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Nuevo patriotismo constitucional

Kay-Alexander Scholz /ERS23 de mayo de 2014

Los dos principales discursos pronunciados en el 65° aniversario de la Carta Fundamental, marcaron un hito acertado, en opinión de Kay-Alexander Scholz. Ambos destacaron la fuerza de la Constitución alemana.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Fantástico: dos personalidades tan importantes –el presidente federal, Joachim Gauck, y el intelectual germano-iraní Navid Kermani- llaman en el 65° aniversario de la Carta fundamental a un nuevo patriotismo constitucional.

En el discurso solemne que pronunció ante el Bundestag, el musulmán Kermani comparó la Constitución con la Biblia de Lutero. Dijo que, con la fuerza de la palabra, generó tras la guerra una realidad que en un comienzo era muy diferente y por la que hubo que luchar duramente. Los factores del éxito son los valores universales en ella consagrados, y también la belleza de sus palabras, sencillas y carentes de soberbia. El resultado es motivo de satisfacción. “Esta es la mejor Alemania que jamás haya existido”, dijo Kermani, citando al presidente federal.

Al fin y al cabo, fue la fuerza de atracción de la Constitución la que también indujo a la familia Kermani a emigrar a Alemania. Aquí puede vivir las libertades individuales en ella garantizadas. Alemania se ha convertido entretanto en el segundo país industrializado más atractivo para los inmigrantes, no solo porque hay puestos de trabajo disponibles.

Esta Constitución ha creado un país democrático, en el que las discusiones de fondo y el debate de opiniones son bienvenidos, e incluso se puede ejercer una dura crítica durante una sesión solemne del Bundestag. Kermani calificó de “fea mancha” el modificado artículo 16, relativo al asilo. Indicó que 275 palabras agolpadas sin ton ni son intentan ocultar que con ello se ha eliminado prácticamente el derecho de asilo.

Kommentarfoto Kay-Alexander Scholz Hauptstadtstudio
Kay-Alexander Scholz.Imagen: DW/S. Eichberg

Por otra parte, el hecho de que un ciudadano que creció en otro ámbito cultural sostenga este discurso, demuestra la madurez de Alemania.

Fue correcto que el presidente federal también recomendara tomar la Constitución como “directriz” para la inmigración y la convivencia. Para generar un nuevo “nosotros”, en la unidad de la diversidad. Porque con ello libera al debate del peso del término “cultura rectora” y confronta al país con el hecho de que los alemanes ya tenemos todo lo que necesitamos: una Constitución que brinda un andamiaje a los valores de la libertad y la democracia, pero también tiene efectos normativos, para evitar el surgimiento de sociedades paralelas.

Pero la Constitución también debe ser vivida. Y para ello se requiere algo de patriotismo; llamémoslo amor a la Constitución. Las sesiones solemnes pueden contribuir a ello. La de hoy fue un momento estelar. Kermani terminó su emotivo discurso con las palabras “gracias, Alemania”. Yo digo: gracias, Navid Kermani.