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¿Cuál será la nueva moneda internacional?

18 de febrero de 2011

El dólar ha perdido relevancia como moneda internacional a causa del enorme déficilt comercial y de la balanza de pagos de EE. UU. Según expertos, debe aparecer un nuevo referente, pero, ¿cuál?

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¿Dólar, euro, yen? ¿Cuál será la moneda de reserva internacional?Imagen: AP

El sistema monetario internacional necesita, según el antiguo director del Fondo Monetario Internacional, Michel Camdessus, una reforma radical. “En los mercados de divisas se producen una y otra vez fluctuaciones excesivas”, dice, dice Camdessus, que hoy asesora al jefe de Estado francés y presidente el G-20, Nicolas Sarkozy, en una entrevista con el periódico alemán Die Zeit. Según Camdessus, el curso de las monedas a menudo “no tiene nada que ver con los datos económicos marco”, por lo cual sería recomendable introducir un nuevo anclaje monetario.

Deutschland Professor Rolf J. Langhammer
Rolf J. Langhammer, vicepresidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel.Imagen: picture-alliance/ dpa

Un referente de ese tipo ya existió, pero hace mucho tiempo. En el verano de 1994, los EE. UU. invitaron a una conferencia monetaria y financiera internacional para reformar la economía mundial, quebrantada por la Segunda Guerra Mundial, a la ciudad de Bretton Woods, en el Estado de New Hampshire. Allí se estableció un nuevo orden económico y financiero y se fundaron el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El primero, para ocuparse de la reconstrucción en Europa y en los países en vías de desarrollo. El segundo, para estabilizar a aquellos estados cuya moneda estaba bajo presión a causa del déficit económico interno.

El dólar: un ancla en medio de la tormenta

El mayor éxito de los Acuerdos de Bretton Woods, sin embargo, fue lograr que los Estados coincidieran en establecer al dólar como moneda de reserva internacional, y que dicha moneda estuviera cubierta por su valor en oro. Dado que EE. UU. dispone de dos tercios de las reservas en oro del mundo, el dólar era entonces una buena alternativa como moneda de referencia.

Es por eso que, después de la 2ª Guerra Mundial, EE. UU. no sólo se convirtió en una potencia, política y militarmente hablando, sino que también asumió el liderazgo económico y financiero a nivel internacional. En esa época, la economía mundial estaba en orden: había cursos fijos de divisas, bajos intereses, y el dólar era reconocido mundialmente como moneda de cambio.

Stephan Schulmeister, investigador del Instituto Vienés de Investigación Económica, mira hacia atrás con cierta nostalgia: “Cuando los tipos de cambio son fijos, y la tasa de interés es baja, cuando las bolsas de valores duermen y los precios de las materias primas son estables, entonces, en el mundo de las finanzas, nadie puede enriquecerse con la especulación”, describe Stephan Schulmeister la situación en los años 50 y 60.

“Bajo tales condiciones, el afán de ganancia sólo se plasmaba en la economía real, y así es como se produjo un boom económico, hubo pleno empleo, se desarrolló del Estado social, y todo en un marco de constante disminución de la deuda estatal”, explica el experto.

Fin de un referente monetario

Lo malo fue que al 36º presidente de EE. UU., Lyndon B. Johnson, se le ocurrió la idea de sacar de un aprieto a las fuerzas de ocupación francesas en Vietnam enviando miles de millones de dólares a la guerra. A eso se sumó que el país vivió su primer déficit comercial del siglo XX. Pronto, los préstamos en dólares ya podían ser cubiertos por el oro, y países como Gran Bretaña y Francia exigieron que se convirtiera sus excedentes de dólares en el noble metal. Y eso hizo que disminuyeran las reservas de oro estadounidenses.

El 15 de agosto de 1971, Richard Nixon, entonces presidente de EE. UU., anuló la obligación de convertir el dólar en oro para aliviar la balanza comercial de ese país, lo que produjo que se diera vía libre a los tipos de cambio. Eso, a su vez, llevó a un cambio fundamental en el sistema financiero, explica el investigador vienés. “El capitalismo pragmático fue desterrado por el capitalismo financiero”, lo que trajo consecuencias fatales, ya que “tales condiciones, es decir, tipos de cambio inestables, tasas de interés altas e inseguras, mercados financieros en alza y en baja, y precios fluctuantes de materias primas, hacen que florezca la especulación”, subraya Schulmeister.

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La conferencia monetaria internacional de Breton Woods, en New Hampshire, EE.UU.Imagen: AP

Consecuencias fatales

G20 Gipfel Toronto China HU Jintao
Hu Jintao, president de China, llega a la cumbre del G-20 en Toronto.Imagen: AP

Desde entonces, nuestro sistema financiero internacional está desacoplado de la realidad. La economía mundial no dispone de una escala de valores mundialmente reconocida. La creación de dinero se basa en la adjudicación de crédito por parte de bancos privados y ya no está ligada a la realidad material. La digitalización del dinero, gracias al desarrollo tecnológico, posibilita además la transmisión de grandes sumas en forma de datos. A causa de eso, han aumentado enormemente las transacciones especulativas de divisas. Actualmente, sólo un cinco por ciento de todas las transacciones monetarias corresponden con un intercambio real de bienes y servicios, y un 95 por ciento son de carácter especulativo.

Ante este panorama, se plantea la cuestión de si sería mejor retornar a los años 50. “Por supuesto que no”, dice Stephan Schulmeister. “Tenemos que lograr que se valorice y se remunere mejor la conducta empresaria que la especulación financiera. Y en los últimos 30 años ha estado sucediendo justamente lo contrario”, añade.

El ex presidente del FMI, Michel Camdessus, argumenta del mismo modo. “Desde la quiebra del sistema monetario luego de Bretton Woods, en los años 70, nuestro orden económico ya no cuenta con un punto de referencia”, dijo Camdessus a Die Zeit.

Y no se avizora otra moneda referencial

El dilema parece no tener solución. Al faltar una moneda de referencia, el dólar sigue siendo, a falta de mejor alternativa, la moneda internacional. Según el jefe de Estado chino, Hu Jintao, un sistema financiero dominado por el dólar no tiene futuro. El liderazgo del dólar estadounidense es “un producto del pasado”, dijo Hu en conversación con el Washington Post y el Wall Street Journal, poco antes de su encuentro con el presidente estadounidense, Barack Obama, en la cumbre realizada en enero. Pero Hu Jintao tampoco sabe cuál es la moneda que podría remplazar al dólar.

Michel Camdessus ehemaliger Chef des IWF und jetziger Berater von Sarkozy
Michel Camdessus, ex presidente del FMI.Imagen: APImages

Ante este panorama, especular acerca de un nuevo orden económico no tendría sentido, según creen algunos expertos en el asunto. “Necesitamos una moneda internacional”, dice, por ejemplo, Rolf Langhammer, vicepresidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel, “pero esa moneda sólo existe en forma de dólar”, agrega. Y ese es el dilema de los chinos, que son acreedores importantes y hablan mal del dólar, pero, al mismo tiempo, lo apoyan. “En tanto no se resuelva este dilema, no necesitamos hablar de un nuevo orden monetario global, ya que no será posible ponerlo en práctica”, concluye el experto.

Autor: Rolf Wenkel/ Cristina Papaleo

Editor: José Ospina Valencia