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Litvinenko fue envenenado con polonio-210 en 2006. Se cree que los autores del crimen fueron agentes rusos que pusieron esa sustancia radiactiva en su té. Moscú, sin embargo, se niega a extraditar a los dos sospechosos. En su momento Litvinenko rompió con el Kremlin y, posteriormente, pasó a colaborar con el servicio secreto británico. En su lecho de muerte, Litvinenko señaló, al parecer, como responsable del envenenamento al presidente ruso Vladímir Putin.