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Europa, ¿relación triangular con China en Latinoamérica?

Evan Romero-Castillo (EL)5 de noviembre de 2015

Europa descuidó sus vínculos comerciales con América Latina y el Caribe, y ahora corre el riesgo de verse desplazada en la región por China. ¿Tiene sentido para el bloque comunitario buscar una relación triangular?

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Imagen: picture-alliance/dpa

Los vínculos entre América Latina, China y Europa fueron objeto de discusión en el seminario ¿Una relación triangular?, realizado en Hamburgo este miércoles (4.11.2015) bajo el auspicio de la Fundación EU-LAC, el Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). La interrogante en cuestión atizó un gran debate; y es que no todos los participantes compartían la impresión de que una cooperación trilateral fuera la respuesta a los retos globales presentes en materia de comercio y activación económica.

La canciller de Alemania, Angela Merkel, y el primer ministro de la República Popular China, Li Keqiang.
La canciller de Alemania, Angela Merkel, y el primer ministro de la República Popular China, Li Keqiang.Imagen: picture-alliance/AP Photo/J. Eisele

¿“Triángulo amoroso” o “poligamia cruzada”?

“La triangulación de las relaciones de Europa, China y Latinoamérica no bastan para enfrentar la actual situación de la economía global. Hay mucha moneda en circulación, una excesiva capacidad productiva y poca demanda efectiva. Hay que coordinar globalmente las políticas fiscales y monetarias para que el modelo se vuelva a expandir, y eso no es posible sin involucrar a Estados Unidos porque ese país no puede absorber todas las exportaciones”, comentaba Mario Cimoli de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

“No basta con que algunos actores se abran mutuamente las fronteras. No se puede esperar que el comercio, por sí solo, lo resuelva todo”, acotó el experto. A sus ojos, seguir pretendiendo exportar sin importar sólo perpetuará el estatismo vigente desde la crisis financiera de 2008. Por su parte, Corinna Bremer, del Ministerio de Exteriores de Alemania, subrayó que Europa, China, Latinoamérica y las Antillas no forman un triángulo cerrado –“ni en el ámbito económico ni en ningún otro”–, sino tres ejes bilaterales inconexos entre sí.

Bremer desestimó, además, que una relación triangular entre estas regiones fuera necesaria para impulsar el orden mundial multipolar al que éstos actores aspiran. “Ya estamos viviendo en un mundo multipolar”, dijo la especialista germana, agregando, sin embargo, que la Unión Europea (UE) estaría interesada en una constelación triangular sólo si se definiera una agenda de intereses comunes en materia de cooperación económica, desarrollo de proyectos de energía sustentable o “diplomacia climática”, por ejemplo.

El presidente chino, Xi Jinping, y su homóloga brasileña, Dilma Rousseff.
El presidente chino, Xi Jinping, y su homóloga brasileña, Dilma Rousseff.Imagen: Reuters

El factor humano y la geopolítica

Germán Ríos, director de Asuntos Estratégicos del CAF, sostuvo que si el triángulo mencionado existía, éste era todavía muy precario. No obstante, al tomar en cuenta el aspecto financiero y no solamente el comercial, Ríos señaló que la relación trirregional podría desarrollarse. Paulo Esteves, de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, amplió aún más la perspectiva para considerar factores de esta trilateralidad como el manejo del medio ambiente; un elemento clave que, de cara a los cambios climáticos, deberá ser tratado a largo plazo.

Mario Esteban, del Real Instituto Elcano, con sede en Madrid, trajo a colación uno de los argumentos más citados durante el seminario: la necesidad imperiosa de propiciar el conocimiento mutuo de las regiones; no solamente a escala estatal o entre sus empresarios, sino sobre todo entre sus habitantes. Renato Flôres, de la Fundación Getulio Vargas, de Río de Janeiro, lo secundó e insistió en poner fin a los discursos que satanizan a los chinos. “A Pekín le interesa un nuevo ordenamiento mundial, pero en paz”, dijo el economista.

Flôres advirtió, eso sí, que la probabilidad de un conflicto entre China y Estados Unidos es real. “Las tensiones entre ambos están allí. Ese hecho no debe ser ignorado porque, llegado el momento, Europa y Latinoamérica se verán obligadas a pronunciarse al respecto o a tomar partido”, añadió el especialista brasileño. Jiang Shixue, de la Academia China de Ciencias Sociales, de Pekín, no pudo asistir al evento; pero un texto de su autoría –en el que intentó disipar los resquemores habituales– fue leído en su nombre. Entre otras cosas, Shixue aseguró que China no pretende minar la influencia política de Estados Unidos en el continente americano porque Pekín no tiene interés alguno en enturbiar sus relaciones multidimensionales con Washington.