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Hungría criminaliza el cruce ilegal de su frontera

4 de septiembre de 2015

Un paquete de leyes aprobado en el Parlamento busca desincentivar la llegada de refugiados a partir del 15 de septiembre.

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Imagen: Reuters/Stringer

En plena crisis por la oleada de refugiados que se ha dejado caer sobre las fronteras europeas, las autoridades de Hungría aprobaron un paquete de medidas que tiene como objetivo frenar dicha avalancha. Este viernes (04.09.2015) el Parlamento aprobó las leyes que convertirán el cruce ilegal de la frontera de una infracción reglamentaria en un acto criminal castigado penalmente a partir del 15 de septiembre.

Las diez leyes que componen el paquete también aumentan las penas para los traficantes de personas, así como considera la creación de zonas de tránsito para los refugiados directamente junto a la frontera. Esas zonas estarán abiertas hacia el lado serbio, pero cerradas hacia el húngaro, y en ellas podrán permanecer los solicitantes de asilo mientras se regulariza su situación. La destrucción de la valla fronteriza construida por el gobierno del premier Viktor Orban también será castigada.

El líder del grupo parlamentario del partido gobernante Fidesz, Antal Rogan, explicó que gracias a estas leyes “el gobierno contará con la posibilidad de declarar situación de crisis”, que podrá durar hasta seis meses. En ese período se podrán construir instalaciones “de seguridad nacional”, en terrenos estatales o de los ayuntamientos locales. Otro paquete legislativo que abriría la posibilidad de movilizar al Ejército en la defensa de las fronteras será votado en el Parlamento la próxima semana.

Buses desde Budapest

Por otro lado, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, está dispuesto a desafiar a los líderes europeos ante la crisis de inmigrantes que vive el continente, con una nueva propuesta para forzarles a asumir cuotas de demandantes de asilo cuatro veces superiores a las de un programa que ya rechazaron. Los jefes de Gobierno habían ofrecido 40.000 plazas para refugiados, y ahora Juncker estudia exigir 160.000.

Una situación que se ve difícil de concretar, luego de que República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia rechazaran las cuotas obligatorias de reparto de refugiados y abogaran por un “control efectivo” de las fronteras exteriores de la Unión Europea. “Hemos acordado que las medidas solidarias sean voluntarias”, resumió en rueda de prensa el jefe del Ejecutivo checo, Bohuslav Sobotka. Su país ofrece acoger a 1.500 personas hasta 2017, una cifra mínima si se compara los 70.000 que espera acoger Austria solo en 2015, o los 800.000 que estima recibir Alemania.

En horas de la noche, en tanto, Hungría ofreció a los cientos de refugiados que se encuentran en estaciones de trenes del país o caminando por las autopistas con dirección a Austria, desde donde esperan llegar a Alemania, la posibilidad de trasladarlos en buses. El gobierno puso a disposición 100 autobuses para dejar a los refugiados en la localidad fronteriza de Hegyeshalom. “Pedimos a los inmigrantes que acepten nuestra propuesta”, dijo el ministro húngaro de Gobernación, Janos Lazar.

DZC (EFE, dpa, Reuters)