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Sirenas policíacas en Alemania

Hendrik Heinze / Lydia Aranda Barandiain6 de agosto de 2013

Las sirenas policíacas en Alemania ya no asustan a los conductores; en muchas ocasiones estos ni siquiera reaccionan. Ello pronto podría cambiar con una nueva sirena mucho más estridente.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Alemania es un país tranquilo. Silencioso, por lo general. Sin embargo, cuando las cosas se ponen realmente feas, es hora de hacer sonar las alarmas; y estas deben ser lo suficientemente agudas y potentes como para hacer reaccionar a los alemanes. Al parecer, la eficacia del “tatú-tatá” y el color azul de las sirenas de policía tradicionales alemanas está en entredicho: los alemanes están ya tan acostumbrados a ellas que muchas veces las ignoran.

La solución viene en forma de sirena ensordecedora. Alemania quiere poner en los coches patrulla el sonido de las sirenas al que ya estamos acostumbrados a escuchar en las películas de Hollywood: el llamado tono “yelp” (que muy acertadamente significa en inglés, literalmente, aullido) acompañado de potentes luces intermitentes rojas. Una sirena con la que, si uno no salta de su asiento, es porque necesita urgentemente una revisión del oído.

A pesar de lo curioso que puede parecer todo esto, no se trata de una decisión tomada al azar. Este tipo de medidas se toman en Alemania a nivel regional, y en uno de los estados alemanes, Hesse, se puede escuchar esta “melodía” por sus carreteras desde hace ya 10 años. Mark Kohlbecher, portavoz del ministerio del Interior de Hesse, evalúa los resultados como positivos, en entrevista con DW.

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DW: Señor Kohlbecher, ¿es Hesse un estado particularmente ruidoso? Al fin y al cabo, ha sido hasta ahora el único estado en el que desde hace diez años suenan alarmas de policía distintas ante la sospecha de que la gente no se tomaba en serio ni la sirena tradicional ni la luz azul…

Mark Kohlbecher: No sabría decir si Hesse es un estado más ruidoso que el resto, pero en lo que se refiere a la sirena “yelp”, sin duda sí lo es. A principios del año 2000 nos dimos cuenta de que los conductores cada vez hacían menos caso a las señales de alarma de la policía. A menudo, cuando un coche patrulla se posicionaba detrás de otro auto, el conductor de este último no reaccionaba. En consecuencia, los policías se veían obligados a adelantar al coche para lograr que se detuviera. Para ello, no obstante, tenían que acercarse al auto desde delante, lo que suponía un riesgo de seguridad.

El problema se discutió en toda Alemania, pero no se llegó a una decisión unitaria. Por ello, el entonces ministro del Interior y hoy ministro Presidente Volker Bouffier decidió en 2003 imponer la sirena “yelp” en el estado de Hesse. Como podemos observar hoy, la decisión mereció la pena, aún cuando al resto de los estados federales les ha costado diez años adoptarla.

Mark Kohlbecher
Mark Kohlbecher, ministerio del Interior de Hesse.Imagen: HMdIS

¿La medida fue un éxito?

Hemos tenido buenas experiencias. Cuando un conductor no reacciona ante las señales tradicionales de la policía, se procede a hacer parpadear la luz para indicarle que se detenga. Y si aún con esto no se advierte reacción, se hace sonar el aullido de la sirena, que generalmente no hace falta repetir más de una vez. Así nos aseguramos de que los conductores se enteran de la situación. En nuestra experiencia, con estas medidas es más fácil para ellos darse cuenta de lo que pasa.

En cualquier caso, la alarma tradicional seguirá teniendo su razón de ser, al igual que los coches patrulla de la policía alemana; no van a ser sustituidos por los autos policíacos estadounidenses que se ven en las películas de Hollywood. Nuestro objetivo no es erradicar para siempre el “tatú-tatá”.

Autor: Hendrik Heinze / Lydia Aranda Barandiain
Editor: Pablo Kummetz