1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Los “detestables” planes de Sarkozy para regular la inmigración

Mirra Banchón21 de septiembre de 2007

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, es un hombre de palabra. Durante la campaña prometió regular la migración. Y lo está haciendo. Por exámenes de francés y pruebas de ADN tendrán que pasar los postulantes a emigrar.

https://p.dw.com/p/BiBw
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, no se queda sólo en palabrasImagen: picture-alliance/dpa

El presidente francés Nicolás Sarkozy cumple sus promesas electorales; la prueba de ello son las nuevas enmiendas a la ley de migración que el Parlamento acaba de aprobar. Especialmente, a la reunificación familiar se le coloca grandes obstáculos. Quien quiera emigrar para vivir con sus familiares en el país de "la igualdad, la libertad y la fraternidad" tiene que haber aprobado un examen de lengua francesa, y haber dejado constancia de su conocimiento acerca de los valores y la historia de la grande nation.

Francia no está sola

Hasta ahí, la nueva regulación del Gobierno del presidente Sarkozy no difiere mucho de las leyes que se aprobaron hace poco en Alemania y que ya entraron en vigor. Bajo el lema de fomentar la integración y dado que sin hablar el idioma local no hay integración posible, unas 120 horas de alemán tienen que acreditar los o las postulantes a emigrar a Alemania. Antes concederles la visa, tienen que haber aprobado también un examen de lengua que cuesta 350 euros.

Mission Europe / Mission Paris / Land und Leute / 02_b / Sprachkurs, Bildungsprogramme
"Oui, Paris"Imagen: Katja Ingman

A este respecto, las experiencias que se han cosechado en el país vecino de Francia no son del todo malas, a pesar de que para países como Turquía –de donde provienen gran parte de las jóvenes que llegan por motivos matrimoniales- las nuevas regulaciones son claramente discriminatorias. Ciudadanos de Estados Unidos o Australia, por el contrario, no tienen que saber alemán, menos se les exige aprobar un examen.

Contar con presupuesto suficiente

Otro requisito para conceder un visado es que el familiar residente en Francia demuestre tener ingresos que puedan solventar la manutención del nuevo inmigrante. También en esto las nuevas regulaciones de Berlín van a la par; y son especialmente criticadas en este punto, pues personas de bajos ingresos o que vivan de la asistencia social no pueden optar por matrimonios con extranjeros.

“Detestable” examen de ADN

En lo que el presidente Sarkozy le lleva la delantera a Berlín es en la introducción de exámenes genéticos para probar la consanguinidad. Miembros del partido gubernamental UMP no encuentran nada malo en esto: es un método moderno, ahorra tiempo de verificaciones y ayuda a detectar fraudes aducen.

Las organizaciones humanitarias y la oposición pusieron el grito al cielo: ¿por qué se puede invadir así el corazón de una familia extranjera si ello sería impensable para una francesa? “Hace mucho tiempo se decidió que una familia francesa de ninguna manera puede ser definida solamente basándose en la biología, o en la genética”, critica, según AFP, Axel Khan, un especialista en genética, miembro del opositor partido socialista.

Frankreich Demonstration in Paris gegen Nicolas Sarkozy als Präsident Festnahmen
Protestas, después de la victoria de Nicolás SarkozyImagen: AP

Las críticas surtieron efecto: el test de ADN será voluntario, y la regulación se someterá a un período de prueba, hasta el 2010. Es más, si la consaguinidad queda comprobada, el costo del examen será reembolsado. Con tanta generosidad estatal, los que favorecen la regulación no ven motivo alguno para escandalizarse por la nueva regulación. Más aún teniendo en cuenta que ésta existe en países europeos como Gran Bretaña o Suiza.

De “método detestable”, lo califica por su parte el secretario de los socialistas, Francois Hollande. Asimismo declaró que permitir una inmigración regulada por cuotas según países y profesiones le parecían “objetivos irreales” de este Gobierno. Como fuere, la nueva regulación ya está aprobada; ahora sólo tendra que pasar por un Senado, en el cual el presidente Sarkozy cuenta con mayoría.