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Murió la protagonista de “El último tango en París”

3 de febrero de 2011

La actriz francesa Maria Schneider, conocida mundialmente tras protagonizar la película "El último tango en París" junto al histrión estadounidense Marlon Brando, murió en París el 3 de febrero a los 58 años de edad.

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En esta imagen, el director Bernardo Bertolucci discute una escena de "El último tango en París" con Marlon Brando y Maria Schneider.Imagen: AP

La actriz francesa Maria Schneider, conocida internacionalmente tras protagonizar la película El último tango en París junto al histrión estadounidense Marlon Brando, murió en París en la mañana del 3 de febrero a los 58 años de edad.

Su carrera cinematográfica fue bastante accidentada y, según los críticos, su talento no brilló en ninguno de los papeles que interpretó desde 1975 como lo hizo cuando encarnó a la amante de Brando en el filme dirigido por Bernardo Bertolucci, una película de culto desde que le diera la vuelta al mundo en 1972.

El peso de la fama

La fama que le trajo el filme en cuestión vino acompañada de infortunios. Y es que en lugar de propiciar oportunidades para que se desarrollara como artista, el rol que jugó en El último tango en París creó una imagen de la que le resultó muy difícil desembarazarse.

Schneider tenía 19 años cuando personificó a Jeanne, una joven parisina que inicia una relación estrictamente erótica con un hombre de negocios mucho mayor que ella para luego darse cuenta de que los sentimientos que surgen entre ambos tienen visos destructivos.

Italien Filmregisseur Michelangelo Antonioni gestorben
Junto a Jack Nicholson, Schneider protagonizó "El pasajero", una película de Michelangelo Antonioni (en la foto).Imagen: picture-alliance/MAXPPP

Un año más tarde, las escenas de sexo explícito habían logrado que la película fuera censurada en varios países, el trabajo de Brando y de Bertolucci fue reconocido con nominaciones al premio Oscar, y Schneider se hizo célebre.

Feminista convencida, lo que la apartó por un tiempo de los sets de rodaje no fue el hecho de haberse convertido en una suerte de icono de la revolución sexual, sino la insistencia de los directores en ofrecerle papeles que, de haberlos aceptado, la habrían encasillado en el rol del símbolo sexual.

Schneider y la prensa sensacionalista

Schneider nunca escondió su atracción afectiva y erótica por las mujeres; pero la prensa sensacionalista sumó detalles de su vida privada –su abierta bisexualidad y sus excesos con el alcohol y las drogas– al hecho de que su imagen pública estuviera asociada a una película tan provocante como la de Bertolucci para presentarla como un personaje escandaloso.

Poco antes de un período oscuro en el que intentó poner fin a su vida, Schneider había elegido un proyecto del director Michelangelo Antonioni para colocarse de nuevo frente a las cámaras.

Junto a Jack Nicholson protagonizó El pasajero en 1975, un “clásico perdido” de Antonioni para los estudios MGM que no tuvo gran difusión y apenas salió al mercado en formato DVD en 2006, y en 1979 rodó Memorias de una puta francesa, por la que fue nominada a un premio César como mejor actriz de reparto.

Durante el decenio siguiente participó en filmes de bajo presupuesto entre los que figura Mamma Dracula, de 1980. Fue en los noventa cuando su presencia en la gran pantalla volvió a llamar la atención de los críticos.

Noches salvajes

En 1992 apareció brevemente en el elenco de la película Noches salvajes, de Cyril Collard, el director francés que murió por complicaciones de salud asociadas al SIDA tres días antes de que le fueran conferidos dos premios César por Mejor Ópera Prima y Mejor Película del Año.

El filme describe los estragos que el virus de inmunodeficiencia humana causa en la vida de un hombre y en sus relaciones con los dos objetos de su afecto, Samy y Laura.

En 1996, Schneider asumió el rol de la Sra. Rochester en la versión cinematográfica de la obra de Charlotte Brontë Jane Eyre, dirigida por Franco Zeffirelli, y en 1998 actuó en la cinta Algo en qué creer. Su última película fue Cliente, dirigida en 2008 por la francesa Josiane Balasko.

“Los hombres pueden elegir entre opciones que no se le presentan a las mujeres”, lamentó Schneider alguna vez, apuntando a la escasez de roles femeninos atractivos para las actrices mayores de cuarenta y probablemente recordando con nostalgia sus inicios en el teatro, cuando no había cumplido ni los quince.

“Una gran artista”

Maria Schneider, quien nació en 1952, hija de la modelo de origen rumano Marie-Christine Schneider y del actor Daniel Gélin, será enterrada en el cementerio parisino de Père Lachaise. Al enterarse de su fallecimiento tras una larga enfermedad, el ministro francés de Cultura, Frédéric Mitterrand hizo homenaje a “su belleza circunspecta, la ironía de su mirada y la ronca suavidad de su voz”, subrayando que Schneider fue “una gran artista”.

Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters / AFP
Editor: Enrique López