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Los tropiezos de Erdogan en Oriente Medio

Kersten Knipp
17 de marzo de 2017

El Gobierno de Erdogan se está enfrentando a Europa. Y con ello aísla más a Turquía. Pero también en su región tiene pocos aliados, con los que la cooperación no es muy buena.

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Erdogan auf goldenem Thron
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Dridi

La organización humanitaria estadounidense Mercy Corps ya no puede trabajar en Turquía. Una decisión que fue tomada sin previo aviso. Las autoridades del país le quitaron la licencia la semana pasada. Esto significa que alrededor de 360.000 refugiados sirios en Turquía perderán un gran apoyo.

La solicitud del gobierno de Estados Unidos de que se revelaran las razones de la decisión contra Mercy Corps, aún no ha sido respondida por Ankara. Sobre los motivos aún se especula. Las sospechas de Estados Unidos van, sobre todo, en una dirección: Ankara quiere poner a Washington en una difícil situación. "No se puede usar a personas que sufren para ejercer presión", dijo el senador demócrata Ben Cardin tras la decisión de Turquía.

Según el portal Al-Monitor, especializado en política sobre Oriente Medio, esta presión tiene un solo objetivo: Turquía quiere disuadir a Estados Unidos de apoyar a los kurdos sirios, quienes son considerados por Ankara como terroristas.

Combatientes uniformados.
Combatientes kurdos.Imagen: Reuters/G. Tomasevic

Los incontrolables kurdos

Al mismo tiempo, Ankara ha tratado - hasta ahora en vano - de convencer a los estadounidenses de dar apoyo a los combatientes del Ejército Libre de Siria, en lugar de aliarse a los kurdos. Sin embargo, Estados Unidos tomó distancia de ellos desde hace un buen tiempo. Le preocupa que entre ellos puedan ocultarse también combatientes islamistas o yihadistas. Washington no ofrecerá, de ningún modo, apoyo a positores religiosos radicalizados - y menos aún los abastecerá de armas.

Pero para el Gobierno turco el problema no se detiene ahí: una impotente Ankara tuvo que ver cómo los kurdos llegaban a acuerdos con el ejército sirio, que apoya a Assad.  En conjuntno, ambos abrieron un corredor entre Alepo y el Eufrates, para asegurar el suministro de agua de la ciudad. Para evitar esto, al gobierno de Erdogan tampoco le sirvió de nada un acercamiento con Rusia en los últimos meses: Moscú no tiene una mala imagen de los kurdos.

Problemas con los vecinos

Los kurdos no son, sin embargo, el único reto para Ankara. El lema "cero problemas con los vecinos", que proclamaba Turquía hace algunos años, quedó en el olvido, según el Instituto de Oriente Medio, con sede en Washington. Actualmente se aplica un nuevo lema: "Que no quede un vecino, con el no se haya tenido algún problema".

Putin y Erdogan se dan la mano.
Putin y Erdogan en foto de archivo.Imagen: picture-alliance/abaca/S. Karacan

De este modo, el hecho de que Turquía se acercara a Rusia - el mayor apoyo del régimen de Assad -, le ha costado a Ankara la simpatía de algunas facciones suníes, según el Instituto de Medio Oriente. Esto es aún más grave, teniendo en cuenta que Turquía se concibe a sí misma como líder sunita. Por esta misma razón, según la consultora estadounidense Stratfor, Turquía tampoco debería dar la impresión de que se acerca demasiado a Rusia. Debido a su apoyo a Assad, Rusia se ha ganado una mala reputación en gran parte del mundo suní.

Kersten Knipp (CT)