Nuevo "Vatileaks"
2 de noviembre de 2015
El Vaticano señaló este lunes (2.11.2015) que las investigaciones sobre la "sustracción y divulgación de noticias y documentos reservados" se han desarrollado durante "algunos meses" y que el pasado fin de semana fueron interrogadas dos personas por estos hechos.
Se trata del sacerdote español Vallejo Balda y la seglar italiana Francesca Chaouqui, que en el pasado ejercieron respectivamente como secretario y miembro de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA), creada por Francisco para asesorar sobre las reformas financieras y económicas en la Curia Romana.
Dos detenidos, una liberada
Vallejo Balda y Chaouqui quedaron detenidos tras el interrogatorio. Pero, este lunes, el promotor de justicia (fiscal vaticano) Gian Piero Milano y su adjunto Roberto Zannotti levantaron la medida preventiva a Chaouqui, de 32 años, y la pusieron en libertad.
Chaoqui, de madre italiana y padre marroquí, es experta en relaciones públicas, cercana al conservador Opus Dei. Su abogada, Giulia Bongiorno, explicó a los medios que su cliente ya está en casa después de "ofrecer su máxima colaboración y de haber depositado documentos que prueban su declaración".
Por el contrario, Vallejo Balda permanece bajo prisión preventiva y su situación dependerá, según se especifica en el comunicado, del análisis de la Fiscalía vaticana. El español, nacido en 1961 en Villamediana de Iregua (La Rioja), es licenciado en Teología Espiritual y doctor en Teología y está especializado en asuntos económicos.
¿Quién es Vallejo Balda?
El español es también miembro de una asociación intrínsecamente unida al conservador Opus Dei, la "Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz", aunque no cuenta con el derecho de intervenir en nombre de la Obra, subrayó en un comunicado la Prelatura del Opus en la capital italiana.
La firma de Vallejo Balda llevaba ya tiempo en los balances y presupuestos cuando, en 2013, Francisco lo puso al frente de la ya disuelta COSEA. Era secretario de la Prefectura de Asuntos Económicos, que controla los bienes que dependen de la Santa Sede, un cargo que le había valido de hecho el sobrenombre de "contable de dios". Sin embargo, el año pasado, el papa Francisco evitó recurrir a él para ocupar el puesto de secretario de la nueva Secretaría de Economía.
Libros y penas previstas
La divulgación de material clasificado es un delito penado por la legislación vaticana, que prevé penas de entre seis meses y dos años de reclusión para castigarlo, e incluso penas de entre cuatro y ocho años, si los documentos afectan "intereses fundamentales o relaciones diplomáticas" del Estado Vaticano.
Los arrestos de esta semana se produjeron poco antes de que se publiquen dos libros sobre el tema de las finanzas vaticanas: "Via Crucis", del periodista italiano Gianluigi Nuzzi, y "Avarizia", de Emiliano Fittipaldi. Estos libros llegan, además, diez días después de la clausura del Sínodo de los Obispos para la Familia, rodeado de intrigas y disputas entre los sectores conservadores y reformistas.
El Vaticano señaló que estos libros son "fruto de una grave traición de la confianza del papa" y criticó que los autores se han beneficiado de "un acto gravemente ilícito". Por esta razón la Santa Sede no excluye "otras eventuales medidas" y, si fuera necesario, recurrirá a la "cooperación internacional".
De este modo el Vaticano ha revivido el escándalo conocido como "Vatileaks", que estalló en 2012 cuando parte de la correspondencia de Benedicto XVI fuera divulgada por su mayordomo, Paolo Gabriele, sentenciado a 18 meses de prisión por robo y posteriormente perdonado. Aquel material, recogido por Nuzzi en el libro "Sua Santità" (2012), provocó un enorme revuelo.
RML (efe, dpa)