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Los niños abandonados de Alemania

Anna Peters / Peter Eßer7 de septiembre de 2013

Crece el número de niños que son apartados de sus familias por sufrir abando o maltrato.

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Imagen: Fotolia/pegbes

Se repiten los casos crueles de infanticidio y abandono en Alemania. Historias trágicas como el caso de Anna, una niña que se ahogó en la bañera, o de Kevin, al que encontraron muerto en el refrigerador del padrastro, acapararon los titulares de los periódicos. ¿Por qué se registran estos espeluznantes episodios?

Según el Instituto Estadístico de Alemania, en el año 2012 las oficinas de protección de menores apartaron a 40.200 menores de edad de sus familias, una cifra récord. Las oficinas se hacen cargo de niños en condiciones de peligro pero, por lo general, el cuidado es temporal, es decir, pasado un tiempo, los niños regresan a sus familias.

Las familias tienen que aguantar más

Wolfgang Oelsner: "La red social de una familia grande está desapareciendo".
Wolfgang Oelsner: "La red social de una familia grande está desapareciendo".Imagen: privat

Renate Schäfer-Sikora trabaja en la oficina de protección de menores de Colonia. Está familiarizada con las situaciones típicas en las que los padres se ven superados por la educación de sus hijos: "Afecta especialmente a los padres muy jóvenes que tienen problemas de adicción a drogas y alcohol. Tambíen constatamos un aumento de enfermedades mentales", explica. Según su experiencia, a menudo los problemas surgen por dificultades sociales.

La sociedad está cambiando: cada vez más familias se ven obligadas a enfrentar solas las dificultades sociales. "El apoyo social a través de grandes familias, comunidades estables fundadas en valores religiosos o la ayuda directa entre vecinos está desapareciendo", explica Wolfgang Oelsner, psicoterapeuta para niños y jóvenes de Colonia. "Hoy, las familias llevan una gran carga, tienen que aguantar mucho", dice. Y a veces es demasiado.

Una sociedad más consciente

"A mi juicio, el número de casos de abandono y maltrato de niños no está aumentando necesariamente", dice Schäfer-Sikora.

La funcionaria de la oficina en Colonia considera que hay otras razones tras el aumento de las custodias de menores: la gente se fija más, está más atenta. "Creo que la gente está más sensible al tema de la protección de menores. A lo mejor tienen menos reparos en informarnos cuando consideran que el bienestar de un niño corre peligro". Por lo visto, en Colonia cada vez más ciudadanos acuden a las autoridades cuando escuchan gritar permanentemente a un menor o "cuando un bebé no parece cuidado de manera adecuada", dice Schäfer-Sikora. "La información por parte de los medios de comunicación de casos como los de Anna, Kevin y otros niños, contribuye a la sensibilización", añade.

Jóvenes piden ayuda

A diferencia de lo que ocurría antiguamente, también muchos niños y jóvenes acuden por iniciativa propia a profesores de confianza y la oficina de protección de menores. "Antes, muchos niños pensaban que no había más remedio que aguantar e incluso encubrir problemas en su hogar, por ejemplo, cuando un padre alcohólico golpeaba a la madre", dice Wolfgang Oelsner. "Gracias a una mejor educación escolar, cada vez más jóvenes están dispuestos a pedir ayuda".

El psicoterapeuta resume: "El aumento del número de custodias de menores no es una catástrofe que nos conduzca al ocaso. También puede indicar la mera voluntad de prevenir lo peor, para que no se repitan casos como el de Kevin".

Autor: Anna Peters / Peter Eßer
Editor: Diego Zúñiga

Renate Schäfer-Sikora: "La gente está mucho más sensible al tema de la protección de menores".
Renate Schäfer-Sikora: "La gente está mucho más sensible al tema de la protección de menores".Imagen: privat