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Exguerrilleros en el Congreso: ¿Miedo a la democracia?

José Ospina-Valencia
25 de julio de 2017

Una de las mayores barreras del Acuerdo de Paz es aceptar que un partido surgido de las FARC también pueda competir en la contienda electoral. Ahora son los partidos tradicionales los que parecen temerle a la democracia.

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Carlos Lozada, dirigente de las FARC anuncia que fundarán partido político.
Luciano Marín, dirigente de las FARC anuncia que fundarán partido político. Imagen: Getty Images/AFP/R. Arboleda

Durante un congreso que tendrá lugar entre el 26 de agosto y el 1° de septiembre, las FARC fundarán un partido político. Ahora podrán competir dentro de las normas del Estado social de Derecho, como se define Colombia.

Armas por ideas. Este derecho negociado con y por dicha guerrilla les fue negado con bombardeos hace 53 años, cuando el Gobierno de Bogotá lanzó la "Operación militar Soberanía” sobre Marquetalia, en pleno centro de los Andes, contra unos 50 campesinos que pedían escuelas, carreteras, un puesto de salud y el derecho a cultivar.

Si Colombia hubiera atendido tales peticiones en 1964, se hubieran podido evitar la fundación de las FARC, además de 260 mil muertos, 7 millones de desplazados, innumerables secuestros, masacres y miles de mutilados. 

Ahora, más de medio siglo después, el paso de este grupo guerrillero armado a partido político está lleno de obstáculos, expectativas, temores y suspicacias. "En primera instancia, este es un triunfo de la democracia que así se fortalece”, dice a DW María Victoria Llorente, de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) y agrega que "es un triunfo lograr que dejaran las armas, a cambio de participar en política”.

"Infortunado desfase”

Pero los problemas del anuncio de las FARC empiezan por una realidad con la que los redactores del Acuerdo de Paz no parecen haber contado: "La fundación del partido compuesto por exmiembros de la guerrilla, va a tener lugar antes de que una instancia jurídica pueda decir quiénes pueden o no participar en la contienda política, de acuerdo a la gravedad de los delitos cometidos desde las filas de la subversión”, advierte la politóloga Llorente.

Este es un "infortunado desfase” no previsto por los actores, pero que se suma a la lista de dificultades por resolver. "Esperamos que las FARC obren con cordura y solo nominen a quienes no tienen cuentas pendientes con la Justicia”, insta la directora de FIP.

El partido que funden las FARC contará con 5 curules en el Senado y 5 en la Cámara de Representantes, hasta el 2026, y recibirá el promedio de lo que los demás partidos políticos obtienen como financiación estatal. Estas son parte de las "facilidades” que se le prestan a un grupo antes alzado en armas. "La sociedad colombiana es benevolente y les permite ahora entrar a participar al concurso de ideas”, agrega esta politóloga de la Universidad de los Andes, de Colombia.

Un espacio político para las minorías relegadas

Menores en antiguas zonas de conflicto pueden volver a ser niños. Programa "Mi vida es un diamante" de la ONG Grupo Internacional de Paz.
Menores en antiguas zonas de conflicto pueden volver a ser niños. Programa "Mi vida es un diamante" de la ONG Grupo Internacional de Paz.Imagen: Grupo Internacional de Paz

Pero no solo un partido de la exguerrilla tendrá representación. "También se abre un espacio a movimientos sociales de zonas golpeadas por el conflicto que nunca habían tenido ni voz ni voto y que ahora estarán sentados al lado de los políticos tradicionales”, recuerda Llorente.

El revuelo tiene su razón: después de la desmovilización y el desarme, "el tránsito de las FARC a la política es la consecuencia más significativa del Acuerdo de Paz”, dice Álvaro Villarraga Sarmiento, directivo del Centro Nacional de Memoria Histórica, de Colombia.

Claro está que el partido que surja de esta guerrilla enfrentará grandes dilemas y retos, como los que enumera Villarraga: "Su protagonismo en la construcción de la paz; la reformulación de su programa y su discurso; además de sortear la resistencia por su pasado y los ataques de los opositores del Acuerdo de Paz”, que ya en el Congreso han amenazado con volverlo "trizas”, si ganan las elecciones en 2018.

El factor Venezuela en Colombia y el "cuentazo” del "castrochavismo”

La oposición al Acuerdo de Paz lleva el nombre del partido Centro Democrático que ya está enrareciendo el ambiente con una campaña dirigida a crear miedo a que en las urnas se opte por el modelo "castrochavista” de Venezuela. "Si bien el partido que funden las FARC puede ser respaldado por un 3% de la población o más, quien crea esta propaganda desconoce el itinerario que llevó a Hugo Chávez al poder", dijo Llorente.  

¿Se va a instalar el "castrochavismo” en Colombia? Nadie más idóneo para responder a esta pregunta de DW que el sociólogo Trino Márquez, profesor de la Universidad Central de Venezuela: "Esa es una exageración, por varias razones: porque los únicos que podrían hacerlo son sectores ligados a las ex FARC, que cuentan con muy poco o ningún prestigio. Las encuestas hablan de un 3 ó 4% de aceptación en todo el territorio colombiano. Así que no veo que el castromadurismo se vaya a instalar en Colombia, un país con una economía que lleva más de tres décadas creciendo. Sé que la distribución del ingreso es regresiva y que hay grandes problemas de pobreza en el campo y algunas ciudades. Pero Colombia va hacia adelante y no va retroceder. Los colombianos tienen el ejemplo terrible de Venezuela y padecen los efectos de su crisis. Colombia no va adoptar, bajo ninguna circunstancia, un esquema castrocomunista”.

Ante las amenazas contra el Acuerdo de Paz y la resistencia a que un partido salido de las FARC participe en política, el presidente del Senado de Colombia, Efraín Cepeda, cuestionó públicamente: "No veo cómo se quiera volver trizas la paz, luego de que hubo una desmovilización, entrega de armas, y que los soldados heridos en combate disminuyen. ¿Los enviamos (a los guerrilleros) al monte otra vez?, ¿Les devolvemos las armas? Los prefiero en el Congreso, y no echando bala y bombas. Colombia entra en una nueva etapa”.

José Ospina-Valencia (er)

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