres oportunidades para marcar, pero la mira del delantero del Chelsea no estaba afinada hoy.

En el segundo tiempo hubo un momento en el que pareció que Francia, a través de la conexión Ribéry-Benzema, podía encenderse. Una ilusión que no duró demasiado y que murió casi inmediatamente después que la estrella del Olympique de Lyon regalara a las manos de Bogdan Lobont un buen desborde y centro atrás del atacante del Bayern Múnich.

Poco antes, Malouda había hecho su único aporte cierto al fútbol ofensivo de su equipo sacándose de encima a Contra y buscando el primer ángulo de la portería rumana, sin la puntería necesaria.

En un camino que tiene tres estaciones en total, de a poco los dos empezaron a conformarse con el punto, que no los beneficia demasiado pero tampoco los condena en un grupo tan parejo como el que comparten con Italia y Holanda.

Para el final quedó el festejo de la numerosa incondicional hinchada rumana, una verdadera marea amarilla que no cesó de alentar a su equipo y que se llevó una alegría, al menos parcial, ocho años después de su última presencia en una Eurocopa. (dpa)