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La puerta de las estrellas

24 de noviembre de 2004

Excavaciones arqueológicas descubren un monumento funerario de hace 7.000 años en Goseck. El templo muestra indicios de civilizaciones prehistóricas que practicaban el culto a las estrellas.

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Disco celestial de Nebra, uno de los primeros testimonios del culto a los astros en la antiguedad.Imagen: Lipták/Archlsa

La constelación de Tauro, visible en los cielos del norte durante el invierno, ocupa actualmente en Alemania el interés de los arqueólogos. A una distancia de unos 130 años luz de la tierra, Aldebarán, estrella principal de la constelación aparece a los ojos de los humanos como un "malvado ojo rojo"

El interés arqueológico se despertó tras el descubrimiento en Goseck de un templo circular que data de la edad de piedra, erigido en honor de la "malvada estrella". Estos templos funerarios circulares, levantados por civilizaciones europeas entre el 4.800 y 4.600 antes de Cristo, son uno de los campos de investigación más emocionantes para cualquier investigador.

Templo de las estrellas

El templo de Goseck es uno de los primeros en ser descubierto al completo. Los funcionarios de la oficina estatal de arqueología tuvieron que extraer 6.500 metros cúbicos de tierra, para destapar así dos anillos concéntricos construidos con empalizadas. Según las suposiciones de los expertos, el monumento tenía la función de santuario de la tribu y en él se celebraban ofrendas, casamientos y ritos mortuorios.

Rekonstruktion der Anlage des Sonnenobservatoriums in Goseck, Weissenfels
Reconstrucción del templo solar de Goseck.Imagen: AP

Lo curioso del descubrimiento es la relación del santuario con el culto a las estrellas, según considera el astrónomo de Bochum, Wolfhard Schlosser. El experto descubrió que la construcción del templo está relacionada con los ciclos solares, tras comprobar que dos de las tres puertas coinciden perfectamente con el punto de salida y puesta del sol en el solsticio de invierno.

Culto a Tauro

También la puerta sudeste del templo está orientada según la posición de Tauro en las noches de hace 6.800 años. La constelación era adorada por las civilizaciones orientales de la antigüedad. Incluso los antiguos griegos coincidían con el culto a la constelación, a la que consideraban como una representación de Zeus, dios todopoderoso del Olimpo, mientras seducía a la bella princesa Europa.

No sólo la orientación del templo indica el culto de esta antigua civilización hacia la constelación. Directamente ante la "puerta del cielo", aparecen numerosas cráneos y cuernos de vacuno. El actual informe de los arqueólogos considera los restos como un elemento arquitectónico, utilizado para coronar los postes de la empalizada. Además del culto al toro, los expertos encontraron en las excavaciones restos de miembros amputados, enterrados en dos fosas.

Los científicos especulan ahora sobre el origen y costumbres de la tribu. Los descubrimientos hacen pensar que se trata de un ritual mortuorio hasta ahora desconocido. Sin embargo, también podría ser una víctima ofrecida en sacrificio para la construcción del templo. Según esta costumbre extendida entre los arquitectos de la antigüedad, antes de erigir un edificio se sacrificaba una víctima, posteriormente enterrada en el templo con sus miembros separados.