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Guido Westerwelle: un político polémico y respetado

Iveta Ondruskova (VT/DZC)18 de marzo de 2016

Bajo su liderazgo, los liberales obtuvieron el mejor resultado de su historia. Este viernes Westerwelle murió debido a una grave enfermedad. Aquí repasamos la vida del undécimo ministro de Exteriores de Alemania.

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Guido Westerwelle.
Guido Westerwelle.Imagen: DW/M.Müller

“Alemania seguirá siendo un socio confiable en Europa”, dijo Guido Westerwelle al final de su discurso ante la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2013. Con esa frase, el entonces ministro de Relaciones Exteriores se despidió del escenario político a los 51 años de edad.

Westerwelle nació el 27 de diciembre de 1961 en la localidad de Bad Honnef, cerca de Bonn. Sus padres, ambos abogados de profesión, se divorciaron antes de que cumpliera los diez años. Después creció junto con tres hermanos en la casa del padre. Sus maestros lo describen como un alumno que polarizaba: por un lado era impertinente y buscaba ser el centro de atención y, por otro, era cortés y se comportaba como un caballero.

Diez años al frente del FDP

Desde joven, Westerwelle se interesó por la política. A los 19 años de edad se unió al Partido Democrático Libre (FDP, por sus siglas en alemán) y fue cofundador de la organización juvenil del FDP “Jóvenes Liberales”. Paralelamente estudió Derecho, hizo su doctorado y llegó a ser abogado. A los 33 años se convirtió en secretario general y, seis años después, en el presidente federal más joven del FDP. Durante una década (2001-2011) llevó las riendas de los liberales alemanes.

Guido Westerwelle (izquierda) y su esposo Michael Mronz.
Guido Westerwelle (izquierda) y su esposo Michael Mronz.Imagen: picture-alliance/dpa/R.Vennenbernd

En la percepción de la opinión pública, bajo el liderazgo de Westerwelle el FDP se convirtió en un partido monotemático, cuya demanda central era la reducción fiscal. Su mantra era: “Reducir los impuestos, invertir en educación, impulsar el rendimiento”.

El “partido de la diversión”

Además, una de sus mayores metas consistió en hacer del FDP un partido atractivo para el electorado joven. Con el fin de llamar la atención, Westerwelle intentó nuevos métodos: en su coche caravana amarillo chillón, el “Guidomóvil”, hizo una gira por Alemania, y también apareció en el programa de televisión “Gran Hermano”. Se sacó fotos jugando vóleibol de playa, e incluso, en una ocasión, declaró ser la “Estatua de la Libertad de Alemania”. Así, Westerwelle promovió la imagen del FDP como el “partido de la diversión”.

Guido Westerwelle fue un líder opositor por excelencia: hablaba muy alto, era estrambótico, sabihondo, uno de los mejores oradores en el Parlamento alemán y un brillante crítico de sus enemigos predilectos: Los Verdes, los socialdemócratas y La Izquierda. En la elecciones parlamentarias de 2009 obtuvo un resultado récord para el FDP: un 14,6 por ciento de los votos. Gracias a ese triunfo, tras cuatro años la gran coalición de Gobierno fue reemplazada por una coalición compuesta por cristianodemócratas y liberales.

Abstención militar

A los 48 años de edad, Guido Westerwelle finalmente obtuvo el anhelado puesto de ministro de Relaciones Exteriores. A diferencia de sus antecesores, su primer viaje en calidad de jefe de la diplomacia alemana no lo llevó a París, sino a la vecina oriental Polonia. Más tarde, Westerwelle ordenó que se retiraran de suelo germano las últimas 20 bombas atómicas estadounidenses que quedaban, y apostó por el desarme.

En 2004, el político liberal se declaró oficialmente homosexual e hizo público que vivía junto con otro hombre. Asimismo fue un amante del arte, durante años coleccionó pinturas alemanas contemporáneas y era considerado un excelente conocedor del tema.

En marzo de 2011 provocó un escándalo a nivel internacional: mientras que en el Consejo de Seguridad de la ONU todos los demás países occidentales votaron a favor de una intervención militar en Libia, Alemania se abstuvo.

Durante cuatro años, Westerwelle estuvo al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores y visitó más de cien países. Su período estuvo marcado por la llamada cultura de la abstención militar, postura que le valió el respeto tanto a nivel nacional como internacional. Guido Westerwelle falleció este viernes 18 de marzo, a los 54 años, en una clínica de Colonia, afectado de leucemia que le fue detectada en 2014.