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La ONU y la biodiversidad

3 de mayo de 2012

Cada vez más especies vegetales y animales se extinguen y las estrategias para detener ese proceso a escala global siguen siendo poco claras. El zoólogo Wolfgang Wägele espera que la ONU pueda hacer algo al respecto.

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Imagen: picture-alliance/dpa

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) acaba de crear un consejo para proteger de la extinción a las especies vegetales y animales del mundo. Desde su futura sede en la ciudad alemana de Bonn, el Gremio Científico Internacional para la Biodiversidad y los Ecosistemas (IPBES, sus siglas en inglés) recopilará y analizará información sobre el estado de la naturaleza a escala global y el origen de los factores que la perjudican.

Su función más importante será hacer recomendaciones a los actores políticos para que éstos promuevan proyectos concretos destinados a salvar a las plantas, los animales y los ecosistemas en los que viven de su desaparición definitiva. Algunos sugieren que el IPBES será el equivalente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que ya es percibido como una autoridad en materia ambiental. 

Deutsche Welle habló con el zoólogo Wolfgang Wägele, esecializado en biodiversidad, sobre las amenazas que se ciernen sobre las especies del planeta, las posibilidades que existen para poner coto al proceso de extinción y lo que cabe esperar del nuevo org de las Naciones Unidas.

Deutsche Welle: ¿Cuál es la mejor manera de proteger a las especies vegetales y animales, y los espacios en que éstas viven?

Wolfgang Wägele: Creando reservas naturales. Pero siempre se debe tomar en cuenta que esas áreas tienen una vida propia –en otras palabras, que ellas cambian con el tiempo– y que, cuando son demasiado pequeñas, es necesario conectarlas entre sí mediante veredas de árboles, por ejemplo; esto permite que los animales migren de una zona boscosa a otra y minimiza el riesgo de fenómenos incestuosos en sus comunidades.

Wolfgang Wägele
Wolfgang Wägele, zoólogo esecializado en biodiversidad, tiene grandes expectativas de cara al IPBES.Imagen: W. Wägele

¿Cuál es el peligro más grande para la biodiversidad del planeta?

El que los humanos usen porciones de tierra cada vez más grandes para la agricultura, para la industria o para el desarrollo urbano. En los países no industrializados, el problema principal es el ritmo de crecimiento de la población; eso es algo que puede controlarse mejorando las condiciones sociales en las que vive la gente y la planificación familiar. En países industrializados, el problema es el uso intensivo y el desgaste de las tierras.

En Alemania, cada vez más personas quieren construir sus casas en el campo y las empresas quieren ampliar sus instalaciones. El problema es que son las autoridades locales en la base de la jerarquía institucional las que deciden sobre el uso que se hace de esas superficies verdes. Debemos concebir una planificación del paisaje a escala federal para proteger los ecosistemas independientemente de las fronteras entre un Estado federado y otro.

¿Cuál es el obstáculo más serio para la investigación de la biodiversidad y qué espera usted de la nueva instancia creada por las Naciones Unidas para proteger la biodiversidad?

La limitación más importante es la  carencia de datos. Los expertos sabemos que existen entre 20 y 30 millones de especies, pero sólo conocemos 1,8 millones de ellas. En este instante no estamos en capacidad de describir la desaparición de las especies con datos concretos. El secretariado para la biodiversidad está llamado a garantizar que los especialistas del área recibamos más y mejor información sobre el estado de la naturaleza.

Determinar los peligros específicos que corren las especies a escala global y los procesos que están teniendo lugar en la naturaleza implica un gran esfuerzo y ese esfuerzo sólo puede hacerse si se coordina internacionalmente. Ese es un reto mucho mayor que el de la investigación de los cambios climáticos, para la cuál se cuenta con miles de estaciones meteorológicas que recogen datos automáticamente.

Necesitamos nuevos conceptos, impulsos y tecnología, y el nuevo organismo de la ONU puede ayudarnos en este sentido. Por otro lado, el hecho de que el IPBES para la biodiversidad necesite más datos va a estimular enormemente a los investigadores del campo. Si uno tiene suerte, es posible que uno reciba un encargo del Gobierno y los recursos respectivos para recabar información que el organismo necesita.

También tenemos la esperanza de que aumente el reconocimiento de los taxónomos, los científicos encargados de identificar y describir detalladamente especies aún no clasificadas. La taxonomía es una ciencia que se ha extinguido, prácticamente, en las universidades alemanas.

Autora: Brigitte Osterath (ERC)
Editor: Enrique López