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¿Nuevo orden mundial a la rusa?

Uta Thofern (PK)10 de julio de 2014

Vladímir Putin visita América Latina: cumbre del BRICS, final del Mundial de Fútbol y dos visitas de Estado: una muestra de la importancia estratégica de la región y una advertencia para Europa, dice Uta Thofern.

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Imagen: Reuters

Para comenzar, una visita a Cuba; luego una estadía en Argentina. Entremedio, la final del Mundial Brasil 2014 en Río de Janeiro y finalmente la cumbre del BRICS, en Fortaleza. Las buenas fotos están garantizadas: ya sea en Cuba, con Fidel Castro, que hace tiempo no se ve en público, o junto a Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina, país en peligro de una nueva cesación de pagos y al que Putin desearía ver como nuevo miembro del BRICS: ¡Argentina al mismo nivel que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica!

Y finalmente Brasil: primero en una tribuna del Maracaná, luego en una reunión con Dilma Rousseff, que lucha por ser reelegida… y quizás por el papel central en la cumbre en su propio país, que le gustaría desempeñar a Putin con aires de estrella en la reunión del BRICS.

Una buena puesta en escena

El viaje a América Latina del rey sol ruso está bien escenificada. Putin disfrutará de las visitas a países que lo necesitan. Una condonación de deuda a Cuba, junto con la promesa de nuevos créditos y un proyecto conjunto para la construcción de un puerto. Apoyo a Cristina Fernández de Kirchner en su lucha contra los fondos hedge y proyectos energéticos comunes. Una amable ayuda a Dilma Rousseff para mejorar la balanza comercial bilateral y simultáneamente la oportunidad de aparecer juntos como representantes de un orden mundial multipolar. Allí donde hay un problema, siempre aparece Putin para solucionarlo.

Rusia cultiva viejas alianzas y nuevas dependencias: América Latina desempeña un importante papel en los proyectos de Putin para un nuevo orden mundial y, como adversario de Estados Unidos, posee sin duda un discreto encanto. Gran importancia le dio a la región Medvédev, el jefe de Gobierno ruso, a comienzos de año, diciendo sin ambages: “Rusia ha venido para quedarse”. De asociación estratégica no se habló, pero sí de bases navales rusas en América Latina.

No subestimar a América Latina

El amable oso ruso tiene garras y dientes. Las zarpas del puma latinoamericano se ven solo cuando las saca. América Latina no se entregará en los brazos de Rusia. Mujeres como Dilma Rousseff y Michelle Bachelet no deben ser subestimadas. También el apoyo argentino a la anexión de Crimea por parte de Rusia fue una jugada calculada. Países como México y Perú no dejarán que Rusia se inmiscuya en su política interna. Y el socio antes más poderoso en la región, Venezuela, se ha transformado en un paciente que hay que atender. No por último, la propia Rusia necesita ayuda, por las sanciones que la amenazan.

El romance ruso con América Latina es un juego en el que también hay serios rivales. China realiza desde hace tiempo grandes inversiones en la región y es uno de los principales compradores de materias brutas. Narendra Modi, el nuevo primer ministro de la India, representará a su país en el BRICS con renovados bríos.

Queda una pregunta: ¿por qué Alemania y Europa permanecen tan en segundo plano en ese escenario? La importancia económica de América Latina es indiscutible, los elementos culturales compartidos son muchos, pero el estatus político parece haberse quedado atrás. Europa no debería dar por sobreentendidas las tradicionalmente buenas relaciones con “su” antiguo “nuevo mundo”.